Diversos informes y estudios vienen alertando de que el gasto público en Sanidad deberá incrementarse en la próxima década en un volumen que los presupuestos públicos no pueden soportar. Sin embargo, hay diversas políticas y estrategias sanitarias de carácter transformador que pueden contribuir a mantener un sistema de calidad preservando sus valores y principios. Según una revisión de la literatura realizada por Deusto Business School Health, organizador de la sexta edición del Foro de Transformación Sanitaria que tendrá lugar el próximo 25 de abril “un paciente responsabilizado de su autocuidado tiene mejores resultados de salud, una mayor adherencia a los tratamientos y consume hasta un 21 % de recursos sanitarios menos respecto a un paciente no activado".
Así, la universalización de los sistemas sanitarios ha logrado una mejora significativa de los estados de salud en general, y de la esperanza de vida en particular, y ha contribuido a reducir las desigualdades sociales en los países desarrollados. Este desarrollo de los sistemas sanitarios se podría resumir en un dato impactante: durante el siglo XX la esperanza de vida en los países desarrollados se incrementó tres meses por año (o 2,5 años por década).
En este contexto, dotar de protagonismo al paciente y su experiencia en la vivencia de la enfermedad y en la interacción con los servicios de salud será clave para el desarrollo de unos sistemas sanitarios de vanguardia. “Un nuevo rol del paciente es particularmente necesario en situaciones de multimorbilidad y polimedicación por la complejidad del manejo de tratamientos diversos y de interacción con múltiples profesionales sanitarios”, asegura Roberto Nuño, Director del Deusto Business School Health.