El Ayuntamiento de Madrid ha hecho balance de su servicio de teleasistencia en 2024 y las cifras son claras sobre su repercusión: más de 150.000 usuarios el año pasado, más de cuatro millones de llamadas de control realizadas y 1.200.000 de llamadas de usuarios atendidas. 

Fue la vicealcaldesa de Madrid, Inma Sanz, la encargada de facilitar estas cifras al realizar un balance del proceso de digitalización de la teleasistencia avanzada del ayuntamiento. Sanz ha reconocido que el consistorio está incorporando soluciones tecnológicas punteras que refuerzan el objetivo de esta prestación: ofrecer un acompañamiento profesional que capacite a las personas mayores de 65 años. También para menores de esa edad con dependencia reconocida, facilitando que puedan permanecer el mayor tiempo posible en sus domicilios en condiciones de tranquilidad, seguridad y autonomía. 

La evolución del servicio de Teleasistencia Avanzada del Ayuntamiento de Madrid comenzó en el verano de 2023 con la entrada en vigor del nuevo contrato de gestión, dotado con una inversión plurianual de 128 millones de euros. Este nuevo modelo tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas usuarias y fomentar una longevidad activa a través del uso de tecnología avanzada y dispositivos personalizados.

Un dispositivo para cada usuario

El nuevo sistema permite a cada persona usuaria elegir el dispositivo que mejor se adapte a sus necesidades. Aunque más de 98.000 personas continúan utilizando el tradicional colgante con botón de emergencia (el botón rojo), otros han optado por soluciones más innovadoras. Entre estas se encuentran los relojes inteligentes con botón SOS y geolocalización, que permiten activar la teleasistencia fuera del hogar, con más de 3.000 unidades distribuidas hasta febrero de 2025.

Además, 24.200 personas disponen de pulseras que integran la funcionalidad del botón de emergencia y sensores de detección de caídas, reforzando así la seguridad personal en caso de accidente.

Como parte del servicio avanzado, se han instalado más de 18.000 dispositivos de seguridad en domicilios, incluyendo 12.600 detectores de humo y 5.000 detectores de gas, con el objetivo de prevenir incidentes domésticos y generar un entorno seguro.

Asimismo, 487 personas cuentan con sensores de rutina y detección de patrones de comportamiento ubicados estratégicamente (en puertas, frigoríficos o baños). Estos sistemas emiten alertas en caso de inactividad inusual, como no levantarse o no acceder a zonas clave del hogar, permitiendo una respuesta inmediata ante posibles emergencias.

Para garantizar el acceso universal al servicio, se han proporcionado 1.139 dispositivos adaptados a personas con discapacidad, que incluyen terminales activados por voz o soplido, adaptadores de alta sensibilidad, teléfonos con teclas grandes, iluminación inteligente y lazos inductivos, entre otros recursos.

Además, se han instalado 23 sistemas de apertura remota de puertas, pensados para personas con movilidad reducida, y 180 usuarios se benefician ya de la telemonitorización de constantes vitales y dispensadores automáticos de medicación, con seguimiento mediante llamadas o videoconferencias.

Tecnología para mejorar la atención

La transformación integral del servicio ha requerido la sustitución de los antiguos terminales analógicos por nuevos dispositivos digitales, que ofrecen mayor conectividad, funcionalidades avanzadas, monitoreo en tiempo real y actualizaciones remotas. Entre julio de 2023 y febrero de 2025, se han renovado 73.000 terminales, en una acción financiada conjuntamente por el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad de Madrid. Aún quedan más de 30.000 terminales analógicos por sustituir, tarea que continúa en marcha.

La Teleasistencia Avanzada es mucho más que un servicio tecnológico; se trata de un recurso social de cuidados y apoyo personalizado, disponible las 24 horas del día. Además de la atención ante emergencias, incorpora programas específicos para abordar el deterioro cognitivo, la salud mental, el duelo, la soledad no deseada y la prevención del suicidio. También incluye protocolos de actuación frente a alertas por fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor o frío.