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La artritis reumatoide (AR) es una patología crónica de tipo inflamatorio y autoinmune.

Es una enfermedad crónica frecuente y afecta a las articulaciones.

Un 0,5 por ciento de la población de todo el mundo tiene artritis reumatoide (AR). O lo que es lo mismo más de 23 millones de personas en todo el mundo, según datos de la Coordinadora Nacional de Artritis.

La enfermedad es autoinmune porque se desencadena cuando el organismo intenta defenderse de una amenaza, que en este caso no es tal, ya que se crean anticuerpos ante los propios tejidos y articulaciones del organismo, haciendo que estos sufran un daño y degeneración.

Afortunadamente hay tratamientos farmacológicos que logran que los síntomas remitan.

¿Cómo se presenta?

Se presenta como una inflamación que persiste en articulaciones y en algunas ocasiones en órganos internos.

Pese a su prevalencia es una enfermedad poco conocida, y sus principales síntomas no son visibles a siempre vista

  • Dolor
  • Fatiga
  • Rigidez

Se presenta con mayor prevalencia en mujeres que en hombres.

Tipos de artritis

Existen diversos tipos de artritis

  • Espondiloartritis. Se llama así a un grupo de enfermedades de tipo reumático. Todas las enfermedades tienen en común la inflamación de las articulaciones, según donde se sitúe es un tipo de patología u otra. A este grupo pertenecen la espondilitis anquilosante, espondiloartritis axial y otras.
  • Artritis Psoriásica. Es parte del grupo de espondiloartritis. Afecta a articulaciones y también afecta a la piel.
  • Artritis Idiopática Juvenil. Es un tipo de artritis de origen desconocido que se da en jóvenes.
  • Artritis reumatoide. Este tipo de artritis es el que trataremos en estas páginas. Explicaremos por qué se produce y cuáles son sus síntomas más significativos.

¿Por qué se produce la Artritis Reumatoide?

La AR es una enfermedad cuyo origen no se conoce del todo. Algo que pasa con la mayor parte de enfermedades de tipo autoinmune.

Existen una serie de causas posibles y una predisposición genética que se activa con ciertos factores ambientales y hace que el sistema inmunitario actúe y reaccione contra los propios tejidos que identifica como si fueran una amenaza.

Las causas que se barajan en el caso de la AR son

  • Factores genéticos. Hay varios genes relacionados con el desarrollo de la AR. Se cree que debido a esa índole genética la AR es más común en ciertas zonas del mundo y también en ciertas familias. Se ha detectado en ocasiones (en un 30%) la misma enfermedad en gemelos.
  • Historial familiar. Cuando hay personas en la familia que han tenido AR, es posible que algún descendiente pudiera desarrollar la enfermedad. Es importante tener en cuenta que, aunque alguien tenga los genes con la predisposición a tener AR, no siempre tiene que desarrollar la patología.
  • Infecciones. Hay que recalcar que es una patología que no se transmite por contagio. Pero que, en ocasiones, ante infecciones se puede desarrollar (como por ejemplo en infecciones bucales)
  • Tabaco
  • Sobrepeso u obesidad
  • Estrés
  • Alteraciones hormonales. Es probado que los estrógenos, hormonas femeninas, ayudan a retrasar la manifestación de la AR.

De cualquier forma, puede haber otros factores que hoy día los investigadores están analizando y estudiando, y que también podrían ser desencadenantes de la patología.

Recientes investigaciones publicadas en 2019 proyectan nuevas perspectivas sobre las posibles causas.

Investigadores belgas han confirmado que los macrófagos, un tipo de células inmunitarias, podrían desencadenar la AR. En concreto, en sus pruebas e investigaciones han detectado que la proteína A20 previene la desaparición de los macrófagos y podría proteger ante la enfermedad, así como servir de tratamiento para la AR.

En esta investigación se observa que parte de los macrófagos mueren y provocan la inflamación, debido a esa necroptosis (muerte celular). Por eso su investigación va encaminada a bloquear la muerte de los macrófagos y comprobar si esa acción protege ante el desarrollo de la artritis reumatoide.

