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La Real Academia de la Lengua Española (RAE) define la lumbalgia como dolor en la región lumbar. En concreto, el dolor afecta a la parte inferior de la espalda.

Pero detrás de esta definición hay mucha más información que aportar ya que la lumbalgia puede ser síntoma de diversas patologías o alteraciones que hay que estudiar y valorar en cada paciente para poder dar un tratamiento eficaz.

El dolor por lumbalgia, aunque comienza en la espalda, según el tipo y grado de este, se puede extender a otras zonas del cuerpo e incluso incapacitar a la persona para poder seguir realizando sus actividades cotidianas.

Puede llegar a ser causa de incapacidad laboral.

Desde diversos despachos y gabinetes de abogados explican que la lumbalgia crónica, es decir, la que causa un dolor que continua en el tiempo, hace que la persona vea muy limitado su ámbito de acción en el día a día, tanto en su vida personal como laboral, con lo cual en algunos casos puede dar lugar a incapacidad permanente total o parcial.

El Tribunal Médico será quien evalúe si existe incapacidad o no debido a esta patología y se basará tanto en la gravedad de la lumbalgia, tal y como viene reflejada en los informes médicos, como el grado de afectación que provoca en el individuo para realizar sus funciones o actividades cotidianas. También se tiene en cuenta si la lumbalgia y el dolor persisten pese a haber llevado a cabo tratamientos y terapias para eliminarlo.

Los expertos valoran el tipo de actividad que tiene que realizar la persona en su trabajo, como, por ejemplo, si realiza muchos esfuerzos cogiendo peso o tiene que permanecer mucho tiempo en una misma postura, ya sea sentado o de pie.

Incluso se han realizado estudios e investigaciones donde buscan encontrar la interrelación y características de la lumbalgia ocupacional y discapacidad laboral (“Lumbalgia ocupacional y discapacidad laboral” Úrsula Ocaña. Revista de Fisioterapia. Repositorio Institucional UCAM).

Según afirman desde el Área de Salud de Badajoz a través de un documento sobre la “Valoración del paciente con lumbalgia”, es la segunda patología que cursa con dolor más frecuente, tras la cefalea, y que es causa de gran parte del absentismo laboral.

Para los especialistas es importante realizar un diagnóstico personalizado y temprano en el que se puedan abordar las intervenciones y tratamientos necesarios para minimizar y reducir los efectos negativos de la lumbalgia y evitar que se haga crónica.

¿Qué causa la lumbalgia?

Desde la plataforma TopDoctors sus profesionales médicos informan que las causas pueden ser diversas desde una mínima lesión que la persona pueda tener en la espalda hasta una contractura, distensión o incluso ciática.

La Fundación Española de Reumatología explica que se debe a alteraciones en las estructuras que forman la columna vertebral en esa zona afectada. Puede deberse a lesión o daño en ligamentos, músculos o vertebras.

Eso sí, además de las posibles causas, hay que tener en cuenta que las personas según su perfil y hábitos cotidianos pueden tener más o menos riesgo para desarrollar esa lumbalgia. Por eso, no solo hay que tener en cuenta los resultados de las pruebas, sino también las posturas y actividades que realiza la persona con lumbalgia.

Se enumeran principalmente los siguientes factores de riesgo:

  • Vida sedentaria.
  • Fumar.
  • Tener más peso del recomendado o ser obeso.
  • Afrontar situaciones de estrés continuado que provocan tensión muscular.
  • Llevar habitualmente zapatos de tacón o calzado no adecuado.
  • Posturas no adecuadas que afectan a la espalda o sobrecarga al coger peso de forma inadecuada.
  • Dormir en lugares que no son cómodos o sobre lechos demasiado blandos o muy duros.
  • Estar expuesto a frío o corrientes.

También se definen algunos otros factores tan curiosos como las alteraciones en la oclusión dental, que según refieren los dentistas pueden ser factor de riesgo.

En el caso de las mujeres el dolor de lumbago se puede relacionar con su ciclo menstrual y hormonal o con alteraciones en su aparato reproductor. También es usual que algunas mujeres embarazadas presenten lumbago debido al peso que va aumentando y que tiende a sobrecargar su espalda.

Otras patologías no muy comunes pero que puedan dar lugar a lumbago son algunos tipos de artritis, hernias discales o espondilitis anquilosante, entre otras. En estos casos la lumbalgia podría deberse a factores de carácter degenerativo, a procesos inflamatorios o alteraciones óseas como la osteoporosis.

La Fundación Española de Reumatología indica que hay algunas causas poco frecuentes que pueden dar lugar al dolor lumbar que son infecciones o la aparición de tumores.

Los especialistas indican que en un 90% de los casos la lumbalgia se debe a alteraciones en las vértebras. En torno a un 10 por ciento pueden cronificarse.

Las causas más comunes pueden ser el sobreesfuerzo, coger pesos sin una correcta postura corporal y sobre todo la falta de ejercicio y las malas posturas durante el día y/o la noche.

Síntomas del lumbago

El síntoma más destacable es el dolor que aparece en la zona baja de la espalda.

Este dolor puede ser irradiado si parece tener ramificaciones y se extiende hacia otras zonas.

Lo habitual es que duela la zona inferior de la espalda y llegue hasta el muslo, las caderas o los glúteos.

Aunque también puede extenderse el dolor a la zona de los riñones o incluso los muslos por la parte delantera.

El dolor según explican las personas que lo tienen y los profesionales médicos es un dolor de tipo punzante, a veces con la impresión de estar oprimiendo o tirando de esa zona, e incluso se puede notar una especie de ardor o quemazón.

