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El trastorno Límite de Personalidad (TLP), es un trastorno que afecta a millones de personas en todo el mundo (alrededor del 2% de la población). 

Se considera una enfermedad mental compleja, a menudo incomprendida, que suele iniciarse en la adolescencia o al principio de la edad adulta

Este trastorno puede tener un profundo impacto en las emociones, las relaciones y la calidad de vida en general de una persona. 

Se caracteriza por la impulsividad, la inestabilidad emocional (a veces con ira y respuestas violentas), la inestabilidad de la autoimagen y de la conducta, y la dificultad para mantener relaciones sanas.  

Además, suelen tener problemas de intimidad, ya que a menudo se sienten vacías y solas a pesar de tener amistades cariñosas y afectuosas. 

Las personas que padecen TLP suelen luchar contra sentimientos crónicos de inseguridad, ira desproporcionada y dificultad para controlar sus emociones. 

También pueden tener mayor riesgo de depresión y pensamientos suicidas.  

Afortunadamente, a pesar de su complejidad, hay formas de tratar el trastorno límite de personalidad para que las personas que lo padecen puedan llevar una vida más equilibrada y estable. 

Causas  

Aunque todavía se desconoce la causa exacta del trastorno límite de personalidad, dada la complejidad del trastorno, se cree que está causado por una combinación de factores

Entre esos factores es posible que haya varios factores bioquímicos que contribuyan a los síntomas del trastorno límite de la personalidad. 

Uno de esos factores bioquímicos, son los altos niveles de hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, presentes en los pacientes con TLP. 

Estas hormonas, a niveles altos, pueden provocar cambios drásticos en el estado de ánimo, los niveles de energía e incluso el comportamiento, dando lugar a episodios emocionales fuera de control. 

Además, el trastorno límite de personalidad se asocia a menudo con cambios en las hormonas tiroideas TSH y T4

Los estudios han demostrado que el aumento de estas hormonas puede relacionarse con cambios de humor, ansiedad e irritabilidad que pueden afectar a los síntomas del trastorno límite de la personalidad. 

También se ha observado que las personas con TLP tienen un menor número de receptores operativos para el neurotransmisor dopamina en sus centros de recompensa, lo que también puede provocar impulsividad y otras dificultades en la vida cotidiana. 

Por otro lado, hay investigaciones que señalan una posible relación entre la serotonina, un neurotransmisor clave del cerebro, y el trastorno límite de la personalidad. 

Los niveles de serotonina suelen ser más bajos en las personas con TLP que en las que no lo padecen, y esto puede influir en la gravedad de los síntomas del TLP.  

Estos bajos niveles de serotonina, también podrían ser un marcador de la predisposición a padecer el trastorno.  

Aunque aún queda mucho por aprender sobre las causas de los trastornos de la personalidad, está claro que la bioquímica desempeña un papel importante en los complejos síntomas que experimentan los pacientes con TLP. 

Además, es probable que los factores genéticos desempeñen un papel en el trastorno, aunque todavía se está estudiando su impacto exacto. 

Por otro lado hay factores sociales, como los antecedentes de malos tratos, negligencia de padres, madres o cuidadores, y los trastornos del apego durante la infancia, que pueden aumentar las probabilidades de desarrollar TLP. 

También se cree que los factores ambientales intervienen en la aparición del TLP. 

Crecer en un entorno caótico o inestable puede ser un factor contribuyente, al igual que las presiones sociales y culturales que obligan a las personas a adherirse a determinadas normas o expectativas sin tener en cuenta su verdadero yo.  

Algunos expertos creen que puede estar relacionado también con una época de estrés grave o acontecimientos traumáticos

Además, es importante cuidar la salud fetal durante el proceso de formación del cerebro para evitar este tipo de trastornos.  

Durante el embarazo se forman todas células nerviosas de las que el bebé dispondrá a lo largo de su vida, y es vital evitar el alcohol y otras drogas psicoactivas para evitar que afecten al cerebro en formación y, por tanto, a la personalidad.  

Otros trastornos mentales como la depresión, la ansiedad y el trastorno bipolar también se han relacionado con un mayor riesgo de desarrollar TLP. 

Es importante reconocer que estos factores de riesgo no garantizan que una persona desarrolle un TLP.  

