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En esta sección podréis encontrar artículos que se actualizarán mensualmente sobre el cuidado del corazón

 

 

03-05-2016 Diabetes y enfermedad cardiovascular, ¿Cómo se relacionan?

Actualmente, más de 5,3 millones de personas en nuestro país padecen diabetes tipo 2, de las que prácticamente la mitad lo desconoce, según concluye el estudio Di@betes. A nivel global, esta cifra se suma a los más de  360 millones de personas que sufren la enfermedad en todo el mundo, y que según los expertos podría llegar a duplicarse en los próximos 20 años.

Uno de los riesgos de quienes la padecen es que desarrollen también enfermedades cardiovasculares. De hecho, la diabetes es un factor de riesgo cardiovascular, el séptimo según la American Heart Association, por lo que prevenirla y, en caso de que ya se padezca, controlarla es clave para frenar la incidencia de la enfermedad cardiovascular.

Según explica la doctora Pilar Mazón, cardióloga del Servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS) y coordinadora del proyecto El Corazón de la Diabetes de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), esta enfermedad se caracteriza por el aumento del nivel de glucemia (azúcar en sangre) debido a un defecto en la secreción o en la acción de la insulina. Esa hiperglucemia de forma mantenida provocará daño en diversos órganos del cuerpo.

“Cuando los afectados son los vasos pequeños hablamos de complicaciones microvasculares, apareciendo retinopatía (puede llevar a la ceguera), nefropatía (es la causa más frecuente de necesidad de hemodiálisis) o neuropatía. Cuando se afectan las arterias de mayor calibre hablamos de complicaciones macrovasculares: aparecerá enfermedad coronaria, arteriopatía periférica (circulación de las piernas)...”, señala Mazón.

En concreto, la diabetes influye en el desarrollo de la aterosclerosis -la afectación de la pared interior de las arterias que provocará un estrechamiento y una disminución del riego sanguíneo-. Además, cuando afecta a las arterias coronarias “provoca cardiopatía isquémica, y sus manifestaciones clínicas (angina, infarto...) suelen ser más graves que en los pacientes no diabéticos, pues la afectación es más difusa y extensa”, explica la doctora Mazón, quien añade que además en los diabéticos se afecta el miocardio (músculo del corazón) disminuyendo su capacidad de contracción, por lo que no es raro que en estos pacientes haya también insuficiencia cardiaca. “Otro problema que podemos encontrar se debe a que la diabetes tiene la capacidad de afectar los nervios (neuropatía) que irrigan el corazón y provocar alteraciones del ritmo cardiaco e incluso disminuir la sensibilidad al dolor, por lo que en ocasiones hay pacientes diabéticos que pueden sufrir infartos silentes (sin dolor)”, concluye.

Cómo controlar la diabetes

Según los especialistas, el paciente es quien mejor puede controlar su enfermedad manteniendo unos hábitos de vida saludable. Por eso resulta fundamental seguir las siguientes prácticas:

  • Evitar el sedentarismo.
  • No fumar.
  • Mantener un peso saludable.
  • Seguir las recomendaciones farmacológicas que le indique su médico.
  • Acudir a las consultas programadas.

 

24-02-2016 ¿Cómo influyen los antecedentes familiares en la salud de tu corazón?

La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en España, con un un 32,5% del total de defunciones según datos del Instituto Nacional de Estadística. Sin embargo, la prevención podría reducir ese número, y pasa por controlar los factores de riesgo (http://www.fundaciondelcorazon.com/prevencion/riesgo-cardiovascular.html). 

Entre los principales factores de riesgo que deberíamos mantaner a raya están el colesterol, la dabetes, la hipertensión arterial, el tabaquismo, la falta de ejercicio, la mala alimentación y también nuestros antecedentes familiares.

