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Descripción

La agorafobia es un tipo de trastorno de ansiedad que se define por tener miedo a los sitios o situaciones que pueden causar pánico y hacer sentir a la persona atrapada, indefensa o avergonzada, lo que los lleva a evitar estas emociones.

El temor puede ser a una situación real o anticipada como el uso del transporte público, hacer una fila, estar en espacios abiertos o cerrados, estar en una multitud. Todas las situaciones citadas anteriormente suceden fuera de casa. Hay personas que, por esta enfermedad, tienen la gran necesidad de estar siempre acompañados, incluso en su propia casa.

La ansiedad aparece en la mayoría de las personas con agorafobia después de tener uno o más ataques de pánico, en consecuencia, genera que la persona con esta patología se preocupe volver a tener un ataque, evitando los lugares donde puede volver a ocurrir. La ansiedad se produce a raíz del miedo a que no haya forma de escape o ayuda accesibles si la ansiedad aumenta.

Las personas con agorafobia se sienten menos seguras en los lugares públicos donde se reúnen una multitud de persona. El miedo de salir de casa es tan abrumador que sienten que no pueden salir solos, teniendo la necesidad de salir acompañado de un pariente o amigo, para ir a lugares públicos.

Esta patología puede comenzar en la niñez, pero generalmente ocurre al final de la adolescencia o al principio de la edad adulta, antes de los 35 años, aunque los adultos mayores también pueden desarrollarla. La agorafobia se diagnostica con más frecuencia en mujeres que en hombres.

Síntomas

La agorafobia suele ir acompañada de ataques de pánico. Sin embargo, el miedo a que se repita otro ataque de pánico puede ser la causa principal. Estar en un entrno o vivir una situación que el afectado teme también puede ser la causa.

Los síntomas típicos de la agorafobia son el miedo a:

  • Salir solo o sola de casa.
  • Lugares con multitud de gente.
  • Esperar en una fila.
  • Espacios cerrados, como ascensores, cines o tiendas pequeñas.
  • Espacios abiertos, como aparcamientos, puentes o trenes.
  • Transporte público, como metro, bus, tren o autobuses.

Estas situaciones que crean ansiedad por temor a no poder escapar o encontrar ayuda si se empieza a sentir pánico o a tener otros síntomas debilitantes o vergonzosos.

Además, el miedo o la ansiedad suelen originar la causa de la agorafobia, siendo excesivos con respecto al peligro concreto de la situación.

Para evitar estos escenarios, la persona con esta afección necesita a una persona que le acompañe por estar extremadamente angustiado. Se tienen problemas importantes con momentos de sociabilización, el trabajo u otros lugares de la vida por el temor, la ansiedad.

Trastornos de pánico

Algunas personas con agorafobia tienen también trastornos de pánico. El trastorno de pánico es un trastorno de ansiedad en el que experimenta un miedo repentino y extremo que alcanza su punto máximo en minutos y desencadena síntomas intensos físicos intensos. Se puede sentir que está completamente fuera de controlo sentir que se tener un ataque al corazón o incluso tener la sensación de estar muriendo.

El temor de tener nuevamente otro ataque de pánico puede hacer llevar a las personas que lo han sufrido a evitar situaciones parecidas o lugares para así evitar a futuro que sucedan nuevos episodios.

Los síntomas del ataque de pánico incluyen:

A nivel cognitivo, las personas que sufren de agorafobia pueden experimentar:

Características principales

Los factores de riesgo de agorafobia pueden ser los siguientes:

La agorafobia puede limitar en gran medida las actividades de la vida. Si la agorafobia es grave, es posible que ni siquiera las personas que la padecen puedan salir casa, sin tratamiento, permaneciendo en sus hogares por años. Puede ocurrir que no puedan visitar a la familia y amigos, ir al colegio o al trabajo, hacer las tareas diarias o participar en otras actividades, dependiendo de la ayuda de otras personas.

