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La maculopatía es una enfermedad que afecta a la función de la mácula, provocando una progresiva pérdida de la visión central y dificultad para ver correctamente los detalles de una imagen. En la mayoría de los casos se presentan complicaciones para realizar tareas cotidianas como conducir y limitaciones como pueden ser reconocer la cara de las personas.

En ella se encuentran los conos, células encargadas de la visión de los colores y de la visión diurna. Cualquier enfermedad que comprometa esta zona es considerada una maculopatía. Sin embargo, la Degeneración Macular Relacionada con la Edad es a lo que se le denomina un tipo específico de la enfermedad (DMRE).

La mácula se encuentra en la parte central de la retina, midiendo entre 5 y 6 milímetros de diámetro, y encargándose de que el ojo pueda leer correctamente, conducir, apreciar los detalles y reconocer los rostros de las personas. El daño en la mácula, llamado maculopatía, es una de las primeras causas de ceguera parcial en el mundo, siendo muy importante un diagnóstico precoz.

La mácula es la parte central y más sensible de la retina, que permite leer, distinguir rostros y realizar todas las actividades visuales de alta resolución.

Causas

La retina convierte la luz y las imágenes que ingresan al ojo en señales nerviosas que se envían al cerebro. Una parte de la retina (en la parte posterior del ojo) llamada mácula permite una visión más nítida y detallada. Es una mancha amarilla en el centro de la retina. La enfermedad macular es causada por daño a los vasos sanguíneos que irrigan la mácula, este proceso también daña la mácula.

Características principales

Hay factores como, el factor de la edad (ser mayor de 60 años), que aumentan el riesgo de padecer maculopatía, en este caso en concreto se vincula a la manera específica de maculopatía llamada DMAE (degeneración macular asociada a la edad), pero también puede ocasionarse debido al tabaquismo, dieta pobre en antioxidantes, estrés, a antecedentes familiares, déficit de vitaminas y zinc, exceso de exposición solar e hipertensión arterial.

Otros factores de riesgo son:

  •  Enfermedad cardiovascular. Existe la probabilidad de tener mayor riesgo de padecer degeneración macular, si se tienen enfermedades que afectan al corazón o a los vasos sanguíneos.
  •  Obesidad. Aumenta las posibilidades de que la degeneración macular temprana o intermedia avance a una fase más grave de la enfermedad.
  •  Antecedentes familiares y genética. Es una enfermedad hereditaria. Hay diversos genes que están relacionados con el desarrollo de la maculopatía.
  • Tabaquismo. Aumenta el riesgo de padecer la enfermedad fumar o la exposición de manera regular del humo del tabaco.
  • Raza. Es más común (personas europeas de piel blanca) en los caucásicos padecer maculopatía.

El principal síntoma de la maculopatía es que disminuye la agudeza de la visión central, provocando dificultad para percibir de forma correcta detalles los colores y en las imágenes.

Otros síntomas de la maculopatía son:

  •  Visión borrosa, dificultando realizar actos como por ejemplo conducir o leer cualquier e incluso cualquier otra actividad que requiera el uso de visión central.
  •  Mayor iluminación en los espacios para poder ver correctamente y también disminuir el contraste que hace que se impida una correcta percepción del color y visión nocturna.
  •  Distorsión de las imágenes. Pueden observarse torcidas las líneas rectas.
  •  Formación de manchas oscuras en el centro del campo visual. Pudiendo ser pequeñas e ir creciendo de forma progresiva según pase el tiempo.

Existe mayor riesgo de sufrir depresión y aislamiento social, en las personas cuya degeneración macular evoluciona y causa la pérdida de la visión central. En los casos de pérdida de vista profunda, las personas pueden experimentar alucinaciones visuales (síndrome de Charles Bonnet).

La maculopatía puede producirse por distintos factores. Los distintos tipos de maculopatía son:

  • Maculopatía relacionada con la edad

    La mácula es afectada con el envejecimiento, por lo que, suele ser bastante común en personas de la tercera edad.

    La maculopatía relacionada con la edad puede avanzar lentamente en algunas personas, por lo que con un correcto monitoreo se podrá detectar tempranamente; pero también puede producirse de manera intempestiva. Existen dos tipos de maculopatía relacionada con la edad: maculopatía seca y maculopatía húmeda.