Este último resulta fácil de identificar: si nuestros padres han sufrido un infarto debemos ser conscientes de que pertenecemos a un grupo de mayor sensibilidad y, por tanto, hemos de multiplicar las medidas de prevención primaria como no fumar, seguir una dieta equilibrada y practicar ejercicio regularmente. La razón es que los miembros de familias con antecedentes familiares de ataques cardiacos contemplan un riesgo cardiovascular más alto, y el peligro aumenta proporcionalmente a la cantidad de parientes directos que hayan padecido infartos.

Por eso es importante disponer de un historial familiar, de forma que podamos adelantarnos a complicaciones. Los especialistas consideran que hay que poner especial atención en estos casos:

  • Cuando un familiar masculino de primer grado -padre o hermano- haya sufrido un infarto antes de los 55 años.
  • Si un familiar femenino de primer grado -madre o hermana- ha sufrido un infarto antes de los 65 años.

Además, si tanto el padre como la madre han sufrido problemas cardiovasculares antes de los 55 años, el riesgo del hijo se incrementa un 50 por ciento. Sin embargo, los eventos cardiovasculares de la famlia no son los únicos que indican que nuestro riesgo de padecer enfermedad cardiovascular puede ser más alto. La hipercolesterolemia familiar es uno de los factores hereditarios de mayor riesgo cardiovascular. Si tenemos antecedentes familiares de colesterol elevado debemos someternos a analíticas desde una edad temprana para que se pueda hacer un diagnóstico precoz. Lo mismo ocurre con la hipertensión y la diabetes tipo 2, que tiene un componente genético. Si uno de los padres tiene diabetes, el hijo contempla un alto riesgo de desarrollarla.

 

04-01-2016 7 estrategias para luchar contra el estrés

Desde hace tres años, el estrés aparece como factor de riesgo cardíaco en la Guía Europea de prevención cardiovascular. Pero hace ya más de una década que desde la práctica médica se recomienda prestar atención a este proceso. La razón es que si el estrés se instala de forma habitual en nuestra vida cotidiana, acaba afectando a la salud.

Los primeros estudios que revelaron que el estrés mental acaba desencadenando enfermedades cardiovasculares fueron investigaciones realizadas tras grandes crisis y catástrofes. Sin embargo, no es necesario pasar por grandes tragedias para que el estrés nos afecte. Una rutina laboral que nos exija demasiado, la sensación de no poder llegar a todo por tener que repartirnos entre el trabajo y la familia o circunstancias personales con las que no sabemos cómo lidiar son suficientes para que nuestros niveles de estrés se disparen. Por eso es fundamental aprender a relajarnos de forma que el estrés se reduzca significativamente o incluso llegue a desaparecer. Estas siete técnicas pueden echarnos una mano.

  • Ejercicio físico. Es una de las recomendaciones habituales de los cardiólogos porque el deporte, además de favorecer el control del estrés, también es útil a la hora de evitar otros factores de riesgo cardiovascular como la obesidad, la hipertensión arterial o niveles altos de colesterol. Aunque podemos elegir entre un largo listado de actividades deportivas, la realización de ejercicio físico dinámico, como la natación, la bicicleta o la marcha, es la más indicada.
  • Alimentación. Llevar una dieta equilibrada, rica en verduras, frutas y fibra y baja en grasas y azúcares resulta fundamental para sentirnos bien. Pero además es conveniente limitar el consumo de tabaco, café y alcohol ya que estas sustancias son potenciadoras de estrés.
  • Sueño suficiente. Para la renovación celular es preciso dormir al menos 7 horas al día. Haciéndolo no sólo conseguiremos rebajar nuestro estrés sino que además nos encontraremos más descansados y con la energía suficiente para afrontar el día. Para que el sueño sea reparador podemos evitar estimulantes durante la tarde, evitar alimentos pesados en la cena y mantener unos horarios más o menos constantes que nos ayudan a descansar mejor.
  • Disfrutar de un buen baño. Los baños calientes contribuyen a regular las frecuencias respiratoria y cardíaca, pero además resultan perfectos para relajarnos porque las condiciones de calor y humedad nos ayudan a destensar el cuerpo. Crear una atmósfera relajante, añadiendo aceite de lavanda al agua o encendiendo alguna vela con aromas naturales, también puede ayudar.
  • Técnicas de relajación o respiración y meditación. Cada día, más profesionales de la salud reconocen los beneficios de técnicas como el yoga, el taichí o el pilates, que han demostrado su utilidad para reducir el estrés y mejorar la presión arterial, la circulación y el sistema inmunológico.
  • Prepararse una manzanilla de vez en cuando. Una reciente investigación ha revelado que uno de los componentes de la manzanilla (matricaria recutita) se une a los mismos receptores que fármacos como el Valium. De ahí que esta planta provoque una sensación similar a la que provocan los tranquilizantes benzodiazepínicos.
  • Sesiones de masaje. La manipulación sistemática de los tejidos suaves del cuerpo, masajeando en contra del sentido de la circulación, ayuda a estimular la circulación sanguínea, el transporte de oxígeno en sangre, la actividad cardiovascular y la eliminación de toxinas de los músculos. El objetivo es una completa relajación muscular que influye positivamente en nuestra relajación mental.

