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Descripción (enlaces externos abren en ventana nueva)

La poliomielitis es una patología que se trasmite por contagio, principalmente de persona a persona, y en ocasiones, también se puede transmitir a través del agua o si se toman alimentos que estén contaminados.

El contagio de persona a persona puede producirse por vía fecal u oral.

Las personas con el virus pueden contagiar desde 7 o 10 personas antes de que aparezcan los síntomas, así como tras la aparición de estos. Dejará de contagiar cuando se haya eliminado el virus.

El virus que produce la poliomielitis entra en el organismo, se multiplica en el estómago, y afecta al sistema nervioso. La principal característica de esta patología es que puede provocar parálisis.

Se trata de un virus llamado poliovirus, de la familia de los enterovirus.

Son poliovirus salvajes que aparecen de forma natural.

El poliovirus está compuesto por una composición simple de virus, pero es muy contagioso, y se conocen 3 tipos: 1, 2 y 3.

Hoy día el reto es erradicar todos los tipos de poliovirus que producen la poliomielitis.

Para ello se puso en marcha, desde 1988, la Iniciativa de Erradicación Mundial de la Poliomielitis (IEMP). La iniciativa está financiada por gobiernos de los diferentes países, y entidades y asociaciones como Rotary Internacional, UNICEF o la Fundación de Bill y Melinda Gates.

Entre las acciones de apoyo a esta iniciativa global, la Organización Mundial de la Salud (OMS) activó un Plan estratégico para la erradicación de la poliomielitis cuya fase final ha tenido lugar entre los años 2013 y 2018. Entre sus principales acciones ha figurado: la detección del virusfortalecer la inmunización de la población con vacunas, certificar la interrupción de los contagios en las zonas donde se ha ido consiguiendo y seguir planificando acciones de contención del virus hasta lograr erradicarlo.

El tipo de polivirus salvaje tipo 2, según confirma la OMS, se erradicó en 1999.

Y en 2019 se informó públicamente sobre la erradicación del polivirus salvaje tipo 3.

Pero aún quedan poliovirus salvajes de tipo 1 en diversas zonas. Este tipo ha sido el más habitual encontrado durante el seguimiento de la evolución sobre este virus.

Hoy existen diversas vacunas para prevenir la poliomielitis e inmunizar a la población.

¿Qué población es la de mayor riesgo?

La infancia es la población más vulnerable ante la poliomielitis.

Sobre todo, los niños de menos de 5 años.

El mensaje para transmitir a la sociedad, dentro de la iniciativa de la erradicación de la poliomielitis, es que, si sigue habiendo un niño contagiado con el virus, todos los demás también corren peligro, por eso es tan importante prevenir y atajarlo.

En la mayoría de los países la patología ha logrado controlarse, pero existen al menos cuatro, donde aún no han podido parar el contagio. La OMS afirma que son Afganistán, Nigeria, Pakistán, y recientemente, se ha unido Filipinas, que detectó nuevos casos en 2019, 19 años después de haber sido declarado país libre de polio. Por eso no hay que bajar la guardia y continuar con las campañas de vacunación.

Hoy día con las fronteras abiertas y el aumento de viajes es importante frenar el virus.

Las buenas noticias son que con la iniciativa de erradicación mundial de la poliomielitis ha bajado el número de casos en un 99 por ciento. La transmisión del poliovirus salvaje está casi erradicada.

En los datos de últimos casos detectados, los brotes que han aparecido son de poliomielitis de origen vacunal. Las personas vacunadas con el virus excretan el mismo en sus deposiciones. Si el virus excretado sigue en circulación puede sufrir cambios genéticos y a su vez infectar a otras personas, en casos muy excepcionales y tratándose de personas con su sistema inmunitario muy debilitado, es lo que la OMS llama poliovirus circulantes de origen vacunal.

Por eso además de la vacunación, es importante seguir unos hábitos de higiene y limpieza que minimicen esos riesgos, y también lograr reforzar el sistema inmunitario de la población que residen en zonas más deprimidas.

Características de la poliomielitis

Cuando una persona es contagiada por el virus de la poliomielitis nota síntomas como cansancio, fiebre y dolor de cabeza.

También se pueden presentar vómitos, dolor en brazos y piernas y cierta rigidez en la nuca.

Es importante diagnosticar y tratar el contagio por poliomielitis, ya que entre sus consecuencias se encuentran diversos tipos de parálisis, que pueden afectar a la persona de forma más o menos severa.

La parálisis hace que algunas personas tengan dificultad para andar o para estar de pie.

