La obesidad se asocia o es causa directa de trastornos y enfermedades como la hipertensión arterial, diabetes mellitus y síndrome de apneas del sueño, entre otros. Pero, además, desde hace unos años se ha relacionado esta enfermedad con el deterioro cognitivo: “Los pacientes con obesidad en la etapa media de la vida (50 años) presentan un riesgo superior de padecer demencia comparados con sujetos con normopeso”, señala la doctora Irene Bretón, presidenta de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
La obesidad es una enfermedad crónica de tendencia epidémica en el mundo y se ha convertido en uno de los retos más difíciles en salud pública, no sólo en países desarrollados, sino en vías de desarrollo. Según la OMS, entre 1980 y 2014, la prevalencia mundial de obesidad casi se ha duplicado. En España, el 39,3 % de la población tiene sobrepeso y la obesidad alcanza al 21,6 % (22,8 % en hombres y 20,5 % en mujeres), cifras que aumentan con la edad, señala la doctora Purificación Martínez de Icaya, representante de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO).
Por otro lado, los expertos estiman que más del 6 % de los españoles mayores de 60 años sufren algún grado de demencia. “Cada día la población está más envejecida y aunque se desconocen aún las causas por las que se producen el deterioro cognitivo y la demencia, los hábitos de vida saludable y la realización de ejercicio físico para evitar la obesidad pueden tener un efecto protector frente al riesgo de su desarrollo”, advierte la doctora Nuria Vilarrasa, coordinadora del área de Obesidad de la SEEN.
Ante esta situación y con el objetivo de mantener unos hábitos de vida saludables (una dieta apropiada y actividad física) para evitar el exceso de grasa corporal y ayudar a proteger contra el desarrollo de demencia, la SEEN y la SEEDO han desarrollado la campaña “Cuida tu peso, cuida tu memoria”.
Relación entre obesidad y deterioro cognitivo
“No sólo es importante la presencia de obesidad, sino también la distribución de la grasa corporal, ya que hay datos que sugieren que el predominio abdominal de esta podría ser un factor de riesgo de deterioro cognitivo y demencia”, señalan las doctoras Vilarrasa y Martínez de Icaya. Según los especialistas, uno de los mecanismos que parece asociar ambas enfermedades es la presencia de resistencia a la insulina en los pacientes con obesidad, especialmente cuando se localiza en el abdomen. “Un estudio reciente mostró que una mayor resistencia a la insulina se asocia con niveles más altos de beta-amiloide, sustancia implicada directamente con el desarrollo de algunos tipos de demencia”, explica la doctora Bretón.
Además, otro de los factores que destacan desde las dos sociedades es que las personas con obesidad pueden presentar otras enfermedades cardiovasculares asociadas que son factores que influyen de manera negativa sobre el riego sanguíneo cerebral y, por tanto, contribuyen al deterioro cognitivo.
Por otro lado, “se ha observado una reducción del riesgo de demencia con la realización de ejercicio físico de manera regular. La actividad física, además de tener efectos beneficiosos sobre los factores de riesgo cardiovascular, podría mejorar la síntesis neuronal”, asegura la Dra. Vilarrasa, y añade que también es clave mantener un peso lo más saludable posible con el objetivo de disminuir las complicaciones asociadas a la obesidad y mejorar la calidad de vida.
Prevención: hábitos de vida saludables
Así, la SEEN y la SEEDO consideran muy importante tener en cuenta que, afortunadamente, se puede actuar sobre la obesidad mediante la realización de una dieta saludable y ejercicio físico. A través de “Cuida tu peso, cuida tu memoria” recomiendan medidas para mantener un peso lo más saludable posible, disminuir las complicaciones asociadas a la obesidad y mejorar la calidad de vida:Controla el tamaño de las raciones.
- Come con moderación.
- Mantente activo. Camina, al menos, 30 minutos al día.
- Come fruta y verdura todos los días (5 raciones/día).
- Limita la comida rápida, precocinada y el consumo de fritos y rebozados.
- Come despacio y evita hacerlo delante del televisor o del ordenador.
- Para hidratarte, bebe agua. Evita el tabaco.
- Modera el consumo de azúcar, los alimentos dulces y las bebidas azucaradas.
- Mantén tu mente activa mediante la lectura, juegos intelectuales (ajedrez, crucigramas, rompecabezas, sudokus, etc.), aprende a tocar un instrumento musical, aprende otro idioma.
- Realiza un descanso nocturno suficiente.
- Si necesitas ayuda, consulta a tu médico y profesional sanitario especializado.