La realidad virtual con avatares personalizados y las salas inmersivas, en las que se proyectan vídeos en 360 grados sobre las cuatro paredes, están demostrando un notable potencial terapéutico en el tratamiento del dolor crónico. Distintos estudios y experiencias clínicas pioneras en hospitales y residencias de España avalan su eficacia para reducir el dolor, la ansiedad y la depresión, al tiempo que fomentan la autonomía del paciente y mejoran la adherencia a los tratamientos. Así se ha puesto de manifiesto durante el XXI Congreso Nacional de la Sociedad Española del Dolor (SED), celebrado recientemente en Málaga.

En España, diversos centros sanitarios ya han incorporado estas soluciones. En Cataluña, los hospitales Vall d’Hebron, El Carme y Sant Joan de Déu Serveis Sociosanitaris utilizan salas inmersivas. En Andalucía, destacan los hospitales Virgen del Rocío (Sevilla), Materno-Infantil Regional (Málaga) y Vázquez Díaz (Huelva), dentro de un convenio entre la Fundación El Gancho Infantil y el Servicio Andaluz de Salud, que prevé extenderse próximamente a otros hospitales de Almería, Cádiz, Córdoba, Granada y Jaén.

A diferencia de la realidad virtual convencional, estas sesiones inmersivas no generan mareos ni fatiga, lo que permite extender su duración. Actualmente, se aplican en pacientes postquirúrgicos, con dolor neuropático o en rehabilitación tras un ictus, como ocurre en la Fundació Hospital d’Olot y Comarcal de la Garrotxa.

Entornos inmersivos y avatares personalizados

Una de las iniciativas más destacadas es la startup Broomx, que desarrolla entornos inmersivos con fines terapéuticos en centros sanitarios de España y otros países. Su tecnología se basa en la proyección de contenidos visuales envolventes que, según explica su fundador, Ignasi Capellà, contribuyen a la regulación emocional del paciente. “Hemos observado efectos positivos en pacientes que han pasado por cirugías complejas y enfrentan una recuperación lenta y dolorosa. La inmersión sensorial facilita la psicoeducación y la enseñanza de técnicas de autorregulación como el mindfulness y la respiración, lo que permite una menor percepción del dolor”, señala.

Durante el congreso también se han presentado los primeros resultados de un programa de realidad virtual domiciliaria dirigido a personas con dolor lumbar crónico. El estudio, liderado por el fisioterapeuta Tony Donegan del IDIBAPS –instituto adscrito al Hospital Clínic de Barcelona–, ha demostrado mejoras funcionales significativas en pacientes con una media de ocho años de dolor persistente.

La evidencia científica en este campo continúa creciendo. Un estudio publicado en Assistive Technology en 2024 confirmó que la realidad virtual disminuye el dolor y el estrés en mujeres con fibromialgia. Un metaanálisis realizado por las universidades de Jaén y Almería, publicado en Efort Open Reviews, concluyó que la RV es eficaz en la reducción del dolor lumbar y cervical hasta seis meses después del tratamiento, especialmente cuando se utiliza tecnología inmersiva.

Asimismo, un estudio reciente en Neurosurgery demostró que la terapia cognitivo-conductual aplicada mediante realidad virtual reduce el dolor y la ansiedad mediante mecanismos de distracción y modulación cerebral, alcanzando reducciones medias del 33% en dolor y del 46% en ansiedad.