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Una pareja de edad avanzada haciendo ejercicio en el salón

El ejercicio físico, hábito recomendable en cualquier edad, ha demostrado ser un instrumento muy eficaz para combatir la fragilidad que sufren las personas mayores con diabetes. Así lo ha puesto de manifiesto el proyecto Diabfrail-Latam que está siendo coordinado desde el Hospital Universitario de Getafe. 

El cambio demográfico que implica el progresivo envejecimiento de la población está acompañado de algunas condiciones relevantes inherentes al envejecimiento, como son un mayor número de enfermedades. Entre ellas destaca la diabetes, una enfermedad crónica cuya incidencia es muy elevada entre las personas mayores.

Además, la diabetes genera complicaciones en órganos como los ojos, el riñón, el sistema nervioso, las arterias o el corazón. Además, compromete la funcionalidad de las personas y su capacidad cognitiva.

El proyecto mencionado analiza el efecto de un programa de educación, ejercicio y de ajuste de objetivos terapéuticos sobre el deterioro funcional en personas mayores frágiles y pre frágiles con diabetes.

 

El poder del ejercicio físico

Frente a la fragilidad que genera la diabetes en las personas mayores, la práctica de ejercicio físico contribuye a mejorar notablemente su salud. Los datos preliminares del estudio, así lo atestiguan. Estos datos confirman que personas mayores frágiles y pre frágiles con diabetes, han presentado mejoras en su estado físico tras incorporar hábitos saludables e incluir el ejercicio en su rutina diaria.

La coordinadora de Diabfrail-Latam, Olga Laosa, ha señalado que "gracias a este proyecto se han logrado cambiar los hábitos de vida e incluir la actividad física en sus rutinas diarias". Modificaciones que han tenido resultados muy satisfactorios en su mejoría.

Laosa ha destacado la necesidad de “no sólo buscar avances científicos sino también de concienciar a la sociedad sobre el manejo de la diabetes en personas mayores”. La experta ha insistido en que la educación y la detección precoz de la fragilidadson “clave” para poder “instaurar un tratamiento que evite el desarrollo de la discapacidad”.

Este proyecto, que cuenta con el apoyo de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA), involucra a países como España, Colombia, México, Perú, Chile, EEUU e Italia, y cuenta con el apoyo de la Organización Panamericana de Salud (PAHO). 

Una pareja de edad avanzada haciendo ejercicio en el salón

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