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La sal, conocida científicamente como cloruro sódico, es un condimento y un conservante que se conoce desde al menos 5.400 años antes de Jesucristo. En esta fecha se data el centro más antiguo de obtención de sal en la ciudad de Provadia, al noreste de Bulgaria.

La salazón es un método utilizado como forma de conservar alimentos tan diversos como jamones, cecinas y quesos pero también pescados como el bacalao o la anchoa.

La forma por la que la sal conserva los alimentos es mediante su potente efecto antibacteriano.

La sal impide que las bacterias crezcan, evitando así que los alimentos lleguen a estropease. La capacidad antibacteriana de la sal ocurre mediante el efecto absorbente que la sal tiene sobre el agua contenida en las paredes de las bacterias, lo que produce la muerte de la bacteria.

La sal es, además de un buen conservante, es uno de los condimentos más utilizados para realzar el sabor de las comidas. Incluso alguien dijo una vez que la sal es la única roca que el ser humano come.

La sal, a pesar de que no goza de una fama muy positiva desde el punto de vista de la salud, es sin embargo un compuesto imprescindible para la vida. La sal, y mejor dicho el sodio contenido en ella, es fundamental para múltiples procesos fisiológicos que mantienen la vida.

Por ejemplo, el sodio es necesario para posibilitar que el corazón se contraiga en el latido y pueda expulsar la sangre que se repartirá por los diferentes órganos.

También el sodio es fundamental para que ocurra la transmisión de la señal nerviosa.

Si el organismo considera que tiene un exceso de sodio, este se va a eliminar por los riñones a través de la orina. Es por lo que el riñón es el principal regulador de sal que tenemos en el organismo.

Por eso, el consumo excesivo de sal hace que los riñones tengan que “trabajar” más, lo que puede perjudicarlos. Si el riñón no es capaz de eliminar la sal entonces reabsorbe agua hacia la sangre.

Esto hará que el volumen de sangre aumente, con lo que también aumentará la presión arterial. Entonces puede ocurrir que al absorberse mas agua hacia la sangre, aumente el volumen de sangre circulante en el organismo y entonces el corazón debe trabajar más para bombearla.

Por eso, un exceso de sal también afectará a los vasos sanguíneos y al corazón. Además si se estimula, por exceso de sal, la reabsorción de agua puede llegar a producir edemas además de favorecerse el que se gane peso y por lo tanto puede producirse la obesidad.

No necesitamos consumir grandes cantidades de sal de forma diaria. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el consumo de sal de una persona adulta no debe superar los 5 gramos diarios de sal lo que equivaldría a 2 gramos de sodio al día.

Para hacernos una idea, equivaldría a una cucharadita pequeña de café. Es verdad, que esto no puede tomarse como regla fija ya que por ejemplo en climas muy calurosos o en personas de altísima actividad física que requieran gran esfuerzo físico es probable que requieran consumir algo más de sal debido a la gran sudoración y por lo tanto a la pérdida de minerales.

Datos interesantes

España es un país que consume en general por persona exceso de sal. Según datos publicados, los españoles duplicamos por persona el consumo recomendado de sal al día. Los expertos dicen que un 75 % de la sal que consumimos proviene de alimentos preparados, el 15 % de los alimentos que cocinamos y el 10 % restante se encuentra naturalmente en ciertos productos. Por lo tanto, sin darnos cuenta, estamos excediendo el nivel de sal diario recomendado para su consumo. Por eso es muy importante leer las etiquetas que nos indican los componentes del alimento antes de tomarlos.

Un poco de historia

La sal llegó a ser tan importante en el desarrollo económico de las civilizaciones antiguas que incluso fue utilizada como moneda. De ahí viene el origen de la palabra salario. La historia parece que se deriva de la Vía Salaria, que es la vía romana más antigua de Italia, de 242 km de longitud y que estaba dedicada al transporte de sal. La Vía Salaria unía Roma, con Castrum Truentinum, actual Porto d'Ascoli, en la costa del mar Adriático. Los soldados que custodiaban esta vía, tenían como parte adicional de su paga bolsas de sal que llamaban salarium argentum (dinero de sal).

Para recordar

La sal es un compuesto imprescindible para la vida.

El exceso de sal va a ser eliminado por los riñones.

Si el riñón tiene que eliminar frecuentemente exceso de sal le obligaremos a que trabaje más y pueda dañarse.

Lo recomendado no más de 5 gramos de sal al día (equivale a una cucharadita de café).