30-11-2015 Reducir el colesterol: un reto con cinco claves

Mantener a raya el colesterol es imprescindible para evitar uno de los principales factores de riesgo cardiovascular. Sin embargo, nuestros niveles de colesterol son más altos que nunca: se calcula que alrededor de la mitad de la población presenta niveles elevados de colesterol. Como consecuencia, un 50% de la sociedad está poniendo en riesgo su salud. La buena noticia es que está en nuestra mano reducir esa cifra. Para lograrlo, los cardiólogos aconsejan centrar la atención en cinco aspectos.

1. Vigilar los números. El colesterol es una sustancia grasa natural necesaria para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. Sin embargo, cuando supera el límite recomendado (niveles de colesterol total por encima de 190 mg/dl y de LDL por encima de 115 mg/dl en población general), puede acumularse en las arterias y aumentar las posibilidades de desarrollar enfermedades del corazón. Por eso las cifras son tan importantes: debemos intentar mantener los niveles de colesterol LDL bajos (por debajo de 110 mg/dl, o incluso más si se trata de un paciente con enfermedad de las arterias). En cuanto al colesterol HDL, que es el que evita que el colesterol "malo" se deposite en las arterias, es conveniente mantener sus valores lo más alto posible (en hombres, por encima de 45 mg/dl y en mujeres, por encima de 55 mg/dl).

2. Consumir frutas y verduras. Entre los consejos alimenticios más beneficiosos para luchar contra unos niveles de colesterol inadecuados se encuentra el de consumir suficientes frutas y verduras. La cantidad ideal es dos o tres raciones de fruta al día, además de verduras y hortalizas también a diario, con la comida principal. También es importante el consumo de legumbres y cereales.

3. Incluir en la dieta carnes blancas y pescados. Tanto las carnes blancas como los pescados forman parte de la dieta perfecta para mantener los niveles de colesterol a raya. Se trata de seguir la dieta mediterránea, que es la idónea porque su aporte de grasas proviene fundamentalmente de los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados presentes en el pescado y los aceites de oliva y de semillas. Todos ellos mejoran el perfil lipídico aumentando los niveles de colesterol bueno, el denominado HDL.

4. Evitar las grasas trans. Aunque las grasas trans son de origen vegetal están transformadas para mejorar el sabor, la textura y la durabilidad de los alimentos cocinados o elaborados con ellas. El problema es que son las peores grasas para la salud cardiovascular, ya que aumentan los niveles de colesterol malo (LDL) y triglicéridos, y disminuyen los niveles de colesterol bueno (HDL). Se calcula que el consumo de 5 gramos diarios de grasa trans puede llegar a aumentar en un 23% el riesgo de sufrir enfermedad cardiaca coronaria.