La agorafobia también puede provocar o estar asociada a:

  • Frecuencia cardíaca acelerada.
  • Sensación de ahogo.
  • Náuseas.
  • Hiperventilación.
  • Mareos.
  • Sudoración.
    • Miedo a hacer el ridículo o pasar vergüenza, al sufrir un ataque de pánico.
    • Miedo a que el corazón se pare en un ataque de pánico u otra mala consecuencia.
    • Miedo a no poder salir de tal situación.
    • Miedo a perder el control en público.
    • Miedo a perder la cordura.
    • Sentirse observado por otras personas fijamente.
    • Miedo a estar solo en casa.
    • Ansiedad.
    • Temor generalizado.
    • Tener trastorno de pánico u otras fobias.
    • Mostrar miedo excesivo o evasión en los ataques de pánico.
    • Pasar por sucesos estresantes en la vida (maltrato, muerte de un familiar o amigo o un ataque).
    • Tener un carácter ansioso o nervioso.
    • Tener un familiar con agorafobia.

    Causas

    Hoy en día, no hay una única explicación para la aparición de la agorafobia. A pesar de ello, existe una serie de factores que, en conjunto o por separado, pueden explicar su manifestación:

    Prevalencia

    Según los Psicólogos Laia Miralles y Raúl Carrera, especializados en trastorno del neurodesarrollo, aproximadamente el 1.7% de los adolescentes y adultos son diagnosticados de agorafobia cada año, siendo el doble de probable su aparición en las mujeres.

    • Depresión.
    • Abuso de drogas.
    • Abuso de alcohol.
    • Otros trastornos de salud mental, como otros trastornos de ansiedad o trastornos de la personalidad.
      • Experiencias traumáticas con miedo intenso: si bien no todas las agorafobias están relacionadas con los ataques de pánico, cuando estos ocurren en un lugar o situación, es probable que esas situaciones generen miedo más adelante y puede ser difícil romper el vínculo. A veces, más allá de los ataques de pánico, las experiencias traumáticas pueden ser:
        • • Un desmayo.
        • • Una sudoración muy intensa.
        • • Un momento de asfixia.
      • Situaciones laborales o de relaciones difíciles: ambas pueden ser precursoras del desarrollo de la agorafobia.
      • Interpretar procesos erróneos: las personas con agorafobia pueden tener distorsiones a la hora de interpretar el riesgo o peligro del entorno, o atribuir falsamente sensaciones a situaciones externas que en realidad son provocadas por otros factores (cambios hormonales, hipoglucemia, estrés sanguíneo o muscular, drogas, fármacos, etc.).
      • Determinados rasgos de la personalidad: las personas que son más sensibles a la ansiedad, miedos, tienen poca asertividad o son las más retraídas socialmente pueden tener más predisposición a sufrir agorafobia.
      • Preparación evolutiva y vulnerabilidad: en algunos casos, está la posibilidad de que algunas personas tengan mayor predisposición por sus genes a desplegar este trastorno, en especial a aquellas situaciones que, por razones en evolución, pueden ser más peligrosas para otras personas.

Recomendaciones

Diez recomendaciones de prevención antes de desarrollar agorafobia.

  • Saber que la ansiedad es una reacción normal del cuerpo. La ansiedad se adapta y dispone para enfrentar todo aquello que puede hacer daño. El problema viene cuando la agorafobia se muestra en situaciones que no tienen riesgo alguno.
  • Analizar la conexión entre ansiedad y la situación del conflicto. Es muy probable que se haya experimentado un miedo fuerte en algún momento concreto y que de alguna forma esté relacionado con el lugar o a las circunstancias donde surgió el miedo, pero se debe saber que no es la causa del miedo, se necesita ver la situación en las personas que sufrieron el conflicto.
  • Responder a la situación de manera oportuna y sin perder tiempo. Se debe entender que si se decide evitar el lugar o la situación que provocó el conflicto, se terminará perpetuando los problemas indefinidamente. Si bien puede resultar un alivio no salirse con la suya a corto plazo, aumentará la confianza y dificultará las cosas a largo plazo.
  • Utilizar un enfoque progresivo y comenzar solo con lo que más llama la atención. Al principio se necesitará compañía aumentando la cantidad de tiempo que se pasa solo en estas situaciones.
  • Aprender las técnicas para bajar la intensidad de la ansiedad, como la práctica de relajación, meditación o la respiración diafragmática.
  • Tratar de cambiar los pensamientos negativos, estableciendo metas que puedan ayudar a enfocar los aspectos positivos de la vida, y encontrar excusas para salir y socializar.
  • Hablar sobre el problema y compartir los miedos con una persona de confianza que ayudará a la liberación de esos sentimientos y a sentirse más comprendido.
  • Desde el principio y ante cualquier complicación, acudir al especialista. Un psicólogo o un médico especialista en trastornos psicológicos, como la agorafobia, dará consejos sobre los pasos a seguir, establecerá el tratamiento más adecuado a la situación y además de tratar los síntomas, ayudará a superarlos.
  • Permanecer cerca de los familiares y amigos, una vez comenzado el tratamiento, aunque sin ayuda de estos para combatir situaciones difíciles. Se sugiere que el entorno cercano que rodé a la persona con agorafobia apoye y empatice con ella.
  • No olvidar que la agorafobia tiene solución. Recordar los objetivos más importantes, las metas olvidadas y las cosas que se pueden retomar si se continua el tratamiento adecuado y siempre indicado por un especialista.