    • Maculopatía seca

      Es el tipo de maculopatía más recurrente que tiene relación con la edad y su causa se encuentra en la proliferación de drusas (depósitos amarillentos que deterioran la anatomía de la mácula, que la vuelven cada vez más fina).

      La maculopatía seca tiene tres etapas: temprana, intermedia y avanzada. Se provoca un daño cada vez mayor por el padecimiento en aumento en tamaño y cantidad de drusas en la retina.

      La mayoría de los casos de maculopatía es seca en comparación con la maculopatía húmeda.

    • Maculopatía húmeda

      Puede desencadenarse como consecuencia de cualquiera de las etapas anteriores. Esta afección de maculopatía se presenta siempre en casos más avanzados de daño visual. Se presenta con menos frecuencia que la maculopatía seca.

      Su origen se encuentra en la aparición de vasos sanguíneos anormales en la mácula, lo que produce extravasación de líquidos, edemas, y en algunas ocasiones si están más desarrollados, hemorragias.

  • Maculopatía miópica

    La maculopatía miópica está causada por un aumento anormal del glóbulo ocular (miopía magna). En algunas ocasiones este alargamiento desorbitado puede desgarrar la mácula, haciéndose visible en el sangrado bajo la retina. Los pacientes que sufren esta enfermedad tienen una visión borrosa de los objetos lejanos e imprecisa de su campo cercano.

  • Maculopatía diabética

    La diabetes mellitus es una afección de la maculopatía degenerativa, provocando que el organismo humano no tenga la capacidad de controlar las cantidades excesivas de glucemia producidas en la sangre.

    Cuando se trata de la visión, el nivel alto de azúcar en la sangre puede causar una afección llamada retinopatía diabética, que altera el flujo sanguíneo o engrosa el tejido macular. En algunos casos, incluso puede convertirse en edema macular diabético.

  • Maculopatía por estrés

    El estrés es una de las principales causas de los problemas de salud. El estrés crónico puede conducir a coroidopatía serosa central, una condición llamada enfermedad ejecutiva que causa inflamación macular benigna. Los portadores de la enfermedad presentan visión borrosa y en algunos casos pérdida temporal y repentina de la visión.

Prevalencia

Siguiendo los distintos estudios relacionados con la prevalencia en los distintos tipos de degeneración macular, los resultados son bastante homogéneos y muestran un aumento exponencial de la prevalencia de degeneración macular al avanzar la edad por encima de los 65 años.

La prevalencia combinada de degeneración macular es:

  • 0,34% entre las edades de 55 y 64 años.
  • 1,4% entre 65 y 74 años.
  • 4,7% entre las edades de 75 y 84 años.
  • 15,5% en personas mayores de 85 años.

Al aplicar estos resultados del metaanálisis a las estimaciones de la población española, cabría esperar 311.378 casos de degeneración macular en España en el año 2005, una quinta parte de ellos en mayores de 75 años, dos quintas partes entre 75 y 84 años, y otras dos quintas partes en mayores de 85 años.

Se estima que el número de casos de degeneración macular en España podría alcanzar los 565.810 en el año 2025. Quizá esta proyección esté sobrevalorada si la disminución del consumo de tabaco y el mejor control de los factores de riesgo cardiovascular hacen reducir la incidencia.

En general, los datos de incidencia son pocos y con relativa evidencia, ya que los métodos de medición estandarizados son recientes. A esto se le añade que los casos de degeneración macular son poco frecuentes y, por tanto, con una cantidad de de personas-tiempo limitadas para contar con una muestra poblacional importante.

Tratamiento

La rápida detección de la enfermedad es fundamental, como sucede con muchas enfermedades oculares, ya que los tratamientos posteriores sólo sirven en la mayoría de las situaciones, para que la enfermedad no avance y no para recuperar la visión perdida.

Ninguna clase de tratamiento puede prevenir la pérdida de visión una vez que la maculopatía alcanza una etapa avanzada.

Por este motivo, es muy aconsejable acudir a revisiones periódicas de la visión, sobre todo a partir de la edad de 60 años, y demás específicamente en las personas que sufren de diabetes o miopía elevada, siendo en estos casos el riesgo de desarrollo de la enfermedad superior.

