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Foto de una mujer haciendo ejercicio acompañada por una fisioterapeuta

La osteoporosis, enfermedad esquelética caracterizada por una resistencia ósea disminuida que predispone al aumento del riesgo de fractura, afecta principalmente a las mujeres después de la menopausia, aunque también puede presentarse con anterioridad o hacerlo en hombres e, incluso, en niños. De hecho, como pone de relieve la doctora Dálifer Freites Núñez, especialista en Reumatología del Hospital Nuestra Señora del Rosario, en nuestro país la padecen unos dos millones de mujeres y está en el origen de más de 25.000 fracturas anuales: “La prevalencia aumenta con la edad  y se estima que una de cada 4 mujeres posmenopáusicas (a partir de los 50 años, aproximadamente) tiene osteoporosis, porcentaje que aumenta hasta el 40 % en aquellas de edades entre los 70 y 79 años. En el caso de los varones de esta edad es del 11,3 %”. 

Al hablar del perfil de paciente más proclive a padecer esta dolencia, la mujer la tiene más frecuentemente por varias causas: su pico de masa ósea suele ser inferior al del hombre y con la menopausia, además, se acelera la pérdida de hueso (osteoporosis posmenopáusica). Además, según explica la doctora Freites Núñez, también están el alcoholismo, algunos fármacos (glucocorticoides, tratamiento hormonal para los cánceres de mama y de próstata), el bajo peso y diversas enfermedades endocrinas, hepáticas, renales e inflamatorias reumáticas, entre otras. 

Debido a su estrecha relación con el progresivo envejecimiento de la población, las personas con diagnóstico de osteoporosis irán aumentando. Asimismo, el impacto de las fracturas osteoporóticas en la salud, en términos de morbimortalidad y disminución de la calidad de vida, es elevado. 

Síntomas y diagnóstico 
Es importante destacar que la osteoporosis no suele dar ningún síntoma hasta que no se producen las fracturas. “Las localizaciones más frecuentes de estas por fragilidad (espontáneas, sin golpe previo directo) son la columna vertebral, la cadera, el antebrazo distal (muñeca) y el húmero proximal. Además de dolor, las fracturas pueden ocasionar otros síntomas o secuelas, como disminución de la estatura o deformidad de la columna, en el caso de las fracturas vertebrales”, apunta la reumatóloga, y añade que las fracturas de cadera requieren hospitalización e intervención en prácticamente todos los casos.

El diagnóstico de los pacientes con osteoporosis ha mejorado en los últimos años gracias al cribado en la Atención Primaria y a la prevención de causas secundarias, así como por un número mayor de herramientas para su detección. Según destaca la doctora Freites, el trabajo multidisciplinar para el manejo de las fracturas osteoporóticas es fundamental, pues “una gran parte de los individuos mayores de 50 años, con fractura aguda después de una caída, no son estudiados o tratados para prevenir otras fracturas”.

Recomendaciones en el día a día
Dentro de las recomendaciones generales que pueden ayudar a mejorar la calidad del hueso, la doctora Freites Núñez aconseja mantener hábitos de vida saludable: una dieta equilibrada, con adecuada ingesta de calcio y proteínas, no fumar, evitar el consumo excesivo de alcohol, huir del sedentarismo y realizar ejercicio moderado y específico para cada individuo en función de la edad, el estado físico y la presencia de otras enfermedades. 


 

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