¿Cómo superar la agorafobia?

En el momento que se detecta que se está siendo víctima de la agorafobia, es de total importancia vital ponerse en un tratamiento para la enfermedad. Se pueden seguir las siguientes indicaciones para superarla:

  • Aprender técnicas de relajación: estrategias de autoayuda que contribuyen al alivio individualizado de los síntomas en relación con un ataque de ansiedad o las fobias. Gracias a estas estrategias las personas con agorafobia pueden superar el miedo a salir a la calle o la fobia a las personas que se experimenta debido a la enfermedad. Las técnicas de relajación ayudan descansar la tensión del cuerpo y el nerviosismo procedente de la mente.
  • Desensibilización: La técnica de afrontamiento implica usar la imaginación para superar los factores que originan las fobias con multitud de personas o salir a la calle. La persona con agorafobia debe imaginar las situaciones que provoquen la ansiedad mientras aprende a relajarse en esos momentos. Al aprender a relajarse a través de la visualización, se puede superar gradualmente la agorafobia.
  • Reduce el estrés: A veces, el estrés es una fuente muy importante de ataques de ansiedad. Tanto es así que el estrés puede en muchos casos conducir al desarrollo de diversos problemas físicos y psicológicos. De esa manera, si reduce el estrés, se tiene muchas posibilidades de enfrentar la agorafobia con una fuerza de voluntad más fuerte.
  • Cuidado personal: Hay que dedicar un tiempo al día para uno mismo en el bienestar personal y no únicamente a las tareas del día a día. Para conseguir superar los síntomas hay que intentar relajarse y dedicar un espacio en la vida para uno mismo. Comenzar a hacer más ejercicio, implícate en tus hobbies y dedica más tiempo a los tuyos. Todo ello te permitirá poder afrontar mejor tu agorafobia.
  • Acudir al psicólogo: Es una de las mejores herramientas para cambiar las actitudes más negativas de la vida de las personas con esta enfermedad Gracias al asesoramiento del especialista se podrá aprender muchas claves para dejar de tener miedo a salir a la calle y afrontar aquellas situaciones de las cuales no se puede tomar el control.

La agorafobia cambia drásticamente la vida de una persona porque condiciona lo que hace y lo que evita. De esta forma, las personas que la padecen quedan expuestas y condicionadas a los síntomas de ansiedad que lo acompañan.

Sienten que no tienen control sobre sus vidas o sus cuerpos y tienen las manos atadas.

Tratamiento

Si la persona que padece agorafobia está notando ansiedad o ataques de pánico, una de las acciones más importantes es buscar ayuda de un médico o de un especialista, que podrá recomendar la terapia cognitivo-conductual (TCC) u otras técnicas de psicoterapia, como puede ser la relajación aplicada. En algunos casos, se pueden prescribir medicamentos.

El médico puede recomendar varias técnicas de autoayuda que pueden formar parte de la terapia. Estas terapias serían las siguientes: ejercicios de respiración, desafío al miedo, control de los pensamientos o técnicas de conexión con la tierra.

Tratamiento psicológico

El tratamiento psicológico o la psicoterapia es muy eficaz en esta enfermedad, siendo en muchos casos suficiente para mejorar los síntomas. En algunos casos puede ser útil añadir una medicación para acelerar la respuesta al tratamiento. Los enfoques de la psicoterapia pueden provenir de una variedad de direcciones, muchas de las cuales son efectivas. Es importante determinar los objetivos del tratamiento con el especialista y asegurarse de que haga el diagnóstico correcto.

