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Dra. Ruiz Esquide

El riesgo de desarrollar artritis reumatoide (AR) está determinado por la presencia de una susceptibilidad genética, pero ésta no determinaría por sí sola el desarrollo de la enfermedad, sino que sería necesario la contribución de factores ambientales, siendo los principales el tabaquismo, la periodontitis y la obesidad, según ha pone de manifiesto la doctora Virginia Ruiz-Esquide, reumatóloga del Hospital Universitario Clínic de Barcelona.

Esta especialista hace hincapié en que “hasta la fecha el factor ambiental de mayor peso en esta patología es el tabaquismo. Múltiples estudios han confirmado un significativo aumento del riesgo de desarrollar artritis reumatoide en fumadores, y este riesgo se incrementa en relación con el tiempo de exposición al tabaco (años fumando) y su intensidad (cantidad de cigarrillos fumados al día). Asimismo, este aumento de riesgo perduraría años tras dejar de fumar”.

“Por otro lado, una vez establecida la enfermedad, se ha observado que los pacientes con AR fumadores suelen tener una peor respuesta a los tratamientos antirreumáticos, así como una mayor frecuencia de manifestaciones extra-articulares de la enfermedad. Recientemente se ha publicado un artículo que observa que los pacientes con AR fumadores además tienen niveles más elevados de mediadores de inflamación y una artritis más activa”, constata la doctora Ruiz-Esquide. En este sentido, la Sociedad Española de Reumatología ha lanzado este año una campaña de concienciación –bajo el lema ‘Por tus huesos no fumes’- sobre los riesgos del hábito tabáquico, no sólo en pacientes con artritis reumatoide, sino también en otros pacientes con enfermedades reumáticas.

Otro factor de riesgo investigado ampliamente durante los últimos años es un germen causante de la periodontitis crónica (la Porfiromona gingivalis). Se ha observado que la infección crónica con este germen se asocia con un mayor riesgo de desarrollar artritis. Mientras que, -añada la especialista- “también se ha constatado que las personas con artritis reumatoide, ya desde el inicio de la enfermedad, tienen globalmente índices de obesidad superiores a los de la población general; siendo especialmente importante la obesidad abdominal. Y, una vez establecida la enfermedad, la obesidad constituye una importante comorbilidad”.

Asimismo, la doctora Ruiz-Esquide recuerda que “los pacientes con artritis reumatoide tienen mayor riesgo de sufrir enfermedad cardiovascular, por lo que, a modo preventivo, se debe ser más estricto en el control de ciertos factores como la hipertensión arterial, la dislipemia y la diabetes”. Además, apunta: “otra comorbilidad importante relacionada con esta enfermedad es la osteoporosis. Es importante su detección y tratamiento para reducir el riesgo de fracturas, por lo que, en este sentido, es recomendable una dieta rica en calcio. Menos frecuente, pero también muy importante es la enfermedad pulmonar asociada a la artritis reumatoide”.

Dra. Ruiz Esquide

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