Síntomas

En el caso de la AR el sistema lucha contra las articulaciones y en algunos casos contra algunos órganos, creando lesiones en sus tejidos.

La inflamación es la forma principal en que se presenta esa defensa del sistema inmunitario.

En resumen, ante la amenaza “errónea” que supone para el organismo el tejido de articulaciones y otros órganos, envía células de defensa, que se transportan a través de los vasos sanguíneos y por eso se dilatan, y hacen que llegue más líquido a las articulaciones produciendo inflamación en esas zonas.

Esa inflamación e hinchazón hará que esas zonas duelan. La zona puede estar adormecida, roja y a veces caliente.

Detallamos a continuación los síntomas más frecuentes con AR

  • Cansancio y malestar general
  • Debilidad muscular
  • Rigidez de las articulaciones (sobre todo los pies) al despertar
  • Rigidez y dolor en las articulaciones afectadas y dificultad para realizar movimiento
  • Febrícula o fiebre leve
  • Inflamación de la articulación afectada (tumefacción)
  • Pérdida de las ganas de comer, que en algunos casos va acompañada de pérdida de peso
  • Aparición de bultos en las articulaciones de los conocidos como nódulos reumatoides, de Heberden (articulación distal) o de Bouchard (articulaciones medias), dependiendo de su situación. Esos bultos aparecen bajo la piel. También pueden aparecer otra serie de síntomas y manifestaciones que no tienen que ver en concreto con las articulaciones, pero derivan de la AR
  • Alteraciones en la piel y tejidos
  • Alteraciones en órganos como el corazón o los pulmones
  • Alteraciones cardiovasculares
  • Alteraciones oculares

Según la Guía de información a pacientes, editada por Escuela de Pacientes EASP, y redactada por reumatólogos, pueden aparecer síndromes como el de Sjögren, que se desarrolla con una alteración del sistema autoinmunitario que provoca sequedad bucal y visual. También esa sequedad puede causar daño en riñones y pulmones.

La evolución de la patología es diferente en cada persona. Hay personas en las que la AR queda estable o para, y en otros va progresando con el paso del tiempo.

Lo habitual en la mayor parte de personas con esta patología es que la enfermedad combine periodos estables con otros donde los síntomas aparecen con más severidad, lo que los especialistas llaman “brotes sintomáticos”.

En estos brotes destaca la afectación de las articulaciones

  • Se hinchan e inflaman
  • Desprenden calor
  • Duelen
  • El movimiento es difícil, sobre todo cuando la persona lleva mucho tiempo inmóvil, como cuando duerme

Si no se sigue un tratamiento adecuado esas crisis o exacerbación de los síntomas se darán con mayor frecuencia, y eso a su vez provoca mayor malestar en las articulaciones, e incluso la deformación de las mismas.

Las fases en las que se puede dividir la AR son tres, según la clasificación funcional realizada por el Colegio Americano de Reumatología:

  • Fase inicial. Aparecen los primeros síntomas: dolor, malestar general, alteración de las articulaciones de forma simétrica (en ambas manos, ambos pies, ambas rodillas…). En esta fase las personas pueden realizar todas las actividades de su vida diaria sin complicaciones.
  • Fase de estado. Es la fase media. Aparecen más síntomas relacionados con el avance de la inflamación en las articulaciones, mayor dolor, que empeora con el movimiento de la articulación. La inflamación de la articulación y la sinovitis provoca dificultad para moverse y rigidez. En esta fase las personas tendrán capacidad para tareas como su cuidado personal, pero existen algunas dificultades para realizar otras actividades, ya sean laborales, u otras.
  • Fase avanzada en la que pueden aparecer secuelas por el desgaste del cartílago. El cartílago de la articulación y el hueso que la componen sufre las consecuencias del roce que ha ido desgastando la articulación al estar inflamada. El dolor y la rigidez hacen que la musculatura se pueda atrofiar. La articulación comienza a tomar formas que no son las habituales de dicha articulación, pero que se desarrollan debido a esa atrofia y para evitar el dolor. En esta fase avanzada se limita tanto la capacidad para realizar el cuidado personal como para otro tipo de tareas. En estos casos puede haber personas que presenten una discapacidad más severa, y que tengan que ayudarse con bastones u otros apoyos para caminar o desplazarse.