Por lo general, como tratamiento a corto plazo, la terapia cognitiva conductual se centra en enfoca en aprender habilidades específicas para tolerar mejor la ansiedad, enfrentar las preocupaciones de forma directa y reanudar progresivamente las actividades que se han evitado a cauda de esta. Los síntomas mejoran cuando se progresa por primera vez a través de este proceso.

Se podrá aprender lo siguiente:

  • Buscar formas de hacer frente a las preocupaciones de forma directa, como la probabilidad de que ocurran cosas malas durante situaciones en sociedad.
  • Conseguir disminuir la ansiedad de manera gradual si la persona con agorafobia permanece en situaciones complicadas para ella y poder controlar estos síntomas hasta que eso ocurra.
  • Aprender a enfrentar y tolerar los síntomas de la ansiedad.
  • Cómo cambiar comportamientos indeseados o insalubres con la desensibilización.
  • Qué factores pueden desencadenar un ataque de pánico o síntomas similares al pánico y qué los hace empeorar.

Si se tienen problemas para salir a la calle, es posible que se pregunte cómo llegar a la oficina del terapeuta. Los terapeutas que tratan la agorafobia conocen este problema.

Si las personas con esta patología se sienten confinados en el hogar debido a esto, al menos al principio del tratamiento, debe buscar un terapeuta que pueda ayudar a encontrar alternativas a las visitas al consultorio. Es posible que primero se ofrezcan a ir a la casa o reunirse con el paciente en algún lugar que considere seguro. Algunos terapeutas pueden ofrecer terapia por telefónica o videollamada, correo electrónico, herramientas desde el ordenador u otros medios.

Si el afectado siente que la enfermedad es tan grave que no puede obtener ayuda médica, se puede beneficiar en un programa de hospitalización más riguroso para tratar la ansiedad.

Tratamiento farmacológico

Los medicamentos más comunes para la agorafobia y el trastorno de pánico son los antidepresivos ISRS (citalopram, escitalopram, sertralina, fluoxetina y paroxetina). También se usan comúnmente otros dos antidepresivos: venlafaxina y duloxetina. Estos medicamentos no deben tomarse entre sí. En algunos casos, sobre todo al inicio del tratamiento y solo durante unas semanas, se puede añadir benzodiazepinas (lorazepam, clonazepam o alprazol Lun). Estos tratamientos médicos prescritos por especialistas son muy seguros y efectivos. Se pueden combinar con psicoterapia para optimizar los resultados y prevenir nuevas recaídas.

La tasa de éxito del tratamiento de la agorafobia es alta, pero el pronóstico dependerá de la gravedad de cada caso, la motivación del paciente para el tratamiento y cuán restrictiva es la persona para evitar la situación que le genera miedo. Una de las principales complicaciones de esta patología es el consumo excesivo de alcohol para mitigar los síntomas que produce.

Diagnóstico

Para poder establecer un diagnóstico, en muchas ocasiones es necesario descartar otras causas subyacentes. La agorafobia se diagnostica según lo siguiente:

  • Síntomas.
  • Entrevista profunda con el médico o especialista en salud mental.
  • Exploración física para descartar otras enfermedades.
  • Estudios de imagen como resonancias o tomografías.

Es importante consultar ante las primeras manifestaciones para evitar que el problema se convierta en crónico. Un ejemplo puede ser cuando se empieza a evitar determinadas situaciones, como ir en transporte público.”

Consejos de prevención

No hay una manera segura de evitar la agorafobia. Sin embargo, la ansiedad suele aumentar cuando se evitan situaciones que se temen. Si se comienza a sentir miedo de ir a sitios que son seguros, la persona con agorafobia debe intentar practicar ir a esos lugares una y otra vez antes de que el miedo sea cada vez mayor. Si es demasiado complicado hacerlo solo, pedir ayuda a un familiar o a un amigo que la acompañe, o buscar ayuda profesional.

Si se siente ansiedad cuando se acude a algún sitio o se tiene ataques de pánico, hay que buscar tratamiento lo antes posible y buscar ayuda de forma inmediata para evitar que los síntomas sean peores.

Dado que el origen de la agorafobia puede ser por diversos factores y no siempre se conocen las causas concretas que la provocan, no hay medidas concretas que puedan prevenir su aparición.