Puede haber individuos con otras causas distintas para su TLP que no estén relacionadas con los elementos mencionados. Cada experiencia de trastorno límite de la personalidad es única. 

Al reconocer las posibles causas del TLP, las personas afectadas pueden trabajar con profesionales de la salud mental para elaborar planes de tratamiento individualizados que aborden sus necesidades y retos específicos. 

Tipos de trastorno límite de la personalidad  

En el ámbito clínico, se reconocen dos tipos de TLP

  • Tipo impulsivo: se caracteriza por comportamientos irresponsables y autodestructivos, como participar en actividades de riesgo, consumir sustancias psicoactivas, y tener arrebatos explosivos de agresividad.  

    La inestabilidad emocional intensa es un síntoma característico y, además, las personas con este tipo de TLP también son propensas a cambios bruscos de humor. 

  • Tipo límite o borderline: se define por la inestabilidad en varios ámbitos (emocional, relaciones personales y autoimagen). 

    La inestabilidad emocional se caracteriza por un estado de ánimo que cambia con frecuencia.  

    En cuanto a la inestabilidad de autopercepción, estas personas cambian de preferencias personales, identidad sexual y hasta objetivos vitales sin un motivo o criterio claro. 

    La inestabilidad en las relaciones personales cursa con una fuerte dependencia de la validación externa de los demás para sentirse bien, cambiando de opinión repentinamente sobre las personas que lo rodean según la atención que le presten. 

Aunque existen subtipos de TLP, es importante señalar que cualquier persona puede presentar una combinación y un grado variables de los síntomas descritos. 

Diagnóstico  

No existen pruebas diagnósticas definitivas que permitan al psiquiatra determinar si un paciente padece un trastorno límite de la personalidad.  

Los escáneres cerebrales no ofrecen información concluyente sobre si un paciente padece este trastorno o no, como sí ocurre con otras afecciones.  

Por ello, para el diagnóstico del TLP y otros trastornos, se usan sistemas de clasificación basados en la presencia de determinados síntomas y alteraciones de la conducta (criterios operativos).  

Entre esos sistemas de clasificación destacan el de la Sociedad Americana de Psiquiatría (DSM-IV-TR) y la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS (CIE-10).  

Si una persona presenta un determinado número de dichos criterios operativos y se descartan otros trastornos y enfermedades, entonces se realiza el diagnóstico de trastorno límite de la personalidad.  

Por ello, para el diagnóstico es fundamental realizar una buena historia clínica al paciente, una correcta entrevista y también hablar con su entorno para poder obtener toda la información sobre el caso, para poder determinar así si cumple o no con los criterios diagnósticos.  

El trastorno límite de la personalidad puede ser una enfermedad difícil de comprender, diagnosticar y tratar. 

Aunque no existe cura para el TLP, hay algunas recomendaciones generales que pueden ser útiles para minimizar su impacto. 

En primer lugar, es importante intentar identificar las fuentes de estrés o trauma que puedan estar contribuyendo a los síntomas. 

En segundo lugar, es importante practicar el autocuidado y una asertividad suave para conseguir que la persona afectada se sienta cómoda en su propia piel.  

Y sí, esto incluye cuidados personales, ejercicio, comer sano y equilibrado y guardar tiempo de calidad para dedicarlo a uno mismo.    

En tercer lugar, es importante obtener el apoyo del entorno y de los seres queridos, sobre todo de aquellos que cuidan de cerca a quien sufre este trastorno. 

 

Independientemente del tratamiento en curso, el éxito global requiere un compromiso con la recuperación y la resiliencia personal. 

Para cualquier persona con TLP, vivir con el trastorno es agotador y supone una carga de trabajo emocional enorme. 

La incertidumbre constante, la inundación de emociones y la hipersensibilidad pueden hacer que tareas cotidianas como clasificar dichas emociones, expresarlas o tomar decisiones, resulten difíciles o imposibles. 

Adoptar un enfoque menos reactivo, por parte de las personas con TLP, ante las situaciones cotidianas es recomendable para que puedan empezar a sentir que controlan más su vida, ganando equilibrio y estabilidad emocional. 

