El ejercicio físico un modelo para un envejecimiento saludable

El ejercicio físico en personas mayores con dolor crónico de origen musculoesquelético mejora la funcionalidad, la salud física y mental y, además, ayuda a reducir la intensidad del dolor. Así se pone de manifiesto en el estudio llevado a cabo, durante dos años, por el Hospital Doctor Peset de Valencia a través de sus escuelas de rehabilitación.  

Los participantes en el estudio recibieron inicialmente una sesión formativa impartida por personal de enfermería y, durante un mes, asistieron dos veces por semana a clases de ejercicio físico dirigidas por fisioterapeutas, con la indicación de continuar la práctica en sus domicilios. Además, se les realizó un seguimiento mediante cuestionarios en tres momentos distintos: al inicio, un mes después de finalizar el programa y tres meses más tarde.

Como asegura la doctora Mónica Jordá del Hospital Doctor Peset, entre un 10 % y un 30 % de la población adulta en Europa sufre dolor crónico. Una dolencia que, en muchas ocasiones, condiciona notablemente su calidad de vida y su capacidad funcional. “Poder mantener la autonomía y realizar actividades significativas independientemente de la edad es fundamental”, ha señalado la experta.

 

Resultados positivos en funcionalidad, dolor y calidad de vida

El seguimiento a tres meses mostró resultados significativos en diferentes ámbitos. En capacidad funcional se produjo un incremento pasando de los 8,19 puntos iniciales a los 9,82. En lo que respecta al dolor percibido por los pacientes, se pasó de 6,7 a 4,63 puntos, lo que refleja una clara disminución del dolor. 

Otro de los aspectos analizados es la calidad de vida física. En este punto también se notó una mejoría, pasando de 35,76 a 41,23 puntos. Y en salud mental la mejora se refrenda en el incremento de los puntos, que pasan de los 49,54 a los 51,27. 

Además, el 96% de los participantes manifestó estar satisfecho con el programa y consideró útiles las clases; el 78,5% señaló que el ejercicio le ayudó a disminuir el dolor articular; y el 86% afirmó sentirse más capaz de realizar actividades cotidianas que antes le resultaban difíciles.

 

Un modelo para un envejecimiento saludable

Los responsables del estudio recuerdan que el ejercicio físico no solo mejora la salud musculoesquelética, sino también la función cognitiva, el control del peso, la salud ósea, y reduce el riesgo cardiovascular y de caídas.

“Con el envejecimiento poblacional crecerán también el dolor crónico, la fragilidad y la dependencia. Como médicos rehabilitadores contamos con tres herramientas clave para afrontarlo: la nutrición, el ejercicio físico y los hábitos de vida saludables. Con este estudio hemos comprobado que las escuelas de envejecimiento saludable son una estrategia eficaz”, ha recordado Jordá.

 

El ejercicio físico un modelo para un envejecimiento saludable

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