En muchos casos, la agorafobia se puede prevenir mediante el tratamiento de desencadenantes específicos que pueden causar la ansiedad y ataques de pánico.

La mejor actitud de prevención es la que busca el “afrontamiento de la situación” y “cuestionar los pensamientos catastróficos”. La idea es que cada persona “sepa identificar cómo se maneja ante la ansiedad y normalizar sus emociones”.

Envejecimiento saludable

Los altos niveles de ansiedad se asocian con una peor calidad de vida y estilos de vida poco saludables.

También se asocian a diversos problemas de salud e incluso a una mayor mortalidad.

Si se aprende a controlar la ansiedad que provoca la agorafobia para que no invada la vida con tanta frecuencia, el envejecimiento será más sano. Es importante dedicar tiempo al cuidado físico, con una dieta saludable y ejercicio también, así como el cuidado mental.

La participación en actividades físicas y aprender a manejar los estados emocionales con la meditación, la respiración y la relajación, las habilidades de planificación y toma de decisiones son de gran ayuda para sobrellevar los síntomas.

También lo es aprender a manejar la incertidumbre y las preocupaciones de forma sana y adaptativa, y buscar relaciones positivas en las relaciones con personas del entorno. Además, socializar y participar en las actividades que más motivan son algunos ejemplos que pueden ayudar a mantener la calma y envejecer con más salud.

Recursos de interés (documentos, guías, contactos)

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Preguntas frecuentes

¿Qué es la agorafobia?

Dentro de los trastornos de ansiedad los cuales tienen como fundamento básico el miedo, la agorafobia, tanto si cursa con o sin crisis de pánico, es la más frecuente e inquietante de todos los trastornos fóbicos conocidos.

Entre los trastornos de ansiedad basados en el miedo, la agorafobia, con o sin ataques de pánico, es la más común y angustiosa de todas las fobias conocidas. La etimología de la palabra incluye el término ágora, que se refiere a un mercado público.

¿Qué siente una persona con agorafobia?

La principal característica es la ansiedad cuando una persona se encuentra en algún lugar cerrado y de donde le sería difícil escapar, o en lugares donde haya mucha gente.

El miedo a la agorafobia no está ligado a los ataques de pánico. Las personas afectadas simplemente tienen miedo de salir solas de la casa y/o necesitan compañía.

Esto condiciona y altera intensamente la vida cotidiana de la persona con agorafobia, ya que le lleva a tener miedo a desmayarse o marearse.

¿Cómo comienza el miedo a la agorafobia?

La agorafobia generalmente comienza después de que una persona experimente uno o más ataques de pánico y tiene miedo de tener más ataques de pánico. La agorafobia se diagnostica cuando este miedo comienza a afectar el comportamiento, como evitar lugares que el paciente asocia con agresión.

¿Tiene cura la agorafobia?

Como en los otros trastornos de ansiedad, se combina la farmacología con la psicoterapia conductual de afrontamiento.

Glosario

  • Frecuencia cardíaca acelerada: Un corazón normal late entre 60 y 100 veces por min. Una frecuencia cardíaca de más de 100 latidos por min se considera taquicardia. En un episodio de taquicardia supraventricular, el corazón late de 150 a 220 veces por min, pero en a veces puede latir más rápido o más lento
  • Hiperventilación: una respiración más profunda y rápida de lo normal. Provoca disminución en la cantidad de un gas en la sangre, llamado dióxido de carbono. Esta disminución podría hace sentir aturdimiento, tener latidos cardíacos rápidos y causa falta de aire.
  • Hipoglucemia: aparece en aquellas situaciones en las que las concentraciones de glucosa en sangre se sitúan por debajo de 50 mg./dl.
  • Náuseas: el miedo a vomitar y experimentar esa sensación tan desagradable, por lo que evitas situaciones, alimentos o personas que puedan hacer vomitar. Normalmente está relacionada con las náuseas, pues se sienten náuseas, con miedo vomitar, y generando estrategias para evitar la situación.
  • Sudoración: También se conocida como transpiración. Es el líquido creado por las glándulas sudoríparas en el cuerpo cuando se libera calor por medio de la piel. Los sofocos pueden causar sudoración que puede variar de leve a excesiva.