La EPOC es más mortífera, pero el asma es más prevalente. Actualmente, la EPOC es la cuarta causa de muerte en el mundo, por detrás de la cardiopatía isquémica, el cáncer y las neumonías, según el estudio GBD de la Carga Mundial de las Enfermedades, de la Universidad de Washington en Seattle. En concreto, en 2015, la EPOC causó ocho veces más muertes que el asma, mientras que el asma fue la enfermedad respiratoria crónica más prevalente en todo el mundo, concluye un estudio publicado recientemente en “The Lancet Respiratory Medicine”.
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el asma causan la muerte de 3,6 millones de personas en todo el mundo, según este estudio sobre la mortalidad, prevalencia y discapacidad de ambas enfermedades, estimadas a partir de un análisis sistemático de los datos de 188 países desde 1990 y hasta 2015. La EPOC es un trastorno respiratorio crónico y progresivo que puede manifestarse en forma de enfisema o de bronquitis crónica, la mayor parte de las veces debido al tabaquismo, aunque también a otras exposiciones ambientales. En 2015, provocó el fallecimiento de 3,2 millones de personas, lo que supuso un aumento de la mortalidad por esta causa del 11,6 % respecto a 1990, mientras que el asma provocó 400.000 defunciones, un 26,7 % menos desde 1990, según el citado estudio.
La prevalencia de ambas enfermedades ha crecido desde 1990: un 44,2 % en el caso de la EPOC y un 12,6 % en el del asma. “Los números de casos absolutos en todo el mundo han aumentado, porque hay más población y, a su vez, más población envejecida, pero cuando evaluamos la tendencia epidemiológica de ambas enfermedades por tasas de edad estandarizadas, vemos que en realidad se han vuelto menos comunes y menos mortales desde 1990”, ha precisado el Dr. Joan B. Soriano, epidemiólogo, primer firmante de este estudio, realizado por más de 400 investigadores, y asesor científico de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). En este estudio, también ha participado el Dr. Josep Mª Antó, neumólogo y miembro de SEPAR.
Los principales factores de riesgo que conducen al desarrollo y progresión de la EPOC son el tabaquismo y la contaminación del aire, a los que cabe añadir el uso de combustibles como madera o carbón en interiores para cocinar o calentar el hogar en el caso de los países más desfavorecidos, mientras que las causas del asma son más variadas, con pólenes, alérgenos animales, exposiciones ocupacionales, y hongos, aunque también contribuyen el tabaquismo activo o pasivo y la exposición a ciertos alérgenos en interiores o en la naturaleza.
“Es crucial que las personas expuestas a estos factores de riesgo acudan a un neumólogo y se sometan a una evaluación de la función pulmonar, pues tanto la EPOC como el asma se pueden diagnosticar con una espirometría y son tratables. En el caso de la EPOC, el diagnóstico es vital para controlar la enfermedad, porque el daño que se va a ir produciendo en el tejido pulmonar llega a ser irreversible y se añade al proceso natural del envejecimiento”, advierte el Dr. Soriano.
La EPOC y el asma en España
En España, las cifras de las enfermedades respiratorias son muy relevantes. El número de fallecidos por enfermedades del sistema respiratorio se incrementó un 18,3 % en 2015, hasta situarse con una tasa de 111,7 muertes por cada 100.000 habitantes, y es la cuarta causa de defunción. Las enfermedades del aparato respiratorio representan el segundo grupo de enfermedades con mayor número de hospitalizaciones en España (un 12,3 % del total según datos de 2015 del Instituto Nacional de Estadística), con una media de 6,8 días de ingreso.
Entre las enfermedades respiratorias más prevalentes están el asma, que afecta a más de 3,1 millones de españoles, y la EPOC, que afecta a 2,9 millones.
Diversos estudios muestran que en España hasta el 73 % de los pacientes que sufren EPOC están sin diagnosticar y aunque el asma sea menos mortal que la EPOC, los neumólogos destacan que no se debe restar importancia a las crisis asmáticas, puesto que cerca de un 2 % de los ingresos en hospitales españoles están producidos por crisis asmáticas y el 80 % son evitables, ya que se deben a un mal control del asma.