La afectación suele ser asimétrica afectando a cada lado de forma desigual.

Los miembros inferiores suelen estar más afectados debido a la parálisis que los miembros superiores.

La Organización Mundial de la Salud explica que una de cada 200 personas con poliomielitis pude tener una parálisis, no recuperable, que puede afectar a sus piernas.

Si la parálisis afecta a otros músculos, como los del sistema respiratorio, las consecuencias pueden ser fatales, algo que puede suceder en torno al 5-10 por ciento de los casos presentados.

También hay casos en los que hay niños con el virus, pero sin síntomas, de ahí la dificultad en poder controlar su contagio, pero sí se puede prevenir, si todos los niños tuvieran acceso a las vacunas, las cuales han de administrarse en varias ocasiones, ya que entonces estarían inmunizados.

En España, según señalan diversos estudios médicos hubo varios brotes de poliomielitis entre 1945 y 1963, año en el comenzó la campaña de vacunación. Aunque la vacuna no logró administrarse con una correcta cobertura hasta 1982. En la actualidad la cobertura llega a casi todos los niños en su totalidad (95%) y se recomiendan al menos 4 dosis de las vacunas.

En España, el último caso de poliomielitis por virus salvaje autóctono ocurrió en el año 1988, según se recoge en el Plan de Acción para la erradicación en España de la poliomielitis.

La poliomielitis puede cursar con parálisis o sin ella.

Síndrome postpolio

La poliomielitis puede ocasionar secuelas y existen casos en los que se diagnostica el síndrome postpolio (SPP).

Según los expertos médicos una persona infectada con poliomielitis podría denotar algunos efectos provocados por el virus, que se presentan de forma tardía, al pasar varias décadas. Estos síntomas podrían ser, entre otros, insomnio, calambres o debilidad muscular en miembros antes no afectados o aumentar la debilidad en aquellos que sí lo estaban. Esos efectos, podrían incluso presentarse hasta 15 o 40 años después de la infección en la infancia.

La Asociación Española de Pediatría aconseja vacunar de la polio.

En este estudio se presenta la visión tanto de pacientes como de profesionales respecto a este síndrome.

Desde la Asociación de Afectados de Polio y Síndrome Post-Polio de España  indican que este síndrome se denomina también atrofia muscular postpolio o atrofia neuromuscular postpoliomielítica.

La entidad explica que el síndrome podría aparecer a veces de forma accidental o debido a otras patologías médicas. Aunque la causa concreta no está del todo definida, podría depender de la forma en que ha afectado el virus al sistema neurológico.

La mayor solicitud desde la asociación de afectados es que se investigue más la incidencia del síndrome y que se dé tanto diagnóstico como atención a aquellas personas que presenten síntomas de este.

Estos síntomas serían tanto de tipo esquelético y muscular, presentados con dolor en articulaciones, músculos y mayor debilidad, como fatiga, cansancio, falta de equilibrio y concentración e incluso alteraciones en la circulación o el sistema gastrointestinal.

La escoliosis, fracturas por osteoporosis o mayor pérdida de la capacidad respiratoria son otras de las patologías que pueden aparecer con el síndrome.

Recomendaciones (enlaces externos abren en ventana nueva)

Tratamiento

La poliomielitis es una patología de tipo neurológico ya que el virus afecta al sistema nervioso.

El equipo que se encarga de dar diagnóstico y tratar la poliomielitis y sus secuelas será un equipo multidisciplinar formado tanto por neurólogos, traumatólogos, fisioterapeutas, ortopedas, psicólogos, terapeutas ocupacionales, etc.

El encargado de iniciar el tratamiento, dado que la patología por este virus aparece en la infancia, es el pediatra.

La Asociación Española de Pediatría aconseja vacunar de la polio.

Existe un calendario de vacunas por regiones en España. Los padres deben consultar dicho calendario. Las vacunas están compuestas por 4 dosis. La última se recibe a los 6 años.

Hoy día, según explica el Comité Asesor de Vacunas, está indicada la vacunación contra la poliomielitis en todos los menores de 18 años no vacunados. Y si una persona va a viajar a zonas donde puede haber riesgo de contagio puede ser conveniente una nueva dosis.

¿Qué pruebas se realizan?

Para diagnosticar la poliomielitis se analizan los signos y síntomas clínicos que muestra el paciente, pero también se debe realizar una confirmación de laboratorio a través de una analítica de sangre, un cultivo viral de heces o incluso una punción lumbar.

Las pruebas serológicas también pondrán de manifiesto de qué tipo de virus se trata.