Un tratamiento adecuado, tanto por parte del reumatólogo, como por parte de fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales, hará que ese avance se ralentice y se retrasen los posibles efectos que causa la patología sobre las articulaciones.

Tratamiento

Para seguir un adecuado tratamiento el primer paso es el diagnóstico.

El especialista encargado de diagnosticar y pautar un tratamiento a las personas con AR es el reumatólogo.

Este especialista no trabajará solo para una mejor calidad de vida de las personas con artritis reumatoide, sino que puede ayudarse de otros profesionales como los fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales, que juegan un papel esencial para mejorar la autonomía de la persona con AR y los síntomas musculares y articulares.

En este equipo de seguimiento a la persona con AR también se incluyen figuras como el cirujano ortopédico, el personal de enfermería, técnicos de ortopedia, psicólogos en caso de ser necesario, e incluso el apoyo de asistentes sociales.

Pruebas para detectar la AR

El especialista realizará un examen físico del paciente y le puede solicitar algunas pruebas para conocer más a fondo su afectación y cómo tratar su caso.

Las pruebas para conocer en profundidad el avance de la artritis reumatoide pueden ser las siguientes

  • Radiografías o gammagrafías ósea (rayos de huesos)
  • TAC
  • Análisis de líquido sinovial. Este líquido se encuentra en las articulaciones. Forma una capa sobre el cartílago de las articulaciones para proteger de la fricción entre los elementos de la articulación.
  • Análisis de sangre y orina

El especialista normalmente valora los síntomas y según los que aparecen y su repetición o continuidad en el tiempo, se diagnosticará como AR o no.

En la guía para pacientes sobre Artritis Reumatoide de la Consejería de Salud a través de su Escuela Andaluza de Salud Pública detallan que al menos han de darse 4 de los siguientes puntos

  • La rigidez que aparece por las mañanas en las articulaciones y que dura en torno a una hora. Ese síntoma ha de aparecer durante al menos mes y medio
  • Artritis en 3 o más articulaciones y que aparecen simultáneamente más de 6 semanas
  • Artritis en articulaciones de las manos, más de 6 semanas
  • Inflamación de forma simétrica más de 6 semanas
  • Aparición de nódulos reumatoides
  • Análisis que da positivo en niveles de reuma
  • Presencia en los rayos de erosiones o lesiones típicas en artrosis de muñeca

Tratamientos combinados

El tratamiento óptimo combina tanto medicinas como tratamientos de fisioterapia para mejorar los síntomas de la artritis, y en algunos casos puede ser necesaria una intervención quirúrgica o cirugías.

  • Medicinas / Fármacos
  • Rehabilitación
  • Cirugía

Las medicinas van encaminadas a reducir la inflamación y también existen fármacos antirreumáticos para modificar la patología. Estos fármacos, conocidos como modificadores, actúan sobre el sistema inmunitario, haciendo que no se revele y bajando la inflamación de las articulaciones.

Para las fases de aparición de brotes los especialistas también pueden pautar corticoides.

Los expertos afirman que gracias a la investigación han aparecido nuevos fármacos que tratan de forma más óptima la AR y son capaces de tratar la enfermedad y sus síntomas de una forma más amplia, no solo en lo que afecta a articulaciones, sino también intentando tratar y minimizar el resto de síntomas.

El objetivo primordial del tratamiento es lograr frenar el deterioro de la articulación y así mejorar la calidad de vida del paciente, pero hoy además el reto está en conseguir actuar sobre el resto de los síntomas y minimizarlos e incluso llegar a prevenirlos.

