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Foto de una persona echando sal en una ensalada

17 de mayo: Día Mundial de la Hipertensión Arterial: Reducir la sal y apostar por la dieta mediterránea son armas poderosas para combatirla

El Colegio de Dietistas-nutricionistas de Cataluña (CODINUCAT), a propósito del día mundial de la hipertensión arterial (HTA), advierte de los serios riesgos que entraña para la salud esta enfermedad considerada como “un mal silencioso”, que no avisa y que no sentimos, pero que puede desencadenar grandes males en nuestro organismo. 

La HTA es un factor de riesgo cardiovascular. La tensión arterial se puede elevar sin una causa previa conocida, por algunas enfermedades (endocrinas, renales...), por el consumo de algunos fármacos. Diversos factores de riesgos tales como el  abuso de tabaco, alcohol, el estrés, el sobrepeso, la falta de ejercicio... y el exceso de sal  o bien, dietas pobres en potasio son factores de riesgo del aumento de la tensión arterial.

Según un estudio realizado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) y la Universidad Complutense de Madrid, el 80 % de los españoles consume más sal de la recomendada en nuestro país. El consumo medio de sal en España es de 9,8 g/día (4.000 mg sodio/día) cuando las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) son casi la mitad, unos 5 g/día (2.000 mg sodio/día).

Numerosos estudios demuestran que reducir la cantidad de sal en la dieta reduce la tensión arterial. Tenemos que tratar de mantener su ingesta por debajo de los 5 g al día (equivalente al tamaño de 1 cucharilla de café). Pero hay que tener en cuenta que en nuestra alimentación la mayor parte de los alimentos contienen sal, por lo cual la cantidad de sal de mesa a utilizar debería ser mucho menor a esa cantidad por día.

De mayor a menor contenido, los alimentos más ricos en sal son: sal de mesa, cubitos de caldo, sopas comerciales, bacalao salado, tocino de cerdo curado, pizzas, precocinados (croquetas, empanadillas...), queso azul, ketchup, jamón serrano, aceitunas y encurtidos, jamón cocido, queso manchego, patatas fritas comerciales, frutos secos salados, embutidos...

Sustitutos de la sal
Laurel, nuez moscada, pimienta, salvia, tomillo, ajo, cebolla, orégano o romero. En el caso de los pescados encajan mejor el perejil, eneldo, mostaza, zumo de limón, ajo o pimienta. Y para los vegetales, lo más apropiado es romero, salvia, eneldo, canela, estragón, albahaca o perejil.

Junto con la reducción en el consumo de sal, el tratamiento dietético de la HTA consiste en una dieta de estilo mediterráneo, rica en verduras, frutas, frutos secos no salados, legumbres, pescado, aceite de oliva y lácteos bajos en sal (leche y yogur), ya que estos alimentos contienen ciertos nutrientes que ayudan a modular la tensión arterial. Los hábitos de vida saludables como el ejercicio, no fumar, el control del peso y una dieta adecuada son los aliados indiscutibles para controlar la HTA.

Como la enfermedad sigue su curso de manera silenciosa, el mejor remedio es prevenir ya que al no ser tratada puede generar problemas en el sistema cardiovascular o en órganos importantes como el cerebro o los riñones. Las personas con sobrepeso pueden tener un riesgo de dos veces a seis veces mayor de padecer hipertensión y los estudios demuestran que una reducción de peso se acompaña de una reducción de la tensión arterial.

La atención médica basada en el trabajo en equipo es recomendable para el abordaje  de la HTA. Dicho equipo incluye al médico de familia, enfermería, dietistas-nutricionistas y a trabajadores sociales. 

CODINUCAT señala finalmente que llevar un modo de vida saludable, siguiendo la dieta mediterránea, ejercicio moderado y vida relajada son las claves para prevenir y tratar la hipertensión. Así pues, la prevención es inversión en salud.


 

Foto de una persona echando sal en una ensalada

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