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Foto de un hombre tumbado en la cama que bosteza porque no puede dormir

La diabesidad es una de las grandes epidemias de nuestros días. Se trata de la conjunción de dos patologías que destacan por su prevalencia en la actualidad, la diabetes y la obesidad, y que suelen ir de la mano. Así, se estima que más del 80 % de los pacientes diabéticos tienen sobrepeso y hasta un 60 % son obesos. 

Si, además, lo analizamos de forma individualizada los datos no mejoran, ya que la prevalencia de la obesidad en España se sitúa alrededor del 23 %. “El sedentarismo y el alejamiento progresivo de la dieta mediterránea y la cocina tradicional han dado lugar a una dieta basada en productos precocinados, alimentos envasados y comida rápida que favorece la obesidad”, señala el doctor Javier Carrasco, coordinador del Grupo de Diabetes, Obesidad y Nutrición de la Sociedad Española de Medicina Interna. 

Además, los niños y adolescentes también se ven afectados por esta patología, ya que la obesidad infantil afecta a casi un 30 % de los niños. “La prevención de esta epidemia pasa por volver a los hábitos de comida tradicionales, caminar hasta el trabajo o el colegio, jugar en la calle y promover la alimentación saludable en colegios y otros lugares públicos, entre otras”, insiste el doctor. 

Obesidad y sus comorbilidades

La obesidad es una enfermedad crónica en la que el problema no es sólo el elevado peso corporal, sino el impacto que el aumento del tejido graso tiene sobre prácticamente todos los órganos de cuerpo. “Sin duda, alteraciones metabólicas como la diabetes son las más conocidas, así como la hipertensión o la dislipemia. Pero no hay que olvidar otras que afectan a la calidad de vida de los pacientes, como el hipogonadismo masculino, la infertilidad o la afectación osteoarticular que limita y mucho la vida del paciente con obesidad”, comenta el experto. 

Entre estas patologías asociadas destaca la apnea del sueño, siendo una de las más prevalentes y más graves de la obesidad, por los efectos adversos cardiovasculares que conlleva (cardiopatía isquémica, ictus o insuficiencia cardiaca).  La padecen entre el 50 y el 77 % de pacientes obesos, es decir, aquellos que tienen el índice de Masa Corporal (IMC) por encima de 30, y su prevalencia se incrementa por cuatro por cada cinco puntos que aumenta el IMC. 

Al igual que la apnea del sueño, el hígado graso también es consecuencia del exceso de grasa corporal y lo padecen entre el 20 y el 46 % de las personas en países occidentales. “Suele ir asociados a una elevada resistencia insulínica y tan solo un 7 % de las personas con normopeso lo padecen”, argumenta el doctor Javier Carrasco. 

“Tanto la apnea del sueño como el hígado graso no alcohólico mejoran de forma considerable con la pérdida de peso, pudiendo llegar a desaparecer con pérdidas de peso importantes como las que se consiguen a través de la cirugía bariátrica”, asevera el especialista. 

Diabetes en el paciente anciano

La diabetes es una enfermedad que afecta a pacientes de todas las edades. “Probablemente, su origen empiece en la infancia con malos hábitos alimenticios y poco ejercicio; por ello, la educación es la mejor arma para abordar la prevención”, expone el doctor. Ya en la edad adulta, la diabetes es especialmente frecuente en pacientes con sobrepeso y otros factores de riesgo cardiovascular como  el tabaco, la dislipemia y la hipertensión arterial. 

Pero, sin duda, la diabetes en el anciano es la gran desconocida. “Los objetivos de tratamiento deben individualizarse y los fármacos deben utilizarse con precaución. La hipoglucemia es más frecuente y más grave en ancianos que en otros grupos de población y en muchas ocasiones suele ser consecuencia del sobre tratamiento y es responsabilidad de los clínicos. Por ello, es muy importante continuar investigando en este grupo poblacional”, apunta el doctor Javier Carrasco. 

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