Además del tratamiento farmacológico como comentábamos también existen otras terapias complementarias

  • Fisioterapia. Puede ayudar a mejorar la movilidad y flexibilidad. La terapia consistirá en fisioterapia, masajes, ejercicios en el agua o uso de aparatos de ortopedia (férulas de descanso para corregir la deformación de articulaciones).
  • Cirugía. Existen ocasiones en las cuales los profesionales pueden proponer diversos tipos de cirugía para solventar posibles alteraciones en la articulación.
    • Cuando la articulación está demasiado desgastada y se plantea una cirugía de reemplazo de la articulación para mejorar la calidad de vida del paciente. Este tipo de cirugía se llama artroplastia.
    • En otras ocasiones para conocer mejor y más a fondo hasta dónde llega el problema con la articulación, se puede emplear la artroscopia, un proceso con una cámara que visualiza la articulación por dentro e incluso capaz de tratar los problemas que pueda visualizar.
    • Sinovectomía. Se llama así al proceso para operar la membrana sinovial de la articulación.

En lo que respecto a la fisioterapia y de los profesionales de terapia ocupacional, buscarán la forma de mejorar la movilidad, autonomía del paciente, y restar el dolor que pueda aparecer con la movilidad de las articulaciones.

Los fisioterapeutas realizan un examen exhaustivo de cada caso para particularizar su tratamiento rehabilitador. Su principal reto es lograr retrasar el avance de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de la persona con AR.

Además de valorar el estado actual del paciente, las alteraciones que pueda presentar y su valor funcional para la vida cotidiana, se tendrá en cuenta si las articulaciones ya experimentan deformación, y en caso positivo, podrán indicar la necesidad de llevar férulas u ortesis que mejoren las posturas y estado de las articulaciones.

También es muy conveniente su experiencia y conocimiento sobre las adaptaciones y ayudas técnicas que la persona con AR puede usar para mejorar su día a día y lograr mayor independencia.

Se pueden adaptar elementos como tijeras, cepillo de dientes, cubiertos, y otras herramientas de uso común.

Consejos de prevención

No existen consejos de prevención para que la enfermedad no aparezca, ya que hay factores, como el genético que no se pueden controlar. Aunque por ejemplo los factores hormonales si pueden ser tenidos en cuenta por el especialista.

Lo que sí está claro es que se pueden ralentizar sus síntomas y prevenir el avance de estos para lograr una mejor calidad de vida.

¿Cómo ralentizar la aparición de síntomas y minimizarlos?

Si la enfermedad se diagnostica de forma precoz se puede hacer un mejor pronostico, ya que se podrá actuar antes, y prevenir la deformidad de las articulaciones que se ocasiona en su fase avanzada, así como el dolor, y otros síntomas que la acompañan.

A su vez el apoyo de fisioterapeutas y de terapeutas ocupacionales es vital para lograr la prevención de diversos síntomas y la pérdida de autonomía y movilidad de las articulaciones.

La rehabilitación y ejercicios pueden ir encaminados a mejorar ciertas acciones y funciones de cada persona

  • Para fortalecer los músculos
  • Para prevenir el cansancio y fatiga
  • Para prevenir la atrofia muscular
  • Para adaptarse al entorno y usar ayudas técnicas cuando sea necesario
  • Para minimizar el dolor
  • Para prevenir deformidad (con férulas y ortesis)

Asimismo, los expertos coinciden en manifestar que la ergonomía y las posturas correctas son esenciales para no acelerar la artritis reumatoide.

Es importante no sobrecargar las articulaciones afectadas y así protegerlas.

Algunas recomendaciones para una mejor calidad de vida en las personas con AR son

  • No coger demasiado peso
  • No abusar de subir o bajar escaleras si el problema esta en pies, tobillos o rodillas
  • Intentar tener un peso ideal y correcto de acuerdo con la constitución y altura de cada uno
  • Organizar tareas y actividades de forma que se pueda parar y hacer descansos
  • Realizar estiramientos
  • Cambiar de posición
  • Descansar adecuadamente y dormir las horas necesarias, unas 8 al día
  • Usar bastones o las ayudas técnicas necesarias para mejorar la movilidad y evitar tropiezos o caídas
  • Respetar el dolor y parar una actividad si este aparece, para no saturar la articulación, y dañarla

En esta guía aparecen una serie de ejercicios muy recomendables para mantener, mejorar o recuperar la movilidad funcional de las articulaciones, y que se componen de ejercicios respiratorios, estiramientos, rotaciones y otra serie de ejercicios para rehabilitar cada una de las partes del cuerpo: Manual de ejercicios para personas AR

Otros consejos que pueden ayudar a prevenir el desarrollo o avance de la AR es intentar no tener obesidad y/o ser fumador, ya que ambos puntos se sitúan como desencadenantes de la patología.