Tratamiento

El tratamiento de las personas con trastorno límite de la personalidad supone un gran reto para los profesionales, debido a las dificultades a las que se enfrentan las personas diagnosticadas y a su inestabilidad emocional y conductual, que puede dificultar la adherencia al tratamiento, y conducir al abandono de este. 

Por este motivo, los profesionales de la salud que tratan a personas con TLP, deben reconocer que se necesita un tratamiento integral y redes de apoyo (profesionales y familiares) para garantizar una buena calidad de vida y una evolución favorable del trastorno. 

El enfoque terapéutico más eficaz para este tipo de trastorno se compone de fármacos, psicoterapia e intervención en crisis y hospitalización, así como de la implicación y el apoyo de familiares y profesionales. 

Para maximizar la eficacia del plan de tratamiento, deben reconocerse las necesidades específicas del individuo y el entorno debe ser estable y tranquilizador

Tratamiento con fármacos

La farmacoterapia debe considerarse una intervención complementaria, nunca un tratamiento único, en el tratamiento del trastorno límite de la personalidad. 

Actualmente, se están utilizando fármacos de nueva generación que producen menos efectos secundarios, lo cual facilita que la persona afectada siga el plan de tratamiento y no lo abandone. 

Aunque no existe un tratamiento psicofarmacológico específico para el trastorno en sí, los psicofármacos se prescriben para tratar los síntomas específicos que este trastorno comparte con otros

Dependiendo de la sintomatología presente en cada persona, se prescribirá una medicación concreta. 

Generalmente, los fármacos prescritos van dirigidos a aliviar los síntomas que se presentan por inestabilidad emocional y afectiva, impulsividad, falta de control conductual y dificultades cognitivas. 

Dado que el trastorno límite de la personalidad es una patología crónica con base biológica y ambiental, la medicación no proporciona una cura, aunque puede utilizarse para reducir la gravedad de los síntomas y mejorar el día a día de estos pacientes. 

Terapia psicológica

La psicoterapia en el tratamiento del trastorno límite de personalidad puede incluir sesiones individuales, grupales, familiares, en pareja... según el caso.  

Se han demostrado eficaces tanto la terapia cognitivo conductual, como el entrenamiento en habilidades sociales y la psicoeducación.  

El tipo de terapia, su intensidad y la modalidad de las sesiones depende de las necesidades del paciente y de su estado concreto a la hora de la evaluación.   

La psicoterapia en este trastorno no es sencilla y supone innumerables retos debido a los síntomas de las personas afectadas por TLP (disforia, impulsividad, relaciones inestables...) que hacen que la relación profesional-paciente sea muy complicada.   

En ocasiones el paciente abandona la terapia pues las expectativas suelen ser altas y se espera una rápida mejoría. En estos casos, además, la persona no se siente apoyada por el profesional.  

Por ello es fundamental una buena comunicación desde el inicio, tanto con la persona con trastorno límite de la personalidad, como con su familia y entorno, para que comprendan el curso real de la enfermedad y sean conscientes de qué pueden esperar y qué no de estas terapias.  

Los objetivos de la psicoterapia en el trastorno límite de personalidad son aumentar las capacidades funcionales y adaptativas (para el trabajo, el autocuidado, forjar amistades...), aumento de las habilidades que posibilitan la participación en la sociedad, la toma de elecciones y el respeto, y obtener un mayor bienestar físico y mental.  

Intervención en crisis y hospitalización

En determinados momentos, las personas afectadas por el trastorno límite de la personalidad, necesitan una mayor contención de sus síntomas debido a crisis.  

En estas situaciones, la persona con TLP puede acudir a urgencias o su psiquiatra para recibir ayuda ante su incapacidad de controlar los síntomas y comportamiento (episodios psicóticos o depresivos, autolesiones, incapacidad de la familia para contener los síntomas y ayudar al paciente…).  

En esos casos, a menudo es necesario su ingreso hospitalario en Unidades de Agudos.  

Normalmente este ingreso es breve y busca controlar la fase aguda del trastorno, tras la cual se deriva al paciente a su psiquiatra y/o psicólogo, según el caso para que continue la terapia.  

Además, los ajustes en el estilo de vida, como el ejercicio regular, la dieta equilibrada y las técnicas de reducción del estrés como el mindfulness, también pueden ayudar a controlar los síntomas del TLP. 