5. Hacer deporte. Una de las formas más eficaces de aumentar los niveles de colesterol HDL o coleterol “bueno”, y también de reducir los niveles de triglicéridos, es a través de la práctica deportiva. Por eso los especialistas recomiendan hacer un programa de ejercicio aeróbico (caminar, carrera suave, ciclismo, natación…) a intensidad moderada de tres a cinco veces por semana.

02-11-2015 Ejercicio para entrenar el corazón

Según los especialistas, si lo practicamos con la frecuencia e intensidad adecuada, el ejercicio puede llegar a tener tanta efectividad como una medicina. De hecho, el deporte es fundamental para la rehabilitación de los pacientes con cualquier tipo de cardiopatía, incluyendo los que han sufrido infartos. La única precaución a tener en cuenta es que cada paciente podrá realizarlo con más o menos intensidad según su estado fisico, por lo que el primer paso es consultar al médico. Será quien determine el nivel de esfuerzo a realizar con ayuda de una ergometría o prueba de esfuerzo. Siguiendo sus pautas, el ejercicio ayudará a nuestro bienestar en todos los sentidos. Estos son sólo algunos de los beneficios de incluir rutinas deportivas en nuestro día a día:

  • Controla la tensión arterial, los niveles de colesterol y de glucosa.
  • Ayuda a bajar y controlar el peso.
  • Disminuye la formación de coágulos sanguíneos y aumenta la capacidad para disolverlos.
  • Mejora la forma física y la tolerancia al ejercicio.
  • Ayuda a que el corazón funcione mejor: reduce el número de latidos por minuto, mejora su contracción y desarrolla nuevas arterias.
  • Reduce las arritmias.
  • Evita la ansiedad, la depresión y el estrés.
  • Mejora la calidad de vida, reduce las recaídas y la mortalidad.

Respecto a qué deporte practicar, el especialista puede orientarnos. En cualquier caso, los deportes de tipo aeróbico a intensidad baja o moderada suelen aportar muchos beneficios a la salud cardiovascular. Entre ellos se encuentran la marcha, el ciclismo en circuitos seguros o en bicicleta estática, la natación, el golf y distintos tipos de gimnasia (de mantenimiento, aeróbic, bailes de salón...).

Consejos previos a la práctica deportiva

  • Seguir siempre las indicaciones de tu médico en cuanto a frecuencia e intensidad.
  • Realizar ejercicios de calentamiento.
  • No llegar a la fatiga en ningún caso. El ánimo competitivo tampoco debe provocar excesiva tensión.
  • No hacer deporte a última hora de la tarde porque podría dificultar el sueño.
  • No realizar ejercicio en condiciones extremas de frío o calor, tanto en ambientes cerrados como al aire libre. La menor proporción de glándulas sudoríparas en las personas mayores dificulta la pérdida de calor. Hay que evitar el ejercicio en ambientes calurosos o con alto grado de humedad.
  • Detener la actividad ante cualquier síntoma anormal.
  • Terminar siempre la actividad con ejercicios de enfriamiento.

 

17-09-2015 Día Mundial del Corazón 2015

Proteger el corazón reduciendo el riesgo cardiovascular sería una posibilidad real si todos tuviéramos la oportunidad de elegir opciones saludables independientemente de donde viviéramos, trabajáramos o pasarámos nuestros momentos de ocio. Por eso, para celebrar el Día Mundial del Corazón, que tendrá lugar el próximo 29 de septiembre, la Federación Española del Corazón, junto a la Federación Mundial del Corazón (World Heart Federation), pedirá más espacios verdes y sendas seguras para desplazarnos a pie o en bicicleta, menús saludables en la escuela y el trabajo, menos presencia de tabaco, alcohol y comida rápida en nuestro entorno y disminuir la exposición al humo de tabaco ajeno o a la contaminación del aire.