Envejecimiento saludable

A día de hoy un dato importante que nunca puede faltar al hablar de salud es afrontar el envejecimiento en personas con una enfermedad crónica, como es el caso de la AR.

El primer paso esencial para mantener estable la patología y poder evitar posibles brotes es hacer un correcto seguimiento del tratamiento. Tomar la medicación tal y como lo dice el especialista, hacer los ejercicios que nos recomienda el fisioterapeuta y usar aquellas ayudas técnicas y apoyos que puedan hacer falta.

Según avanza la edad puede que la AR haya avanzado también y comiencen a ser necesarias algunas cirugías, férulas para corregir deformidad en las articulaciones, etc.

Siempre acudir al especialista y a las revisiones pertinentes para que pueda ir evaluando nuestra evolución y aquellos tratamientos que se requieran según la fase en la que nos encontremos.

Es necesario seguir con aquellas recomendaciones que hemos añadido en la sección de prevención y que consiguen una mejor calidad de vida.

Importante estar atentos a estos puntos

  • Seguir el tratamiento farmacológico pautado
  • Realizar los ejercicios de mantenimiento
  • Hacerse con adaptaciones y ayudas técnicas para no forzar las articulaciones
  • Equilibrar el reposo y descanso con el adecuado ejercicio físico
  • Llevar una dieta equilibrada

Estar en contacto con entidades y asociaciones de personas con artritis reumatoide puede ser beneficioso para orientaciones, dudas o preguntas que puedan surgir.

Publicaciones, documentos técnicos y websites con información (enlaces externos abren en ventana nueva)

Contactos de interés

  • Sociedad Española de Reumatología (SER)
    C/ Marqués del Duero, 5 – 1ª planta - 28001 Madrid
    Teléfono: 915 767 799 Fax: 915 781 133
    e-mail: ser@ser.es
    web: https://www.ser.es/
  • Coordinadora Nacional de Artritis. ConArtritis
    C/Ferrocarril, 18, 1º dspcho.2 - 28045 Madrid
    Teléfonos de contacto: 902 013 497 – 91 535 21 41 – 644 00 77 18
    Atención general: conartritis@conartritis.org
    Web: http://www.conartritis.org
  • Asociación Valencia de Afectados de Artritis AVAAR
    C/ José Grollo 57 Bajo - 46025 Valencia
    Reuniones: (Solicitar cita previa)
    Avinguda Menéndez y Pelayo, 25 – 46010 Valencia
    FUNDACIÓN QUAES
    Citas previas Teléfono 608 703 472
    E-mail artritisvalencia@hotmail.com
    Web: http://www.avaar.org/
  • Asociación Malagueña de Artritis Reumatoide (amare)
    Centro Ciudadano Antonio Sánchez Gómez Camino Castillejos, 4-6 - 29010 Málaga
    Teléfono: 952 27 45 40 Móvil: 637 54 89 53
    e-mail: info@amare.es
    web: http://www.amare.es
  • Arthritis Foundation
    Web http://espanol.arthritis.org/espanol/
  • Artritis Reumatoide México (AMEPAR)
    Zacatecas #24, Piso 3, Despacho 302, Col. Roma,
    Delegación Cuauhtémoc, 06700, México D.F
    Teléfono +01 (55) 55 84 65 05
    E-mail contacto@amepar.org.mx
    Web  https://amepar.org.mx/
  1. ¿Por qué se produce?
  2. ¿Se puede prevenir?
  3. ¿Tiene cura? ¿Cuál es el tratamiento?
  4. ¿Qué síntomas tiene una persona con artritis reumatoide?
  5. ¿Qué prevalencia tiene en la población?
  6. ¿A qué edad suele aparecer?
  7. ¿En qué se diferencia la artritis y la artrosis?
  8. ¿Se pueden practicar deportes?

¿Por qué se produce?

