La consejería de Salud, el Servicio Cántabro de Salud (SCS) y el Ayuntamiento de Santander han suscrito un acuerdo para establecer un procedimiento de coordinación sociosanitaria con el objetivo de mejorar la atención a personas mayores frágiles con necesidades sanitarias y sociales en el municipio. Este modelo, que está basado en un enfoque integral y coordinado, podría ser replicado en otras localidades de Cantabria en el futuro.
El propósito de esta iniciativa es optimizar la atención a los mayores con fragilidad mediante la colaboración en red entre los centros de salud, el hospital y los servicios sociales de Atención Primaria. En concreto, se pretende fomentar la detección precoz de personas mayores en situación de vulnerabilidad social, desarrollar una plataforma de comunicación sociosanitaria y mejorar el acceso a los servicios sociales y sanitarios para quienes enfrentan una problemática social grave.
Escala de valoración sociofamiliar
Para alcanzar estos objetivos, los profesionales de Trabajo Social de los distintos centros aplicarán la Escala de valoración sociofamiliar TSO, una herramienta validada por la Universidad de Alicante que permitirá estratificar a la población mayor de Santander en función de su nivel de riesgo social. Asimismo, se pondrá en marcha un sistema de comunicación sociosanitaria que facilitará el intercambio de información entre los ámbitos social y sanitario, posibilitando un seguimiento conjunto de los casos con mayor vulnerabilidad.
Como parte del proceso de implementación, la Escala TSO se complementará con una aplicación informática para poder monitorizar los casos, lo que permitirá la creación de un mapa de distribución de la población mayor en situación de riesgo social en el municipio. Además, se han diseñado diferentes circuitos específicos para la activación de recursos y el acceso preferente a servicios sociales y sanitarios cuando existan situaciones de urgencia social.
Como parte de este acuerdo de colaboración, se llevará a cabo una fase de formación especializada para los profesionales de Trabajo Social que participarán en el proyecto piloto. Se prevé que esta etapa experimental comience en abril y tenga una duración de seis meses. Una vez concluido el período de prueba, se realizarán los ajustes necesarios con el fin de replicar el modelo en otros municipios de la región.