En la actualidad se trata con un fármaco basado en medicamentos que se inyectan en el ojo (terapia antiangiogénica y/o terapia fotodinámica con verteporfirina) que retardan el avance de la enfermedad, evitan que pase de seca a húmeda (además de prevenir el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos anormales) y en algunos casos también se consigue mejorar algunas líneas de visión. También puede utilizarse, aunque con menos frecuencia, en algunos pacientes tratamiento con láser.

Consejos de prevención

El principal consejo para la prevención de la maculopatía es tener una vida saludable. Al ser una enfermedad causada por diversos factores, la genética es la más determinante, junto con factores medio ambientales. Por eso es aconsejable proteger la vista de la dañina exposición al sol, llevar una dieta sana, realizar ejercicio y revisiones periódicas de la visión.

La DMAE (degeneración macular asociada a la edad) no se puede prevenir ya que, en gran medida, va ligada al proceso natural de envejecimiento y a la genética. Sin embargo, sí que en gran medida está en manos de cada paciente informarse de los antecedentes familiares –pueden realizarse test de predisposición genética e incidir en los factores de riesgo ambientales: como por ejemplo ácidos grasos omega 3, protegerse del sol y evitar el senderismo.

Una buena medida extra a estas revisiones es el autocontrol que puede realizar el paciente desde su hogar mediante una sencilla prueba llamada la rejilla de Amsler. Se trata de un test, que puede solicitarse en el óptico o en el oftalmólogo, permitiendo detectar si las líneas rectas se ven torcidas o distorsionadas (un síntoma característico de la DMAE húmeda).

Hay una serie de medidas que ayudan a reducir el riesgo de desarrollar una degeneración macular húmeda:

  • Controlar otras enfermedades. Como por ejemplo con una enfermedad cardiovascular o presión arterial alta, se debe tomar el medicamento específico para la enfermedad en concreto y seguir las instrucciones del médico para controlar la enfermedad.
  • No fumar. Las personas que fuman tienen más probabilidades de padecer una degeneración macular que los no fumadores.
  • Vida saludable y realización de ejercicio de forma regular. Aumentar la actividad física diaria y reducir la cantidad de calorías que se ingesta por día para bajar de peso.
  • Dieta rica en frutas y vegetales. Escoger una dieta saludable con gran variedad de frutas y verduras. Estos alimentos contienen vitaminas antioxidantes que reducen el riesgo de desarrollar degeneración macular.
  • Añadir pescado a la dieta. Los ácidos grasos omega 3, que se encuentran en el pescado, reducen el riesgo de padecer degeneración macular., también aportan estos ácidos grasos los frutos secos, como las nueces.

Envejecimiento saludable

En la gran mayoría de los casos avanza de forma lenta, lo que permite mantener una buena visión durante un largo tiempo. Sin embargo, en otras ocasiones la maculopatía progresa rápidamente. En los casos avanzados de la enfermedad se pueda trabajar con el resto de la visión que no ha sido dañada por la maculopatía.

Para ello se utilizan diferentes dispositivos (ayudas ópticas, tales como lupas, anteojos especiales y telescopios) y se lleva a cabo trabajos de rehabilitación visual, lo que permiten una mejor calidad de vida en los pacientes afectados y una forma de vida independiente.

Desde Saber Vivir TVE, plataforma web gratuita de información acerca de la salud en general y participación de todas las personas en el cuidado de su salud, se encuentran diversos testimonios de interés sobre personas con esta enfermedad. Uno de los casos es el de Yolanda, que tuvo problemas por primera vez en la mácula en 2015, perdiendo la visión central a causa de un derrame, cuenta que ha aprendido a convivir con la maculopatía. Mediante el tratamiento en inyecciones en el ojo con el periodo marcado por el especialista, Yolanda afirma que “Gracias a ellas, he llegado a recuperar el 87% de agudeza visual, tenía solo el 30%”.

La prevención de la maculopatía pasa por evitar los factores de riesgo en personas mayores, fundamental, por lo que seguir unas pautas para ello es imprescindible. Algunas de las pautas son: evitar la obesidad, conocer la historia familiar, realizar ejercicio regularmente, prevenir la exposición prolongada a la luz, controlar otras enfermedades, someterse a controles optométricos, como ya se ha comentado anteriormente es muy importante no fumar, consumir nutrientes, etc.

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¿Qué es la maculopatía?