La artritis reumatoide (AR) es una patología crónica de tipo inflamatorio y autoinmune. Es una enfermedad crónica frecuente y afecta a las articulaciones.

Su desencadenante no se conoce del todo. Algo que pasa con la mayoría de las enfermedades de tipo autoinmune.

Existen una serie de causas posibles y una predisposición genética que se activa con ciertos factores ambientales y hace que el sistema inmunitario actúe y reaccione contra los propios tejidos que identifica como si fueran una amenaza.

Las causas que se barajan en el caso de la AR son las siguientes:

  • Factores genéticos.

Hay varios genes relacionados con el desarrollo de la AR.

  • Historial familiar.

Cuando hay personas e la familia que han tenido AR, es posible que algún descendiente pudiera desarrollar la enfermedad.

  • Infecciones. Hay que recalcar que es una patología que no se transmite por contagio. Pero que, en ocasiones, ante infecciones se puede desarrollar (como por ejemplo en infecciones bucales
  • Tabaco
  • Sobrepeso u obesidad
  • Estrés
  • Alteraciones hormonales. Es probado que los estrógenos, hormonas femeninas, ayudan a retrasar la manifestación de la AR.

De cualquier forma, puede haber otros factores involucrados en su desarrollo que en la actualidad los investigadores están analizando y estudiando, y que también podrían ser desencadenantes de la patología.

Recientes investigaciones publicadas en 2019 proyectan nuevas perspectivas sobre las posibles causas.

Investigadores belgas han confirmado que los macrófagos, un tipo de células inmunitarias, podrían desencadenar la AR. En concreto, en sus pruebas e investigaciones han detectado que la proteína A20 previene la desaparición de los macrófagos y podría proteger ante la enfermedad, así como servir de tratamiento para la AR.

En esta investigación se observa que parte de los macrófagos mueren y provocan la inflamación, debido a esa necroptosis (muerte celular). Por eso su investigación va encaminada a bloquear la muerte de los macrófagos y comprobar si esa acción protege ante el desarrollo de la artritis reumatoide.

¿Se puede prevenir?

No existen consejos de prevención para que la enfermedad no aparezca, ya que hay factores, como el genético que no se pueden controlar. Aunque por ejemplo los factores hormonales si pueden ser tenidos en cuenta por el especialista.

Lo que sí está claro es que se pueden ralentizar sus síntomas y prevenir el avance de estos para lograr una mejor calidad de vida.

¿Cómo?

Un diagnostico precoz es importante para que el especialista pueda valorar y pautar el mejor tratamiento según la fase en la que se encuentra la AR.

Seguir el tratamiento pautado y también seguir terapias de fisioterapia y el consejo del terapeuta ocupacional pueden hacer que los síntomas se ralenticen y se minimice la inflamación, la deformación de articulaciones y el dolor.

¿Tiene cura? ¿Cuál es el tratamiento?

La artritis reumatoide es una enfermedad de carácter crónico, por lo que no tiene cura.

Pero si se puede pautar un tratamiento para lograr una mejor calidad de vida y que la enfermedad tenga menor incidencia sobre el organismo.

El tratamiento óptimo combina tanto medicinas como tratamientos de fisioterapia para mejorar los síntomas de la artritis, y en algunos casos puede ser necesaria una intervención quirúrgica o cirugías.

  • Medicinas / Fármacos
  • Rehabilitación
  • Cirugía

Las medicinas van encaminadas a reducir la inflamación y también existen fármacos antirreumáticos para modificar la patología. Estos fármacos, conocidos como modificadores, actúan sobre el sistema inmunitario, haciendo que no se revele y bajando la inflamación de las articulaciones.

El especialista siempre pautará las más recomendables para cada caso particular.

¿Qué síntomas tiene una persona con artritis reumatoide?

Los síntomas más característicos son

  • Dolor en las articulaciones
  • Rigidez de las articulaciones
  • Inflamación y calor en las mismas

Pero también hay otra serie de síntomas que no afectan exclusivamente a las articulaciones, sino que pueden aparecer en general

  • Cansancio, fatiga y malestar general
  • Debilidad muscular
  • Fiebre
  • Inapetencia
  • Nódulos reumatoides
  • Alteraciones en cardiovasculares, oculares o de la piel

¿Qué prevalencia tiene en la población?

