La RAE incluye el término edadismo
“Discriminación por razón de edad, especialmente de las personas mayores o ancianas”, así define edadismo el diccionario de la RAE. Una reciente incorporación aplaudida por la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP), que representa a 15.079 asociaciones y más de 5.746.000 afiliados.
“Es importante y necesario visibilizar la discriminación por edad que sufren muchas personas mayores y con discapacidad mayores y la inclusión de este término en la Real Academia Española supone llamar la atención sobre la existencia de este problema sobre el que apenas se dedican esfuerzos para erradicarlo”, aseguran desde la PMP.
Son muchos los factores que llevan a la desprotección de las personas mayores, y uno de ellos es el edadismo o la discriminación por edad. Por esta razón, la PMP señala que “hay que trabajar para dar a conocer las situaciones de vulnerabilidad, proponer respuestas concretas para evitar la discriminación y asegurar los derechos y la dignidad de las personas mayores, contando con los recursos suficientes y cercanos a la persona para que su proceso de envejecimiento le permita llevar una vida plena, significativa y participativa”. “En estas tareas debemos estar comprometidas todas las personas en beneficio de presentes y futuras generaciones”, asevera.
En este sentido, la PMP afirma que la longevidad es “uno de los grandes logros de la humanidad y constituye un triunfo del desarrollo”. Y añade: “No puede verse como un problema, sino como lo expresión de un logro humano al que la sociedad necesita adaptarse y dar respuestas y, por tanto, escuchar las necesidades de las personas mayores siempre”.
Según un informe de Naciones Unidas sobre el edadismo, “se calcula que una de cada dos personas en el mundo tiene actitudes edadistas”, lo que empobrece la salud física y mental de las personas mayores, además de reducir su calidad de vida, y cuesta cada año miles de millones de dólares a la sociedad.
Según incide la PMP, hay que diseñar campañas de sensibilización que luchen contra los estereotipos y cualquier discriminación negativa (edadismo) que puedan sufrir las personas mayores: discapacidad, género, participación activa en el ámbito formativo y profesional o uso de las tecnologías, entre otros.
Además, agrega que estas mismas campañas y acciones deberían fomentar una imagen positiva, activa y saludable de la vejez, y, como complemento a esta difusión y sensibilización para la población en general, sería positivo realizar acciones formativas específicas con diferentes profesionales clave (sector sanitario, servicios sociales, ámbito sociocultural y deportivo, etc.).
Unas campañas que deben reflejar la realidad plural de las personas mayores, difundiendo imágenes en diferentes situaciones mostrando sus “capacidades”, utilizando un lenguaje integrador y lejos del paternalismo o infantilismo predominante. “Debemos construir una sociedad con personas mayores activas y saludables”, incide.
Por último, entre otros aspectos, el impulso de una Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas Mayores supondría un impulso para reforzar las obligaciones en relación a la garantía de sus derechos y evitar así retrocesos.