Cuida y previene el dolor en el talón
El Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) ha informado que cada año alrededor de dos millones de personas sufren talalgias (dolor en el talón). Además, el 10 % de la población padece esta dolencia a lo largo de la vida y se trata de una de las molestias que más dificultan la marcha e impiden caminar con normalidad.
El ICOPCV destaca que las causas más comunes que pueden provocarlo son tener pies planos o, al revés, con mucho arco plantar, tener el músculo tríceps sural retraído (puede ser común en corredores y también en personas que abusen de los zapatos con tacón muy elevado), uso de un calzado inadecuado, realizar poca actividad física o el exceso de peso.
Entre las patologías más frecuentes asociadas al dolor de talón destacan la fascitis plantar, la atrofia de la grasa plantar o el atrapamiento del nervio de Baxter. En el caso de la fascitis plantar el dolor es más agudo habitualmente durante los primeros pasos tras un periodo de descanso como puede ser al levantarse por la mañana. Con la actividad, las molestias tienden a atenuarse, pero hay casos en los cuales el dolor se mantiene.
Por lo que se refiere a la atrofia de la almohadilla o grasa plantar, suele ser más común en pacientes con una media de 45 años, que sufren el deterioro de esta zona debido a causas que pueden ser de origen traumático, padecer diabetes o como efecto secundario de infiltraciones locales realizadas con corticoesteroides. La menopausita también afecta por el cambio hormonal que experimenta la mujer en esa época, por la disminución de las hormonas relaxina y leptina, en concreto.
Por último, el atrapamiento del nervio de Baxter suele aparecer con mayor frecuencia en deportistas como corredores de larga distancia, gimnastas o patinadores que tienen desarrollado y marcado el músculo aductor del dedo gordo del pie.
Algunas recomendaciones para evitar este tipo de patologías que producen dolor en el talón son:
1. Utilizar un calzado adecuado: ni muy plano ni con un tacón excesivo, es decir, debería estar entre los 2 y los 5 centímetros y debe ser flexible, que se adapte al movimiento natural del pie. Estirar los gemelos diariamente, con la rodilla totalmente extendida. Resulta muy eficaz, por ejemplo, ayudarse de un escalón y dejar que sea el peso del cuerpo quien haga el trabajo.
2. Evitar el sobrepeso.
3. Evitar un estilo de vida sedentario e incorporar la actividad física en la rutina diaria.
4. Visitar al podólogo periódicamente para realizar un estudio biomecánico y así analizar si es necesaria la aplicación de algún tratamiento específico de compensación del peso en la realización de la pisada.