Según datos estadísticos globales publicados por Con Artritis, suele afectar a entre el 0,3 y el 1% de la población, con lo cual el número en todo el mundo se situaría entre 100 y 200 millones de personas con AR.

En España, según las últimas encuestas epidemiológicas la AR afecta a alrededor del 0,5% de la población adulta. En España podría haber unos 200.000 afectados.

Según estas mismas estadísticas difundidas por Con Artritis en su web cada año se diagnostican unos 10.000-20.000 nuevos casos.

Es una enfermedad que aparece con mayor frecuencia en mujeres y suele comenzar entre los 40 y 60 años.

¿A qué edad suele aparecer?

Con Artritis, la Coordinadora Nacional de Artritis, afirma que es una patología más habitual en mayores.

Eso sí, eso no exime de que pueda aparecer en cualquier momento del ciclo vital.

La edad de aparición de la enfermedad según estas informaciones suele ser en torno a los 40 y 60 años.

En la actualidad 5 de cada 100 mujeres de más de 55 años podrían tener AR.

Dentro de ese perfil, la AR aparece con mucha mayor frecuencia que en otras personas.

¿En qué se diferencia la artritis y la artrosis?

Debido a una ligera similitud entre ambos vocablos y a que son enfermedades reumáticas hay personas que confunden ambos términos, pero son patologías distintas.

La artritis y la artrosis tienen en común que afectan a las articulaciones y que son bastante frecuentes en la población, además de tener un carácter crónico.

Pero se diferencian en sus causas y sintomatología.

La artritis, como otras patologías terminadas en -itis, significa inflamación, en este caso de las articulaciones. Puede aparecer por una infección, un golpe o una enfermedad autoinmune.

Por su parte, la artrosis consiste en un desgaste de las articulaciones, normalmente debido al proceso de envejecimiento o por un sobreesfuerzo en alguna articulación (en deportistas, trabajos que tienen movimientos que se repiten, etc.)

La artritis produce una inflamación en la membrana que recubre las articulaciones y que las protege. Esa membrana tiene un líquido, llamado sinovial, sin el que las articulaciones tienen menos protección ante golpes o traumatismos. El dolor inflamatorio no mejorará en reposo.

Es una enfermedad crónica y suele darse en ambos lados (ambas rodillas, ambas manos, etc.).

La artritis puede afectar también a huesos y cartílagos cercanos a la articulación.

Por su parte, la artrosis se produce por una degeneración que se va produciendo en el cartílago de las articulaciones. El dolor si desaparece en reposo.

El cartílago está entre los huesos para protegerlos de las rozaduras al movernos, es una especie de almohadilla que amortigua ese choque entre los huesos de la articulación.

Es una enfermedad crónica y se suele producir en una zona concreta. Se debe a la desaparición o desgaste de ese cartílago.

Otra diferencia es que en la artritis hay una rigidez mayor al levantarse por las mañanas y que es continuada, en artrosis la rigidez dura poco y solo en articulaciones afectadas por la degeneración.

En la artritis un análisis de sangre dará la confirmación de niveles alterados, pero en la artrosis la analítica es normal.

La AR además tiene otra serie de síntomas como cansancio, malestar general y en ocasiones fiebre.

¿Se pueden practicar deportes?

Las personas con artritis reumatoide pueden practicar deportes, pero intentando que sean ejercicios de bajo impacto y que no puedan producirle daño.

Los ejercicios hacen posible que la persona pueda mejorar sus capacidades y resistencia física, a la vez que pueda desconectar o entretenerse si encuentra un deporte que le guste.

Los especialistas suelen recomendar ejercicios aeróbicos como danza o baile, senderismo, lento y por buen terreno, o ciclismo. Los ejercicios en el agua o incluso reforzar con pequeñas pesas puede ser una buena opción.

