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Foto de una mesa con varios productos relacionados con los cereales

Los cereales han sido y son la base de la alimentación de nuestro entorno y constituyen parte de una dieta mediterránea saludable. Son ricos en hidratos de carbono y la principal fuente de energía junto con las grasas. La Dra. Ascensión Marcos, presidenta de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD), destaca “su buen valor nutricional que, además, mejora cuando estos alimentos se combinan entre sí o con otros productos como legumbres o alimentos de origen animal. Además, el consumo de cereales aporta energía fácil de asimilar por el organismo y se pueden consumir en cualquier momento del día”.
 
La FESNAD ha elaborado un decálogo que muestra cómo los cereales son los alimentos más económicos en referencia a sus costos en calorías y proteínas. Además, aportan hidratos de carbono, minerales, vitaminas B y E y enzimas y sus proteínas aportan un balance óptimo en aminoácidos esenciales. Respecto a los cereales integrales, son más ricos en nutrientes y aportan fibra insoluble, ácidos grasos esenciales, vitaminas y minerales.

Las diferencias principales en la composición de cada uno de los cereales están en su contenido en fibra y sales minerales, siendo la avena el cereal más rico en fibra de todos. No obstante, su valor nutritivo es sensiblemente diferente de una variedad de cereal a otra. Además, es importante reseñar que, tras el proceso del refinado, es decir, el que se realiza para obtener harinas, puede conllevar la pérdida de fibra insoluble, sales minerales y vitaminas por lo que se recomienda, en la medida de lo posible, consumir cereales de grano entero o integrales.

Entre los cereales que más se consumen y se producen se encuentran el trigo, el arroz y el maíz. De hecho, el trigo es el más ampliamente cultivado en el mundo y es característico de la apreciada Dieta Mediterránea. Tiene vitaminas, principalmente del grupo B y vitamina E y entre los minerales que posee están el potasio, el fósforo, el magnesio y el calcio.

Por lo que respecta al arroz, su componente mayoritario son los hidratos de carbono. Apenas tiene grasa y aporta vitaminas, sobre todo del grupo B como el ácido fólico y minerales como el potasio. En cuanto al maíz, también posee vitaminas del grupo B y vitamina E.
 
También cabe mencionar los denominados pseudocereales, como son el trigo sarraceno y la quinoa. “Técnicamente no son cereales, pero son producidos y consumidos del mismo modo que los cereales tradicionales”, explican desde la FESNAD.


 
La intolerancia al gluten

Cabe destacar que, para los intolerantes al gluten, es necesario eliminar este conjunto de proteínas de la dieta. Entre los cereales con gluten se encuentran el trigo, la cebada y la avena. Sin embargo, existen algunos cereales que no contienen esta proteína como es el caso del maíz, el arroz, el mijo o la quinoa, entre otros.

Sin embargo, según la Dra. Isabel Polanco, miembro de la Junta Directiva de FESNAD “en los últimos tiempos se ha extendido la corriente de eliminar el gluten de la dieta sin ninguna razón médica. Desde FESNAD creemos que es importante recordar que, de no existir alguna intolerancia, no es conveniente suprimir de la alimentación habitual ningún producto incluido dentro de la Pirámide de la Alimentación Saludable, como es el caso de los cereales”.

Desde la antigüedad, los cereales han sido un alimento básico para el hombre y su producción se ha incrementado a nivel mundial en los últimos tiempos. 
 
 

Foto de una mesa con varios productos relacionados con los cereales

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