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Foto médico dibujando corazón

La insuficiencia cardiaca (IC) es la principal causa de ingreso en los servicios de Medicina Interna en España. Esta enfermedad lleva asociada una elevada mortalidad y una prevalencia que está incrementándose, a consecuencia principalmente de la hipertensión arterial (HTA) mal controlada y la cardiopatía isquémica, de larga evolución, en una población cada vez más envejecida. Además, la IC se acompaña con frecuencia de fibrilación auricular (FA). Dos enfermedades que se analizarán y desgranarán con detalle en la XIX Reunión de Insuficiencia Cardiaca y Fibrilación Auricular de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), que se ha celebrado en Oviedo.

“La mayoría de los pacientes con IC y FA de la vida real tienen una edad elevada, varias comorbilidades y en muchos casos una situación de dependencia, lo que dificulta el tratamiento y complica el pronóstico. Para atender adecuadamente a este tipo de pacientes es imprescindible una atención integral de todas las comorbilidades. Este es el objetivo de las Unidades de Manejo Integral de Pacientes con IC (UMIPIC), basadas en Medicina Interna”, asegura el coordinador del Grupo de Trabajo Insuficiencia Cardiaca y Fibrilación Auricular de la SEMI, el doctor Luis Manzano.

Para conseguir una continuidad asistencial adecuada, el experto considera muy importante la implicación de Enfermería, la colaboración con los servicios de Cardiología, Urgencias, Atención Primaria, el Hospital de Día, Hospitalización a Domicilio, la coordinación con los trabajadores sociales y el compromiso y colaboración de los familiares y pacientes. “El reto es conseguir una adecuada coordinación entre todos estos agentes”, agrega el especialista.

Actualmente, muchos de los pacientes con IC son pluripatológicos y están polimedicados, de modo que una adecuada conciliación terapéutica es absolutamente primordial. Al tratarse de enfermos con un elevado número de descompensaciones, está demostrado que una adecuada educación en conceptos básicos de IC, un régimen flexible de diuréticos y una estrecha relación con el equipo asistencial, “reduce de forma sustancial la frecuentación hospitalaria, que no solo implica un consumo de recursos sanitarios considerable, sino que supone un deterioro físico y funcional que impacta muy negativamente en la calidad de vida del paciente”, asegura el doctor Manzano.

Desde la SEMI se hace hincapié en que para abordar correctamente una patología como esta, se debe constituir un equipo multidisciplinar compuesto principalmente por Enfermería, Cardiología, Medicina Interna y Atención Primaria. Algo que permitirá garantizar la necesaria continuidad asistencial, en donde también pueden estar implicadas otras especialidades. 

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