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Foto dos personas corriendo

Un estudio reciente del Grupo de Investigación en Envejecimiento y Ejercicio Físico del Instituto de Investigación Sanitaria (Incliva) y de la Universidad de Valencia en ratones muestra que el ejercicio físico retrasa de forma muy significativa la aparición de fragilidad, síndrome vinculado a la edad.

La fragilidad es un síndrome geriátrico de gran relevancia clínica que afecta aproximadamente al 15 % de las personas mayores de 65 años. Se caracteriza por una vulnerabilidad que provoca que aumente el riesgo de discapacidad, mortalidad o mala calidad de vida en general, cuando el paciente se encuentra expuesto a situaciones de estrés.

María del Carmen Gómez Cabrera, integrante del Grupo de Investigación en Envejecimiento y Ejercicio Físico de Incliva y profesora titular del Departamento de Fisiología de la Universitat de València, explica que en el estudio han desarrollado un test de fragilidad en animales, Valencia Score, basado a su vez en el método más utilizado en la práctica clínica para conocer el grado de esta afección, el criterio de Fried.

Éste establece la fragilidad como la presencia de varios criterios en pacientes: debilidad, fatiga crónica, inactividad, pérdida de peso y disminución de la velocidad de marcha.

“Nuestro método mide la pérdida de peso, la fatiga, la lentitud de la marcha, la debilidad muscular y la inactividad física. Realizamos estas mediciones, en términos de fragilidad, en ratones a lo largo de toda su vida comparando dos grupos: uno con un estilo de vida sedentario frente a otro con un estilo de vida activa (ejercicio físico voluntario). Los resultados en el modelo animal muestran que el ejercicio físico retrasa de forma muy significativa la aparición de la fragilidad”, ha destacado la doctora Gómez Cabrera.

Según José Viña, director del Grupo de Investigación en Envejecimiento y Ejercicio Físico de Incliva y catedrático de Fisiología de la Universidad de Valencia, “la fragilidad es un síndrome no sólo prevenible, sino también reversible”. Así, el experto explica que en un reciente ensayo clínico desarrollado en colaboración con Francisco José Tarazona, del Hospital de la Ribera, “hemos demostrado que un programa de ejercicio físico es capaz de revertir la fragilidad en humanos”. 

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