La maculopatía es una enfermedad que afecta la mácula, la parte central de la retina y generando pérdida de la visión central.

¿Qué es la mácula?

La mácula es la parte del ojo donde se forman, procesan y envían las imágenes que percibe el ojo hacia el cerebro. De ahí su gran importancia en la visión humana.

¿Qué tipos de maculopatía existen?

  • Maculopatía miópica: se origina en la miopía magna, causando dificultad para ver de lejos objetos y menor agudeza en la visión central.
  • Maculopatía diabética: el exceso de glucemia en sangre de manera constante puede terminar provocando un edema macular diabético.
  • Maculopatía por estrés: el estrés puede provocar una inflamación benigna en la mácula, presentando visión borrosa y episodios de pérdida de visión.
  • Maculopatía relacionada con la edad: puede avanzar lentamente en algunas personas, por lo que con un correcto monitoreo se podrá detectar tempranamente; pero también puede producirse de manera intempestiva. Existen dos tipos de maculopatía relacionada con la edad: maculopatía seca y maculopatía húmeda.
  • Maculopatía seca: es el tipo de maculopatía más recurrente que tiene relación con la edad y su causa se encuentra en la proliferación de drusas (depósitos amarillentos que deterioran la anatomía de la mácula, que la vuelven cada vez más fina)
  • Maculopatía humeda: su origen se encuentra en la aparición de vasos sanguíneos anormales en la mácula, lo que produce extravasación de líquidos, edemas, y en algunas ocasiones si están más desarrollados, hemorragias.

¿Qué síntomas tiene la maculopatía?

Los síntomas de la maculopatía son: reducción de la visión central en ambos ojos o en uno solo, distorsión visual, necesidad de más luz para leer, dificultad para la adaptación de los niveles de la luz baja.

¿Cómo es el tratamiento de la maculopatía?

Esta enfermedad puede ser tratada con cirugía láser e inyecciones de fármacos, aunque no todos los pacientes son aptos para este tipo de tratamiento.

¿Es conveniente hacerse revisiones sino se tiene la enfermedad?

Sí, es muy recomendable asistir a revisiones periódicas de la vista, sobre todo en personas con diabetes y miopía.

¿Puedo perder la visión a causa de la maculopatía?

Sí, dependiendo del avance de la enfermedad puede causar cambios en la visión o pérdida de la visión en ambos ojos.

  • Conos: Células nerviosas de la retina especializadas en la visión de los colores, más numerosos en la zona central de la mácula (la fóvea) y menos en las demás zonas de la retina. Contienen pigmentos sensibles a la luz. Son los responsables de la visión nítida.
  • Drusas: Las drusas son depósitos de desechos de color amarillo y residuos celulares dentro del ojo que no ha sido eliminado por el organismo a través del torrente sanguíneo.
  • Coroidopatía serosa: Es una enfermedad que provoca la acumulación de líquido debajo de la retina. Situada en la parte posterior del ojo interno que envía la información de la vista al cerebro. El líquido se filtra desde la capa de vasos sanguíneos que se encuentra por debajo de la retina.
  • Edemas: Los edemas son un signo que aparece en muchas enfermedades y se puede observar en forma de hinchazón de los tejidos blandos por la causa de la acumulación de líquido en el compartimento intersticial. Este signo aparece si se produce un desequilibrio entre las fuerzas que regulan el paso del líquido de un compartimento a otro.
  • Glóbulo ocular: es una estructura de forma más o menos esférica que se encuentra alojada en la cavidad orbitaria. La esfera es hueca en su interior, donde se encuentran el humor acuoso y vítreo, que dan forma y rellenan al globo ocular.
  • Mácula: La mácula es la porción del ojo donde se forman, procesan y envían las imágenes que capta el ojo hacia el cerebro.
  • Retina: La retina tiene capas de tejido nervioso que son sensibles a la luz del fondo del ojo que perciben imágenes y las manda en forma de señales eléctricas a través del nervio óptico, hasta el cerebro.
  •  Vasos sanguíneos del ojo: La arteria oftálmica y la arteria central de la retina que aprovisionan sangre a cada ojo. De forma muy parecida, las venas oftálmicas y la vena central de la retina drenan la sangre del ojo. Por la parte posterior del ojo los vasos sanguíneos entran y salen.