Para el especialista, en los casos de poliomielitis que cursa con parálisis, serán relevantes también ciertos síntomas como la mialgia. Se presenta como un intenso dolor muscular, que aparece uno o dos días antes de comenzar la parálisis, y que continúa varias semanas después, y también la fiebre que comienza en el momento de iniciarse la parálisis.

A veces la patología podría confundirse por características similares con el síndrome de Guillain-Barré, pero la parálisis flácida aguda en ese síndrome aparece algo más tarde, que en los casos de poliomielitis.

Para diagnosticar el síndrome postpolio (SPP)

Para diagnosticar el SPP los especialistas primero han de analizar y confirmar si el paciente ha tenido poliomielitis en su infancia.

A veces el paciente tuvo una poliomielitis sin parálisis o con sintomatología leve y no lo especifica en su consulta, ya que no conoce la relación entre esa patología previa, y los síntomas que pueda tener en la actualidad.

Tras unos años estable, en ocasiones incluso décadas, aparece fatiga, dolor y pérdida de fuerza muscular, y eso es lo que el especialista debe discernir. ¿Es SPP?

Para ello el especialista recurrirá a pruebas de imagen y estudios de electrofisiología para concretar el historial médico del paciente.

Estas pruebas pueden ser:

  • Resonancia magnética (IRM).
  • Tomografía computarizada (TC).
  • Neuroimágenes. La neuroimagen presenta la formación de las imágenes cerebrales y se puede analizar la estructura cerebral y su función.

Los estudios electrofisiológicos y la electromiografía se usan para valorar la fuerza muscular y su posible debilitamiento y si existe daño nervioso.

En otros casos podría ser preciso realizar punción lumbar o una biopsia del musculo, algo que siempre decidirá el especialista si lo requiere para concretar la situación y pronosticar la evolución del síndrome.

El tratamiento para el SPP correrá a cargo de un equipo multidisciplinar.

Terapias y tratamientos

Aunque la poliomielitis no tiene cura, si es posible la inmunización de la enfermedad gracias a las vacunas.

Este tema lo trataremos en profundidad en el apartado de prevención.

En cuanto al tratamiento especifico que se da a las personas con poliomielitis irá orientado a tratar sus síntomas y mejorar las secuelas provocadas por la posible parálisis y pérdida de movilidad secuela del virus.

Por ejemplo, si la infección por el virus causa gastroenteritis, se tratará al paciente en el momento del contagio con dieta blanda, sueros, etc.

Si en cambio, lo que presenta es fiebre y dolor, se puede actuar con paracetamol.

Pasada esa primera fase, el especialista podrá indicar rehabilitación de mantenimiento para intentar mejorar la capacidad muscular, posibles cirugías y el uso de productos de apoyo, para mejorar la autonomía e independencia de la persona que ha tenido poliomielitis.

Respecto al tratamiento farmacológico, el médico podrá pautar analgésicos o antiinflamatorios no esteroideos para aminorar el dolor.

El tratamiento que el equipo médico prescriba dependerá del grado de afectación del virus.

Tratamiento del síndrome postpolio

Para las personas que presentan el síndrome postpolio también se realizan tratamientos adecuados a su situación particular, sobre todo destaca la neurorrehabilitación.

Desde el Hospital de Alta Especialización de Neurorrehabilitación del Instituto Guttmann explican que la neurorrehabilitación sirve para prevenir el deterioro de las capacidades y funciones de la persona con el SPP.

Gracias a la neurorrehabilitación, que se define como una asistencia integral dirigida a la persona con sus características particulares, se estimula el sistema nervioso y las conexiones neuronales.

Se usa para todas aquellas patologías y afectaciones que hayan sido producidas por lesiones neurológicas.

El equipo multidisciplinar tiene que analizar cada caso y algunos de los síntomas o características del SPP se tratarían de la siguiente forma:

  • Debilidad y dolor muscular. La neurorrehabilitación, rehabilitación de mantenimiento, y no realizar un sobreesfuerzo muscular pueden ser las claves para detener el empeoramiento de la situación. El ejercicio moderado y que no produzca fatiga puede mejorar el tono muscular. Es importante que un fisioterapeuta analice cada caso y haga una tabla específica para esa persona, supervisando que no se sobrecarguen músculos que quizá puedan estar más afectados.
    El dolor puede ser tratado con fármacos como paracetamol o antiinflamatorios.
  • El descenso de la capacidad pulmonar se puede tratar analizando la causa (si es por otra patología asociada, por falta de ejercicio, problemas musculares o esqueléticos) y así intentar mejorar el rendimiento respiratorio.
  • Los pacientes con SPP suelen presentar fatiga
  • , por lo que se recomienda seguir unas rutinas saludables de descanso y reposo.