Hay que tener en cuenta datos como:

  • El correcto calzado si es posible con suela amortiguadora para no dañar el pie
  • El tiempo. Que no sea demasiado. En bailes por ejemplo recomiendan una media hora. Luego dependerá de cada persona y su resistencia, capacidad y avance de la AR. En bicicleta, ya sea estática o en la calle, media hora o una hora… etc. Dependerá de la actividad y de la persona en particular. Ante cualquier duda se puede consultar al fisioterapeuta o al reumatólogo.
  • Evitar ejercicios que puedan tener riesgos de goles, caídas o esfuerzos muy bruscos (fútbol, baloncesto…)
  • Evitar ejercicios que tengan que realizarse en lugares con frío, humedad o corrientes, ya que podría hacer que el dolor aumente en las articulaciones

En esta guía con consejos para pacientes se pueden encontrar más ejemplos de ejercicios para realizar, se dividen en tres tipos:

  • Ejercicios para mejorar la movilidad y elasticidad
  • Ejercicios para fortalecer el musculo y la articulación
  • Ejercicio aeróbico para el mantenimiento saludable del organismo en general
  • Artroscopia
  • Se llama así a la exploración que se hace en el interior de una articulación. También a la intervención quirúrgica en la que se visualiza la articulación gracias a una pequeña cámara.
  • Artroplastia
  • Cirugía que se realiza en la articulación para mejorar su funcionalidad. Consiste en reconstruir la articulación que está dañada o deteriorada.
  • Atrofiar
  • Se produce atrofia cuando se pierde capacidad en un órgano o tejido o se reduce el volumen del mismo. Por ejemplo, la atrofia muscular es cuando el músculo esta menos desarrollado de lo que debería y tiene menor masa muscular.
  • Autoinmune
  • Se llaman así a las enfermedades como la AR, que se originan por una alteración en la función del sistema inmunitario del organismo. El organismo se intenta defender de una posible amenaza, pero que en realidad es una falsa amenaza. Por ejemplo, en la AR se defiende de los tejidos y elementos que componen las articulaciones, al detectarlos como extraños, de forma errónea.
  • Cartílago
  • Es un tejido blanco, elástico y resistente, que se encarga de proteger las articulaciones. Recubre los extremos de los huesos para que no rocen entre sí y provoquen su deterioro.
  • Espondiloartritis
  • Dentro de la artritis hay una clasificación por tipos. Uno de ellos es la espondiloartritis. Da nombre a un grupo de enfermedades reumáticas de tipo inflamatorio que causan artritis Este tipo de artritis afecta sobre todo a ligamentos y tendones que unen los huesos.
  • Estrógenos
  • Son las hormonas sexuales femeninas. Se producen en los ovarios y glándulas suprarrenales. Los hombres también las tienen, pero menos. Regulan la menstruación y volumen de mamas y caderas. Los estrógenos además realizan una función de regeneración de huesos, piel y otros tejidos, y contribuyen a una buena salud cerebral y cardiovascular.
  • Exacerbación
  • Se define así al aumento de un síntoma o al agravamiento de una patología.
  • Férula de descanso
  • Son apoyos rígidos o flexibles que usan los fisioterapeutas y especialistas para corregir posturas o inmovilizar partes del cuerpo. En este caso se usan para evitar o prevenir la deformidad en las articulaciones.
  • Idiopática
  • Se desconoce su origen.
  • Macrófagos
  • Son células que están en el sistema inmunitario y se encuentran en los tejidos. Su labor es la de proteger al cuerpo de bacterias y otros elementos de deshecho.
  • Necroptosis
  • Se llama así a la muerte celular. Es una muerte que los expertos definen como programada.
  • Nódulos reumatoides
  • Son bultos en las articulaciones que aparecen bajo la piel en personas con artritis reumatoide.
  • Ortesis
  • Se trata de una herramienta de apoyo que se pone en el cuerpo para modificar funciones o la estructura del esqueleto y la musculatura
  • Sinovectomía
  • Se trata de una operación quirúrgica para eliminar la membrana sinovial de la articulación.
  • Sinovitis
  • Se trata de una inflamación o irritación de la membrana sinovial. Esta membrana recubre las articulaciones.
  • Tumefacción
  • Se llama así a la inflamación que se puede producir en algún punto del cuerpo, en este caso la inflamación se da en la articulación afectada por AR.