Es esencial observar que el tratamiento del trastorno límite de la personalidad suele ser a largo plazo y requiere dedicación y compromiso tanto por parte de la persona como de su profesional sanitario. 

La terapia psicológica, la medicación, el apoyo de familiares y profesionales y los cambios en el estilo de vida desempeñan un papel fundamental en el tratamiento del TLP. 

En resumen, aunque no existe una cura para el trastorno límite de la personalidad, existen opciones de tratamiento eficaces para controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de estos pacientes. 

Consejos de prevención

Hay algunos consejos que se pueden seguir para ayudar a prevenir que los síntomas del trastorno límite de personalidad empeoren

Una vez "estabilizada" la enfermedad, un punto importante es acudir a las sesiones regulares de revisión y control con el psiquiatra y el psicólogo para evitar las recaídas en fases agudas y de descontrol de los síntomas. 

Igual que una persona diabética debe pasar ciertos controles de revisión con el endocrino, una persona con trastorno límite de la personalidad debe acudir también a revisiones y sesiones de control y reevaluación.  

Esto permite además que el paciente hable con su psicólogo y/o psiquiatra sobre cualquier inquietud o factor estresante que pueda estar contribuyendo a los síntomas de TLP. 

Además, es importante establecer un sistema de apoyo de familiares y amigos que puedan ayudar en tiempos de crisis. 

Esto puede incluir el establecimiento de un plan de crisis en el que participen sus seres queridos, en el que consten recursos como centros de asesoramiento o tratamiento (como las unidades de agudos), para cuando la situación lo requiera. 

Por otro lado, tomar medidas proactivas por parte de la persona afectada es vital para abordar el trastorno límite de la personalidad y puede ayudar a reducir su gravedad e impacto en la vida diaria.   

En cuanto a la prevención real del trastorno, no hay ningún mecanismo o recomendación con la que se pueda evitar al 100% el riesgo de padecer esta enfermedad.  

Hay que tener en cuenta que el trastorno límite de la personalidad tiene una causa multifactorial (factores sociales, genéticos, bioquímicos, fisiológicos...), que hace muy complicada su prevención.  

 Sin embargo, si se pueden tomar ciertas medidas para disminuir el riesgo de padecerlo.  

 Y la prevención comienza en el embarazo.  

Como se ha indicado anteriormente, durante el embarazo se forman todas las células nerviosas con las que cuenta una persona durante toda su vida.  

De ahí la importancia de cuidar los hábitos durante el embarazo, pues el cerebro en formación es especialmente sensible al tabaco, el alcohol y otras sustancias psicoactivas. 

Lógicamente, la recomendación es evitar estas sustancias durante la gestación para impedir que afecten al desarrollo del cerebro del feto.  

Además, las emociones de la madre en este periodo también tienen un impacto sobre ciertos cambios hormonales y biológicos que influyen y modifican la expresión de la personalidad, por lo que es fundamental reducir el estrés, presentar una actitud positiva y contar con un entorno equilibrado y tranquilo durante el embarazo. 

Por otro lado, la infancia es otro periodo sensible y es fundamental alejar a los menores en riesgo de situaciones de maltrato, abuso, negligencia parental... 

El estrés grave, los acontecimientos traumáticos y las presiones sociales y culturales, también son factores a evitar tanto en la infancia como en cualquier etapa de la vida, pues se ha visto que son factores relacionados con el desarrollo del trastorno límite de personalidad 

Por ello, es importante practicar una crianza sana centrada en la salud mental, alejada de imposición de roles y estereotipos, evitar los episodios traumáticos y las situaciones de estrés grave durante la infancia, y contar con ayuda psicológica cuando se produzcan.  

Estos consejos también se aplican a los adultos, que deben realizar un activo trabajo personal para alejarse de estas situaciones y evitar trastornos como el TLP.  

Por supuesto, tener una vida ordenada, con una ocupación estable (trabajo, estudios, aficiones...), un entorno social y familiar sano y estructurado, y la adquisición de buenos hábitos (dieta sana, vida activa y deporte), ayuda a prevenir el trastorno límite de personalidad.    

Envejecimiento saludable

Hay muchos aspectos positivos asociados con el envejecimiento en el trastorno límite de personalidad. 