Como en otras patologías se recomienda seguir el tratamiento y recomendaciones pautadas por los especialistas, tener unos hábitos saludables en alimentación y alejarse del sedentarismo, e intentar controlar el peso (para no sobrecargar músculos y huesos), y, por último, pero no menos importante, usar aquellos apoyos (muletas, andadores) que puedan necesitar para mejorar la movilidad.

Los terapeutas ocupacionales también pueden jugar un papel relevante ya que enseñan al paciente como gastar de forma eficiente su energía para sus tareas cotidianas, algo muy útil para no sobrecargar los músculos y a la vez evitar la fatiga.

El uso de otros fármacos que puedan mejor su calidad de vida está aún en fases de estudio e investigación.

Consejos de prevención

La prevención es la herramienta más eficaz contra la poliomielitis y hoy día se trabaja en la erradicación total del virus en el planeta.

Desde la Organización Mundial de la Salud han realizado diversas acciones para concienciar sobre la posibilidad de erradicar la poliomielitis gracias a la vacunación de la población.

Gracias a las vacunas la infancia puede generar la capacidad de estar inmunizados frente a este virus.

La OMS afirma que la vacuna antipoliomielítica oral (OPV) es una vacuna segura y eficaz. Desde que comenzó a extenderse su uso en más población se ha reducido en gran medida la transmisión del virus.

Si la vacuna se administra en las dosis recomendadas, puede proteger a la infancia durante toda su vida.

La primera vacuna se consiguió en el siglo XX, siendo uno de los hitos sanitarios más destacados en ese siglo.

La investigación continuó, y hoy día, existen cinco vacunas diferentes para parar la expansión del virus.

Las vacunas son:

  • La vacuna antipoliomielítica oral (OPV). Está vacuna se administra por vía oral y pueden incluso administrarla voluntarios sanitarios que cumplen esa función allí donde se necesita.
  • Las vacunas antipoliomielíticas orales monovalentes (que se dividen en dos mOPV1 y mOPV3)
  • La vacuna antipoliomielítica oral bivalente (bOPV)
  • La vacuna antipoliomielítica con virus inactivado (IPV).

En España fue una de las primeras vacunas infantiles de carácter universal que se comenzaron a usar. Hoy es una vacuna inyectable.

La vacuna se administra en 4 dosis, junto a los componentes de otras vacunas para otras patologías, según afirma el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría. En concreto los niños se tienen que vacunar a los 2, 4 y 11 meses de edad, y luego a partir de 2020 se pondrá otra vacuna también a los 6 años, está última dosis ya se administra en Asturias.

Todos los menores de 18 años deben estar vacunados contra la poliomielitis.

La OMS afirma que para detener el virus es esencial seguir estas directrices:

  • Que la vacunación llegue a todos los niños
  • Que haya planes especiales para niños que viven en situaciones excepcionales como migrantes, zonas de conflictos o lugares lejanos
  • Que se realicen planes para mejorar la inmunización de la población
  • Aumentar la vigilancia sobre el virus
  • Lograr que todos puedan acceder a atención sanitaria, sin depender de sus recursos económicos
  • Compromiso de los gobiernos por reforzar las iniciativas de erradicación de la enfermedad

Envejecimiento saludable

Como en la mayoría de las patologías existen 3 pautas a tener en cuenta para un envejecimiento saludable:

  1. Seguir las terapias y tratamientos pautados por los especialistas médicos
  2. Tener hábitos de alimentación saludables.
  3. Realizar la actividad adecuada para cada persona y sus circunstancias, intentando alejarse del sedentarismo. Los especialistas admiten que es mejor hacer actividad física de forma frecuente, aunque sea a un bajo nivel de esfuerzo, que mucha actividad, pero pocas veces… El mantenimiento diario en el ejercicio es la clave.

Aunque los especialistas afirman que el síndrome postpolio puede provocar un envejecimiento prematuro de la salud muscular y ósea, es importante seguir las recomendaciones de los fisioterapeutas y neurólogos, y acudir si los especialistas lo creen conveniente a centros especializados en neurorrehabilitación para intentar salvar las capacidades funcionales existentes y reforzar la capacidad muscular, respiratoria, etc., y ralentizar ese avance.

Los ortopedas también pueden proponer ayudas o apoyos que faciliten la marcha e incluso se puede acudir al reumatólogo para prevenir el déficit en la calidad ósea. 

