12 de septiembre: Día Europeo de Acción contra la Migraña
La migraña es la tercera enfermedad más frecuente del mundo y la segunda causa de discapacidad
El 12 de septiembre, es el Día Europeo de Acción contra la Migraña, una fecha dedicada a la concienciación sobre esta enfermedad neurológica. Y es que la migraña no solo es uno de los tipos de dolor de cabeza (cefalea primaria) más frecuentes, sino que también uno de los que generan una mayor discapacidad entre quienes la padecen.
La migraña afecta a alrededor del 14 % de la población europea, principalmente a mujeres (80 % de los casos, aproximadamente) de mediana edad (20–50 años). Sin embargo, es una enfermedad que afecta a personas de todo tipo: por ejemplo, se estima que el 9 % de los niños y jóvenes europeos padecen migraña, siendo más frecuente en las niñas (9 %) que en los niños (5 %). En España, y según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), la padecen alrededor de 5 millones de personas, de las cuales 1,5 millones en su forma crónica, es decir, experimentan dolor de cabeza más de 15 días al mes.
“Cuando hablamos de migraña solemos diferenciar entre varios tipos dependiendo de la frecuencia en la que aparecen las crisis de dolor de cabeza y de la presencia o no de aura. Así pues, cuando una persona con migraña sufre crisis de dolor de cabeza más de 15 días al mes, se denomina migraña crónica, frente a la denominada migraña episódica. Por otro lado, si el dolor de cabeza va acompañado de la presencia de síntomas neurológicos que preceden habitualmente al dolor de cabeza, siendo los más prevalentes las alteraciones en la visión u hormigueos en distintas partes del cuerpo, se denomina migraña con aura”, explica el doctor Pablo Irimia, coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
“La migraña crónica produce entre cuatro a seis veces más discapacidad que la migraña episódica y las personas con migraña con aura tienen un riesgo mayor de sufrir otro tipo complicaciones, como por ejemplo ictus, que las personas que padecen migraña sin aura. En España, el 3 % de la población padece migraña con aura y otro 3 % migraña crónica”, detalla.
Principales causas
Aunque las causas de la migraña aún no están del todo claras, todo parece apuntar a la existencia de una alteración neurológica en el procesamiento de los estímulos dolorosos por parte de los pacientes, con un claro componente hereditario. Se estima que la enfermedad tiene una heredabilidad del 42 % y ya se han identificado más de 40 marcadores genéticos relacionados con la migraña. Esta alteración y predisposición genética unida a otros factores o circunstancias, precipitan o desencadenan las crisis de dolor de cabeza: más del 96 % de los pacientes españoles atendidos en las consultas de Neurología es capaz de identificar algún factor precipitante de sus crisis.
“Aunque se han descrito numerosas circunstancias o situaciones que pueden actuar como precipitantes de crisis de migraña, porque éstas no afectan de igual manera a todos los pacientes, los más habituales son los hormonales (75 %), el estrés (71 %) y los relacionados con las alteraciones en el patrón de sueño (68 %). Pero también otros como el consumo de alcohol, tabaco, el ayuno, cambios atmosféricos, el ruido…”, señala el doctor Pablo Irimia.
Identificar los factores precipitantes de las crisis de dolor de cabeza y tratar de evitarlos es el primer paso para el tratamiento de esta enfermedad. Pero para ello, es necesario tener un diagnóstico correcto. La falta de concienciación por parte de la sociedad, que no consideran su cefalea como motivo de consulta médica, hace que la SEN estime que más de un 40 % de las personas que padecen migraña en España estén aún sin diagnosticar. También se ha estimado que el paciente puede tardar más de 6 años en recibir el diagnóstico, y que pueden pasar hasta 14 años desde la primera crisis de migraña hasta la primera consulta con atención especializada.
Por todo lo expuesto, el experto indica que tratamiento de la migraña se debe basar en tres pilares fundamentales: la identificación y manejo de los factores desencadenantes; el tratamiento sintomático, para controlar el dolor de cabeza y comorbilidades y síntomas acompañantes; y el tratamiento preventivo, para reducir el número y frecuencia de los episodios de dolor de cabeza.