Aunque no hay un patrón de evolución único en los pacientes con TLP, la investigación muestra que la intensidad de los síntomas, como la impulsividad y la emocionalidad, a menudo disminuye en la cuarta y la quinta década de vida (incluso a partir de los 30 años en algunos casos), lo que hace que la vida cotidiana sea más manejable.  

Además, a medida que pasa el tiempo, muchas personas con TLP mejoran en sus síntomas gracias a trabajar activamente en desarrollar relaciones significativas y a participar en actividades placenteras de las que disfrutan.  

A medida que estas personas envejecen, el impacto de llevar un estilo de vida sano y activo, con la práctica habitual de deporte y el mantenimiento de una dieta equilibrada, es mayor y cobra más importancia.   

Por ello, es fundamental incidir en estos puntos para concienciar a las personas con TLP sobre estos hábitos para que los instauren y mantengan en el tiempo y que puedan gozar de una vejez más plena.  

En algunas ocasiones vemos un empeoramiento de algunos síntomas con la edad.  

 A medida que envejecemos, nuestro cuerpo y nuestra mente experimentan una serie de cambios que pueden exacerbar los síntomas de este trastorno. 

Esto incluye un deterioro cognitivo mayor a la media en la vejez.  

Además, se ha observado que aproximadamente el 30% de los ancianos con depresión padecen previamente TLP, por lo que es recomendable estar vigilantes ante la posible aparición de los primeros síntomas de depresión, para poder actuar en los inicios y así ayudar al paciente anciano con TLP a mejorar su calidad de vida.  

Por supuesto las revisiones médicas generales y el control de otras enfermedades, son fundamentales para mantener una buena salud física que ayude al bienestar de estas personas.  

Dada la complejidad de su situación, es importante que las personas que envejecen con TLP cuenten con apoyo familiar y profesional durante toda su vida.  

Porque con el apoyo de familiares, amigos, y profesionales de salud mental, las personas con TLP pueden llevar una vejez más sosegada y feliz.

Publicaciones, documentos técnicos y sitios web con información 

Contactos de interés (enlaces externos abren en ventana nueva)

  • Fundación AMAI TLP- Fundación de Familiares y Enfermos de Trastorno Límite de Personalidad 
    C/ de Coslada, 7-Bajo, 28028, Madrid.
    Teléfono: +34 919 189 073
    web: https://www.amaitlp.org
  • ACAI-TLP | Associació Catalana d´Ajuda i Investigació del Trastorn Límit de la Personalitat 
    c/ Mare de Déu del Coll, 20, baixos, 08023, Barcelona.
    Teléfono: +34 932 035 225
    e-mail: acaitlp@acai-tlp.com
    web: www.lawebdeltlp.org
  • AVATI TP/TLP Asociación Vasca de Ayuda a familiares de afectados por Trastornos de Personalidad 
    C/ Ronda S/N (frente a nº 5), 3º piso, 48005, Bilbao
    Teléfono: +34 946 569 212
    e-mail: info@avati-tlp.com
    web: https://www.avati-tlp.com
  • ASVA TP Asociación Valenciana de Trastornos de la Personalidad
    C/Tomás Sanz, 39 bajo, 46920 – Mislata (Valencia)
    Teléfono: +34 678 111 969
    e-mail: asva.tp@gmail.com
  • AExFTP Asociación Extremeña de Familiares y Afectados por Trastorno de Personalidad
    C/ Antonio Álvarez, 1ºc Badajoz, España
    Teléfono: +34 924 434 870 / +34 605 045 022
    web: https://asociacionparalasaludmental.org/
  • ARMAI TLP Asociación Regional Murciana de Ayuda e Investigación de Trastornos de la Personalidad
    Avda. Ronda Norte, 27, 5º D, 30009, Murcia
    Teléfono: +34 968 967 272 / +34 651 304 285
    e-mail: armai-tp@hotmail.com
    web: http://www.fundacionarmaitlp.com
  • TLP IMPULSO (TENERIFE) Apoyo para la atención del trastorno límite de personalidad en Tenerife
    C/ Calderón de la Barca, 7,38005 Santa Cruz de Tenerife
    Teléfono: +34 669 93 06 49
    e-mail: tlpimpulso@gmail.com
  • TP Galicia Asociación de Asistencia e Investigación de los Trastornos de la Personalidad
    Rúa Manuel María, 6 (Salgueiriños), 15705, Galicia
    Teléfono: +34 699 25 89 93
    e-mail: info@tpgalicia.org 
    web: https://www.tpgalicia.org
  • AVANCE Asociación en defensa de la atención a los trastornos de la personalidad 
    Avda. Luis Ortiz Muñoz s/n Centro Cívico El Esqueleto, 41013 – Sevilla
    Teléfono: +34 619 43 53 79 / +34 688 71 32 23
    e-mail: avance.feafes@hotmail.com 
    web: https://www.avance-tp.org