De esa forma se lograría reducir el propio riesgo cardiovascular y el riesgo de las personas de nuestro entorno, y con ello podría lograrse el objetivo que la Federación Mundial del Corazón se ha marcado para dentro de 10 años: disminuir un 25% la muerte prematura por enfermedad cardiovascular en todo el mundo (actualmente es la primera causa de muerte en todo el mundo, con 17.3 millones de fallecimientos prematuros anuales). Para ello lo principal es mantener a raya los factores de riesgo modificables, entre los que los principales son los siguientes:

  • sedentarismo, causante del 5% de las enfermedades cardiovasculares
  • obesidad
  • presión arterial elevada
  • consumo de tabaco
  • dieta poco saludable
  • consumo excesivo de alcohol

Una de las mejores combinaciones para combatir la mala salud cardiovascular es seguir una dieta saludable y equilibrada y manterse activo físicamente. Según la Fundación Española del Corazón, estas recomendaciones pueden echarnos una mano a la hora de cuidar de nuestro corazón:

  • Realizar ejercicio de forma habitual hasta alcanzar el objetivo de 150 minutos de ejercicio aeróbico moderado cada semana.
  • Consultar con tu médico antes de empezar cualquier programa de ejercicio.
  • El ejercicio aeróbico es particularmente bueno para el corazón: caminar a buen paso, correr, nadar o andar en bicicleta son perfectos para manetnernos en forma.
  • Los ejercicios de fortalecimiento muscular ayudan a quemar calorías y mantener un peso saludable. Prueba a subir escaleras, caminar cuesta arriba o trabajar en el jardín.
  • Los ejercicios de estiramiento, como el tai chi y el yoga, te ayudan a mantenerte flexible.

 

22-07-2015 Los efectos del tabaco en nuestro organismo.

El mensaje de que el tabaco es perjudicial para nuestra salud no ha caído en saco roto: según un estudio sobre la prevalencia del consumo de tabaco en el mundo cuyos resultados publicaba hace unos meses The Journal of the American Medical Association (JAMA), el número de fumadores a nivel mundial se ha reducido en un 24% en la población masculina desde 1980 y en un 42% si consideramos la femenina. Entre las razones que han influido en ello se encuentra la de que ahora sabemos exactamente qué le ocurre a nuestro cuerpo cuando fumamos.

Como explica Regina Dalmau, cardióloga del Hospital Universitario La Paz de Madrid y presidenta del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, el tabaco actúa como factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares a través de distintos mecanismos. De forma aguda, el tabaco puede producir trombos (un trombo es un tapón que obstruye una arteria comprometiendo el flujo por esa arteria y produciendo una falta de riego en el territorio correspondiente), que a su vez pueden producir infartos, bien sea en el territorio cerebral o en el miocardio. Y de forma crónica, el tabaco acelera la ateroesclerosis, que es la enfermedad de las arterias. La ateroesclerosis es un proceso normal de degeneración de las arterias con el paso del tiempo, pero su aparición se ve acelerada y adelantada por los factores de riesgo cardiovascular, y uno muy importante, que además es evitable, es el tabaco.

Por eso, la relación entre tabaco y deterioro de la salud es evidente para la comunidad científica. Tanto que se calcula que la mitad de los fumadores morirán por una causa relacionada con el tabaquismo. Actualmente en España fallecen 55.000 personas al año como consecuencia del tabaco, lo que equivale a que todos los días hubiera un accidente aéreo con 150 pasajeros a bordo. Abandonar el hábito tabáquico no es sencillo, pero sí posible. Y con ello no sólo se reduce el riesgo cardiovascular sino que también mejora la respiración, disminuye la predisposición a toser y contraer infecciones, la piel y el rostro se recuperan del envejecimiento prematuro y mejora el sentido del gusto y el olfato.