Recursos de interés (documentos, guías, contactos)

Publicaciones, documentos técnicos y websites con información (enlaces externos abren en ventana nueva)

Contactos de interés

Preguntas frecuentes  (enlaces externos abren en ventana nueva)

¿Por qué se produce la poliomielitis?

La poliomielitis es una patología que se trasmite por contagio, ya sea de persona a persona, o por beber agua o alimentos que estén contaminados.

El tipo de virus que se contagia es un poliovirus, que afectará al sistema nervioso de la persona contagiada.

Puede provocar desde estado febril o dolor muscular a parálisis de diferente calibre.

¿Se puede prevenir?

La poliomielitis no tiene curación, pero sí se puede prevenir. ¿Cómo? Trabajando en inmunizar a la población del virus. Esto se realiza a través de una estrategia mundial que propone la vacunación masiva en la infancia como mejor forma de prevención.

¿Qué es el síndrome postpolio?

Una persona que ha tenido poliomielitis puede pasar años y décadas sin tener una reavivación de sus síntomas, pero de pronto, puede suceder que comienza con fatiga, debilidad muscular y otras características que afectan a su salud, y que tras el diagnostico se reconocen como parte del síndrome postpolio.

Los expertos médicos explican que una persona infectada con poliomielitis podría denotar algunos efectos provocados por el virus, que se presentan de forma tardía, al pasar varias décadas. Estos síntomas podrían ser, entre otros, insomnio, calambres o debilidad muscular en miembros antes no afectados o aumentar la debilidad en aquellos que sí lo estaban. Esos efectos, podrían incluso presentarse hasta 15 o 40 años después de la infección en la infancia.

Se desconoce la causa concreta por la que se desarrolla este síndrome. La solicitud de las asociaciones y personas con el síndrome es que se investiguen más las causas y su desarrollo, para poder prevenirlo.

¿Cómo puedo ayudar a la erradicación de la poliomielitis?

En esta página explican cómo podemos ayudar para erradicar la poliomielitis.

Además de las campañas mundiales de vacunación y el seguimiento sanitario, es importante implicar a toda la sociedad para reforzar la información sobre el virus y cómo atajarlo.

Cada persona de forma particular puede informarse sobre la poliomielitis y llevar hasta sus conocidos y allegados el tema. Cuántas más personas conozcan en qué consiste este problema podrán apoyar su erradicación.

¿Qué estrategia se sigue hoy contra la poliomielitis?

En la actualidad está en marcha la Estrategia para la Fase Final de la Erradicación de la Poliomielitis 2019-2023. Sus objetivos son erradicar, integrar, certificar y contener el virus.

Según los organismos competentes el máximo riesgo para que la estrategia no cumpla su objetivo de erradicar la poliomielitis es que la vacuna no llegue a todos los niños. Si no llega a todos los niños y siga habiendo zonas deprimidas, con menos recursos y acceso a servicios sanitarios, que no puedan contar con esas vacunas, seguirá habiendo casos de contagio por poliomielitis, y la amenaza seguirá existiendo.

Otro de los retos contemplados en esta estrategia es lograr crear nuevas vacunas, que sean genéticamente estables, y así eliminar el riesgo que supone usar poliovirus vivos en las vacunas.

La estrategia completa se puede consultar en este enlace documento estrategia actual.

¿Cuándo se administran las vacunas?

Cada país puede tener su calendario de vacunación, pero según la planificación mundial, es importante repartir las dosis de vacunas en varios momentos durante el crecimiento de los niños, para lograr su total inmunización.

En España la vacuna se administra en 4 dosis, junto a los componentes de otras vacunas para otras patologías, según afirma el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría. En concreto los niños se tienen que vacunar a los 2, 4 y 11 meses de edad, y luego a partir de 2020 se pondrá otra vacuna también a los 6 años, está última dosis ya se administra en Asturias.

Todos los menores de 18 años deben estar vacunados contra la poliomielitis.

Glosario

  • Brotes. Cuando aparece de nuevo la enfermedad.
  • Enterovirus. Es un tipo de virus que se asocia al desarrollo de diversas enfermedades en personas y animales mamíferos.  El virus está formado por microorganismos simples.
  • Inmunizar. Es hacer posible que una persona este a salvo del contagio de ciertas enfermedades.
  • Mialgia. Dolor que se produce de forma intensa en los músculos.
  • Parálisis. Cuando cesa o disminuye el movimiento de alguna parte del cuerpo.
  • Poliovirus. Se llama así al virus de la polio. Pertenece a la familia de enterovirus que se expanden por contagio.