¿Qué es el trastorno límite de la personalidad? 

El trastorno límite de personalidad (TLP) es un trastorno mental caracterizado por emociones intensas e inestables, relaciones inconsistentes y un patrón de conductas impulsivas y destructivas. 

Los individuos con Trastorno Límite de Personalidad (TLP) pueden experimentar episodios de emociones intensas, como rabia, dolor y miedo, que pueden conducir a conductas impulsivamente dañinas, como autolesionarse, consumir drogas o comer compulsivamente, en un intento de hacer frente a estas sensaciones.  

El trastorno límite de la personalidad es una enfermedad mental grave que causa un malestar y un deterioro significativos en la vida cotidiana.  

Vivir con TLP es un gran reto, y también se asocia a un mayor riesgo de comportamiento suicida. 

¿Qué causa el trastorno límite de la personalidad? 

No se conoce bien la causa exacta del trastorno límite de personalidad (TLP), pero es probable que sea una combinación de factores genéticos, sociales, ambientales, bioquímicos y fisiológicos.   

El TLP podría tener un componente hereditario y agravarse por acontecimientos vitales estresantes. 

¿Cuáles son los síntomas del trastorno límite de la personalidad? 

Los síntomas principales del trastorno límite de personalidad (TLP) incluyen emociones y relaciones inestables e intensas, comportamientos impulsivos y destructivos, y pensamientos suicidas. 

En algunas personas con TLP, estos síntomas pueden incluir también comer en exceso, conductas sexuales inusuales o de riesgo y problemas de abuso de sustancias.  

¿Cómo se diagnostica el trastorno límite de la personalidad? 

El TLP suele diagnosticarse mediante una entrevista clínica con un psiquiatra o psicólogo debidamente cualificado mediante la observación de determinados criterios diagnósticos.  

Para el correcto diagnóstico es muy importante entrevistar también a familiares y amigos para poder recabar toda la información necesaria sobre los síntomas y comportamientos del paciente.  

¿Puede tratarse el trastorno límite de la personalidad? 

El TLP es un trastorno complejo y el tratamiento variará en función de las necesidades individuales.  

Sin embargo, hay una serie de terapias eficaces, como los psicofármacos, la terapia conductual dialéctica y la psicoeducación, que pueden ser útiles para controlar los síntomas y mejorar el día a día de las personas con trastorno límite de la personalidad.   

¿Puede prevenirse el trastorno límite de la personalidad? 

No se conoce ninguna forma de prevenir el TLP, pero la detección e intervención tempranas pueden contribuir a reducir los factores de riesgo y ayudar a las personas con TLP a afrontar con más éxito los retos de vivir este trastorno. 

Además, un correcto cuidado durante el embarazo evitando tabaco, alcohol y otras sustancias psicoactivas que afectan al desarrollo del cerebro del feto es fundamental para evitar este trastorno y otras enfermedades.  

Llevar vida ordenada, activa y sana, con un entorno social y familiar estructurado, tener una ocupación estable, y vivir lejos de situaciones de estrés grave y de presiones sociales y culturales también es importante.  

Es vital aportar a los niños una crianza sana, sin imposición de roles y estereotipos, evitando en la medida de lo posible las situaciones de elevado estrés y los episodios traumáticos.  

Y en caso de que produzcan dichas situaciones de estrés y trauma, es importante recibir ayuda psicológica cuanto antes para evitar desarrollar un trastorno límite de la personalidad u otro desorden.  

  • Autolesión:

    Lesión a uno mismo.

