La tensión alta en personas mayores, o hipertensión arterial, es uno de los trastornos más comunes en las personas de edad avanzada. Aunque muchas veces no presenta síntomas evidentes, mantenerla bajo control es fundamental para evitar complicaciones graves como infartos, ictus o daño renal.

Controlar la presión arterial implica más que tomar medicación: requiere buenos hábitos, revisiones periódicas y una atención constante. En este artículo descubrirás qué valores se consideran elevados, cómo reconocer los síntomas y qué hacer para mantener una tensión estable y saludable.

¿Qué valor indica una hipertensión en el adulto mayor?

En las personas mayores, se considera que hay hipertensión arterial cuando las cifras son iguales o superiores a 140 mmHg de tensión máxima (sistólica) o 90 mmHg de tensión mínima (diastólica).

Es frecuente que los adultos mayores presenten hipertensión sistólica aislada, es decir, una presión máxima alta con una mínima normal. Esto se debe a que las arterias se vuelven menos elásticas con la edad, aumentando la resistencia del flujo sanguíneo.

Síntomas de la tensión alta en mayores

Aunque muchas veces la hipertensión no da señales evidentes, cuando aparecen síntomas suelen ser señales de alerta que conviene tener en cuenta:

• Dolor de cabeza intenso o persistente.
• Zumbidos en los oídos o visión borrosa.
• Mareos o sensación de inestabilidad.
• Palpitaciones o presión en el pecho.
• Fatiga o dificultad para respirar.
• Sangrados nasales frecuentes.

Ante cualquiera de estos síntomas, es recomendable medir la tensión y consultar con el médico, sobre todo si las cifras son elevadas de manera repetida.

¿Cuándo puede ser peligrosa?

La tensión alta se considera peligrosa cuando alcanza o supera los 180/120 mmHg, especialmente si se acompaña de dolor de cabeza, visión borrosa, dolor torácico o dificultad para hablar.

Estas situaciones pueden indicar una crisis hipertensiva, una urgencia médica que requiere atención inmediata. No se debe intentar bajar la tensión de golpe ni automedicarse: acude a urgencias o llama al 112 para recibir valoración profesional.

¿Qué causa la hipertensión?

En la mayoría de los casos, la hipertensión no tiene una causa única, sino que surge de la combinación de varios factores. Entre los más frecuentes se encuentran:

• Envejecimiento y pérdida de elasticidad arterial.
• Exceso de peso o dieta rica en sal.
• Sedentarismo o falta de ejercicio.
• Estrés y ansiedad.
• Consumo de alcohol o tabaco.
• Antecedentes familiares.
• Uso de ciertos medicamentos, como antiinflamatorios o corticoides.

Identificar la causa o los factores que influyen en cada persona es clave para ajustar el tratamiento y evitar complicaciones a largo plazo.

¿Cómo controlar la tensión en personas mayores?

El control de la tensión debe formar parte de los cuidados cotidianos de toda persona mayor. Es importante medir la presión regularmente, anotar los resultados y observar si hay cambios o síntomas asociados como mareos o fatiga.

Algunas recomendaciones prácticas son mantener una alimentación equilibrada, controlar el peso, evitar el tabaco y el alcohol, y seguir al pie de la letra la medicación prescrita por el médico. Además, conviene realizar mediciones tanto sentado como de pie para detectar posibles bajadas de tensión posturales.

Cómo bajar la tensión ante una subida

Si observas que la tensión está alta, pero no hay síntomas graves, puedes aplicar algunas medidas sencillas para ayudar a reducirla de forma segura:

• Mantén la calma y siéntate en un lugar tranquilo.
• Respira profundamente durante varios minutos.
• Evita el café, el tabaco o bebidas energéticas.
• Afloja la ropa y evita esfuerzos físicos.
• Bebe un vaso de agua y espera unos minutos antes de repetir la toma.
• Si la tensión sigue alta, informa a tu médico para valorar un ajuste del tratamiento.

En ningún caso tomes dosis adicionales de medicación sin indicación profesional.

¿Qué debemos hacer si la tensión mínima está alta?

Cuando la tensión mínima (diastólica) se mantiene por encima de 90 mmHg de forma repetida, puede indicar que el corazón no se relaja adecuadamente entre los latidos. En estos casos, lo primero es asegurarse de que las mediciones se están haciendo correctamente, con el brazo apoyado y tras unos minutos de reposo.

También es recomendable revisar los hábitos de vida: reducir la sal, controlar el peso, descansar lo suficiente y evitar situaciones de estrés intenso. Si las cifras permanecen altas durante varios días o aparecen molestias, consulta con el médico para valorar un posible ajuste del tratamiento.

Si la tensión mínima supera los 120 mmHg y hay síntomas como dolor de cabeza intenso, visión borrosa o confusión, acude inmediatamente a un servicio de urgencias.

Cómo prevenir la tensión alta

La tensión alta en personas mayores puede controlarse con una buena combinación de hábitos saludables, seguimiento médico y constancia. Un manejo adecuado no solo reduce los riesgos cardiovasculares, sino que mejora la calidad de vida y la autonomía.

En Fundación Caser, te acompañamos en el cuidado integral de las personas mayores, ofreciendo apoyo a cuidadores, seguimiento de la tensión y programas personalizados de bienestar. Porque cuidar de la salud también es cuidar de quienes más quieres.

Fuentes:

• Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA). (2022). Guía práctica sobre el diagnóstico y tratamiento de la hipertensión arterial en España.
• European Society of Hypertension (ESH). (2023). Guidelines for the management of arterial hypertension.
• European Society of Cardiology (ESC). (2024). ESC Guidelines for the management of elevated blood pressure and hypertension.
• Ministerio de Sanidad. (2023). Guía para la prevención y control de la hipertensión arterial en personas mayores.