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Foto de una chica con síndrome de down que sostiene una pizarra que pone sueño en inglés

Conseguir la plena integración de personas con discapacidad dentro del ámbito laboral es uno de los principales objetivos de Down Madrid.

Solo a modo de referencia, cabe destacar que según el Servicio de Empleo Público Estatal SEPE, ya en 2019 en España, 9.419 jóvenes de hasta 25 años y con discapacidad formaban parte de las personas inscritas como demandantes de empleo. Una situación que se ha visto, sin lugar a dudas, agravada por la pandemia y que pasa especial factura a las personas con discapacidad intelectual.

Por situaciones como esta, desde la entidad recuerdan que todos deberíamos ser iguales como ciudadanos, manteniendo unos mismos derechos y unas mismas obligaciones. Por ello, es tan importante dar oportunidades en este ámbito y ver el talento y potencial que tienen las personas con discapacidad intelectual para multitud de oficios.

Este es el caso, por ejemplo, de Lucía, que trabaja desde hace meses cuidando de los más pequeños en un colegio madrileño. Su entrega y disposición es un ejemplo claro de que todos podemos sumar si nos dejan hacerlo.

Porque… pensemos por un momento cuántas sensaciones y recuerdos nos puede traer el timbre de un colegio. Son las carreras por los pasillos. Es el griterío de un grupo de niños que se agolpan para formar la fila antes de entrar a clase. Es el inicio del recreo o es la hora de salir. Pero para Lucía, el sonido del timbre a las ocho de la mañana suena distinto. Es mucho más. Es un “ya lo he conseguido” y una independencia que, a sus 24 años, sabe mejor que nunca.

Su caso es solo uno de los muchos que se gestionan desde el Servicio de Empleo de Down Madrid, entidad que cada día trabaja por la inclusión de las personas con discapacidad intelectual en todos los ámbitos, entre ellos el laboral, como en el caso de Lucía. Así, promueven la inserción social y laboral de las personas con discapacidad intelectual en entornos ordinarios de trabajo. Un compromiso con una inserción laboral que no deja a nadie atrás y que se hace diariamente a través de la metodología del Empleo con Apoyo.

“Cuando recibí la noticia de que tenía mi primer trabajo, me puse muy contenta”, recuerda Lucía, que pisó por primera vez el colegio donde trabaja a mediados del mes de noviembre del pasado año, en un momento especialmente complicado. La crisis del coronavirus hace todavía más compleja la búsqueda satisfactoria de empleo y, en concreto, en los centros educativos, duplica el servicio a prestar a los más pequeños. 

“Se portan muy bien”, añade Lucía, quien se encarga sobre todo de labores administrativas y auxiliares, desde hacer fotocopias a ayudar en el comedor a los distintos grupos escolares. “Me gusta estar en contacto con los niños pequeños, apoyarles en su día a día… pero encuadernar, no es mi punto fuerte”, reconoce entre risas. 

Dentro de sus labores diarias, está también el apoyo al cumplimiento del protocolo de las medidas higiénicas contra la COVID-19, como es la supervisión del lavado de manos o que se cumplan las distancias a la hora de estar en lugares comunes, como el comedor escolar.

Desde Down Madrid apoyan a las personas con discapacidad intelectual en el desarrollo de competencias específicas vinculadas con el ámbito laboral. Les ayudan a encontrar trabajo y les aportan las enseñanzas necesarias para mantenerlo con éxito. Por eso, Lucía no duda en animar a todas las personas que siguen en búsqueda de empleo,: “es importante que sigan esforzándose y formándose para conseguirlo. Personalmente, pienso que el empezar a trabajar te hace sentir útil, ganas tu propio dinero y poco a poco estás más seguro de ti mismo”.

Lucía lo tiene claro. Con parte de lo que ya está ahorrando gracias a su primer puesto de trabajo quiere hacer un viaje con su mejor amiga. “Cuando todo esto pase, espero poder ir juntas a algún sitio”, desea. Un sueño que seguro comparte con otros muchos compañeros del trabajo que, como todos, imaginan sus propios planes cuando la pesadilla de la pandemia acabe al fin. 

¿Y en el futuro? “Me veo en una escuela o en una guardería, ayudando al cuidado de los niños más pequeños”, afirma Lucía, para quien los grupos de infantil son su debilidad. Ojalá muy pronto sus deseos se vuelvan realidad. Hasta entonces, ella ya ha empezado su propio camino, con paso firme y una sonrisa que la acompaña cada día al cruzar la puerta del colegio.

 

Lucía Mateo
Consultora de Comunicación Down Madrid