    Los comportamientos autolesivos son comúnmente utilizados por aquellos que sufren enfermedades mentales, como depresión o ansiedad, como una forma de lidiar con emociones extremas o períodos de situaciones estresantes.

    La autolesión a menudo puede parecer un método para manejar situaciones extremadamente difíciles a nivel psicológico, ayudando a las personas a corto plazo a sentirse mejor.

    Sin embargo, la autolesión puede causar trauma, problemas físicos como infecciones, y estados psicopatológicos aún más complicados a largo plazo si no se consigue corregir este comportamiento.

    Además, es importante reconocer las autolesiones como un grito de socorro y un indicador de crisis psicológica para buscar asistencia psicoterapéutica adecuada y ayudar a minimizar el riesgo de peligro para el individuo.

  • Comportamiento impulsivo:

    Comportamiento irreflexivo, inesperado y desmedido. Las personas con trastorno límite de la personalidad a menudo actúan impulsivamente, participando en un comportamiento potencialmente peligroso que incluye conducción imprudente, relaciones sexuales de riesgo y abuso de sustancias.

  • Difusión de identidad:

    Dificultad para relacionarse debido a la incapacidad de desarrollar un sentido de identidad bien definido y consistente.

  • Ideación suicida:

    Pensamientos o comportamientos suicidas.

    La investigación ha encontrado que, en promedio, alrededor del 80 por ciento de las personas con TLP han experimentado pensamientos o comportamientos suicidas en algún momento de sus vidas.

  • Inestabilidad emocional:

    La inestabilidad emocional es común para aquellos con TLP, que luchan con cambios de humor rápidos, ira extrema y altos niveles de ansiedad.

  • Miedo al abandono: 

    Una de las características distintivas del trastorno límite de personalidad es un intenso miedo al abandono, que puede llevar a una persona a tomar medidas desesperadas para evitar quedarse sola, como las amenazas y el comportamiento manipulador.

  • Percepción distorsionada: 

    Cambios extremos en la forma en que las personas se perciben a sí mismas y a otras. Esto puede incluir puntos de vista que cambian con frecuencia independientemente de la situación y de quienes están alrededor.

  • Psicoeducación:

    Tipo específico de educación para ayudar a las personas a aprender sobre diferentes afecciones de salud mental y los tratamientos disponibles.

    La psicoeducación es beneficiosa para quienes padecen problemas de salud mental, así como para sus familias y cuidadores.

    Esta forma de educación tiene como objetivo aumentar el conocimiento sobre la enfermedad mental padecida por el paciente, reducir el estigma asociado con las enfermedades mentales y, en última instancia, mejorar el bienestar general.

    Ayuda a las personas a comprender su condición y a involucrarse más en su cuidado y les hace saber que no están solas en su lucha.

    También brinda una oportunidad para que las personas desarrollen estrategias de manejo y habilidades de afrontamiento necesarias para administrar mejor su salud mental.

    En definitiva, la psicoeducación es una herramienta valiosa para promover la concienciación en salud mental y mejorar los resultados para quienes se enfrentan a trastornos que la alteran.

  • Relaciones inestables: 

    Las personas con TLP a menudo forman relaciones intensas e inestables que pueden fluctuar rápidamente entre la idealización y la devaluación de la otra persona.

  • Sustancias psicoactivas: 

    Sustancias que alteran el funcionamiento del cerebro, produciendo un estado alterado de conciencia que puede variar desde la relajación hasta el delirio.

    Se pueden dividir en dos tipos: sustancias legales e ilegales.

    Las sustancias legales incluyen alcohol, tabaco y algunos medicamentos.

    Las sustancias ilegales, por otro lado, son drogas psicoactivas como la marihuana, la cocaína, la heroína, etc., que generalmente están prohibidas en la mayoría de los países.

    El uso a largo plazo de estas sustancias puede conducir a problemas graves de salud y mentales que incluso pueden provocar la muerte en casos extremos.

  • Terapia conductual dialéctica:

    Forma de psicoterapia diseñada para ayudar a las personas que luchan con la regulación emocional y el comportamiento impulsivo a aprender habilidades para hacer frente y controlar sus síntomas.

  • Trastorno de apego reactivo: 

    Trastorno caracterizado por la dificultad de formar relaciones confiables y emocionalmente seguras con los demás.