Mecanismos de ayuda para dejar de fumar

  • Fijar una fecha para dejar de fumar.
  • Redactar una lista con los beneficios que traerá abandonar el tabaco.
  • Llegado el día, anunciar a todo tu entorno (familiares y amigos) que vas a dejar de fumar.
  • Tomar mucha fruta y practicar más ejercicio.
  • Recordar que la ansiedad, por intensa que parezca, es pasajera.

 

01-07-2015 El A-B-C de una alimentación cardiosaludable.

Lo que comemos es clave para nuestro corazón: el riesgo cardiovascular puede aumentar o disminuir en función de los productos que consumimos. Tanto que podríamos reducir nuestro riesgo cardiovascular hasta un 30% si siguiéramos una dieta adecuada. Para lograrlo, los especialistas recomiendan seguir estos consejos:

  1. 1.- Usar el método del plato: si dividiéramos un plato en tres porciones, de forma que una de ellas ocupara la mitad y las otras dos, un cuarto de plato cada una, tendríamos que rellenar esa mitad con verduras y hortalizas, un cuarto con proteínas (carne, pescado, huevos, legumbres) y otro cuarto con hidratos de carbono como pasta, arroz o pan. De esa forma estaríamos siguiendo una dieta equilibrada y cardiosaludable.
  2. 2.- Leer el etiquetado: acostumbrarnos a leer las etiquetas de los productos del supermercado es un hábito que puede aportarnos muchos beneficios. Se trata de escoger los productos bajos en azúcares refinados, grasas saturadas, grasas trans y sal. Frases como "Sin azúcares" o "Sin grasa" no quieren decir que los productos no tengan nada de azúcar o de grasa sino que son alimentos que no contienen más de 0,5 g de azúcar por cada 100 g de alimento o que aportan menos de 0,5 g de grasa por cada 100 g de producto.
  3. Alimentos crudos, tantos como para cocinar: según los nutricionistas, lo ideal es queuna de las dos comidas principales del día sea cruda y la otra, cocinada. De ahí que haya que ingerir tantos alimentos en crudo como cocinados, lo que habitualmente requiere incrementar la compra de verduras y hortalizas.
  4. 3.- Elegir el tipo de grasas: además de saber que la cantidad de alimentos ricos en grasasque consumimos diariamente no debería superar el 35% de la ingesta total, conviene recordar que no todos los tipos de grasas son iguales. Los ácidos monoinsaturados y los poliinsaturados (Omega 3 y 6) son beneficiosos para el organismo mientras que las grasas trans y las saturadas son las más perjudiciales. En este enlace encontrarás más información sobre las grasas: http://www.fundaciondelcorazon.com/nutricion/alimentos/grasas-aceites-y-mantequillas.html
  5. 4.- Pocos azúcares: reducir la cantidad de azúcar de nuestra dieta no se limita a dejar deechar azúcar al café. La mayoría de los productos manufacturados contienen azúcares, por eso es importante fijarnos en el etiquetado. La frase "Sin azúcares añadidos" no significa que el producto no tenga azúcar sino que no se ha añadido ningún azúcar simple y que el producto contiene azúcares naturales.
  6. 5.- Reducir la sal: en España, el consumo de sal medio diario está en torno a 9,8 gramosde sal al día, casi el doble de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud. En realidad, una cucharadita de sal sería la cantidad ideal para todo el día. Pero en ella se incluye algo más que la sal con que sazonamos la ensalada o un guiso porque los alimentos también la contienen. Por eso conviene leer los etiquetados y tener en cuenta que muchos de ellos incluyen la cantidad de sodio, no de sal. Para calcularla basta con saber que 2 gramos de sodio equivalen a 5 de sal.
  7. 6.- Productos beneficiosos para el corazón: según María Elisa Calle, profesora, delegada del Decano para Nutrición Humana y Dietética, Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, entre los alimentos que se consideran beneficiosos para nuestro corazón se encuentran los cereales integrales, las legumbres, las verduras, las hortalizas, el pescado, el aceite de oliva y la fruta. Consumiéndolos con frecuencia estaremos cuidando nuestra salud cardiaca.