La Fundación Española de Reumatología explica en un vídeo de YouTube sobre la lumbalgia que hay que estar atentos si aparecen diversos signos de alarma asociados al dolor lumbar:

  • Fiebre
  • Pérdida de peso
  • Síntomas de carácter neurológico
  • Antecedentes de cáncer
  • Golpes o traumatismos

Desde la Asociación Española de enfermos y enfermas con enfermedades crónicas afirman que los síntomas se pueden presentar de forma repentina, sin aviso previo, o de forma paulatina en el tiempo. Sea de una forma u otra, la lesión, alteración o daño que lo produce ha podido estar incidiendo en la columna desde hace tiempo.

Tipos

La lumbalgia se clasifica en tres tipos según el tiempo de duración del dolor y síntomas:

  • Aguda: Menos de 2 semanas de evolución
  • Subaguda: Puede llegar a durar hasta 3 meses
  • Crónica: Cuando dura más de 3 meses

Según la zona donde aparece el dolor y los síntomas existe otra tipología, según indica el Área de Salud de Badajoz en su web:

  • Lumbociatalgia: Dolor lumbar que baja hasta una o las dos piernas, y que sigue irradia el dolor en la zona del nervio ciático. Eso sí, no hay alteraciones para moverse o sentir.
  • Lumbociática o ciática: En este caso el dolor se produce porque el nervio ciático está comprimido. Si hay dolor al moverse y adormecimiento de la zona. El dolor va desde la zona lumbar hasta el pie.
  • Dolor pseudo radicular: Dolor lumbar no producido por una lesión radicular, sino por síndrome miofascial o síndrome facetario.

Además, hay un tipo conocido como lumbalgias inespecíficas, en ese caso no hay una causa patológica que justifique el dolor. Este puede estar derivado de malas posturas, por factores ambientales o personales, pero no hay patologías detrás. Es el tipo más habitual en las consultas y la buena noticia es que se puede prevenir y tratar.

Prevalencia

El Área de Salud de Badajoz en sus documentos informativos sobre lumbalgia exponen que esta patología se da hasta en un 80% de la población adulta.

La Fundación Española de Reumatología afirma que el 85% de la población puede sufrir al menos un episodio de lumbalgia en su vida.

Los especialistas afirman que la lumbalgia crónica aparece con más frecuencia en edades comprendidas entre 45 y 65 años, y con prevalencia mayor en la mujer.

A medida que las personas van entrando en la etapa de adultos mayores la lumbalgia es la patología musculoesquelética más común.

Cuando una persona tiene lumbago hay que analizar a qué se debe y cómo está afectando a su día a día. Los profesionales responsables de tratar a personas con lumbago son muy diversos.

Principalmente lo ideal es acudir a un traumatólogo o reumatólogo para que pueda realizar una evaluación del paciente y dar un diagnóstico.

Luego dependiendo de la causa quizá sea recomendable ir al dentista (si es por mala oclusión dental), al cirujano (si se precisa realizar una intervención), al psicólogo (en caso que el lumbago se haya desencadenado por estrés) o el fisioterapeuta.

En algunos casos incluso pueden ayudar los ortopedas, que, con sus recomendaciones y productos de apoyo, mejoren las posturas y reduzcan el dolor del paciente, como el neurólogo, en casos en los que la lumbalgia crea también alteraciones en la percepción de los sentidos y la sensibilidad.

Acudir a un podólogo puede ser útil cuando la causa de la lumbalgia se debe a la postura o posición de los pies y piernas al andar.

Asimismo, existen unidades del dolor donde se deriva a aquellos pacientes con lumbago crónico para que puedan afrontar y mejorar su situación.

Diagnóstico

El profesional médico realiza una exploración física del paciente donde analiza el dolor y su localización, también se puede ayudar de pruebas radiológicas para un diagnóstico más certero.

Esta exploración física tendrá en cuenta la forma de andar del paciente y sus posturas. Incluso se palpará para analizar si hay contracturas musculares.

El especialista tendrá en cuenta el tipo de dolor, su gravedad, si se irradia o no dolor a otros miembros y si existen antecedentes de otras patologías, discapacidad o si el paciente se ha realizado alguna operación quirúrgica en la espalda.

Existen estudios donde se observa que los pacientes con menor satisfacción en su ámbito laboral muestran niveles más altos de incapacidad debido a la lumbalgia crónica, algo que los especialistas tratan de evitar y prevenir ampliando sus tratamientos y actuaciones.

La Unidad de Evaluación y Tratamiento del dolor del Área de Salud de Badajoz (Extremadura), afirma en su documento sobre Valoración del paciente con lumbalgia, que en la exploración física no se debe olvidar nunca explorar los pulsos pedios, es decir, el pulso del pie, que se mide en su cara dorsal.

Además, se pueden realizar las siguientes pruebas, aunque se aconseja que no sea en su fase aguda:

  • Hemograma.
  • Velocidad de Sedimentación Globular (VSG) bioquímica y análisis de orina.

También son convenientes pruebas de rayos como radiografías simples, hasta TAC o resonancias.

Existen otra seria de pruebas que darán valores complementarios que pueden aportar más información sobre el tipo de lumbalgia al doctor:

  • Electromiografía.
  • Gammagrafía ósea. En caso que haya sospecha de un posible tumor o infecciones.
  • Mielografía. Para ver los nervios y la médula espinal.
  • Termografía.

Con todas estas pruebas podrá dar una respuesta sobre el tipo de lumbalgia y el pronóstico teniendo en cuenta la limitación de la movilidad, si hay o no nervios afectados, y si se tiene que adaptar el puesto de trabajo o las tareas, para no seguir sobrecargando la zona.

Tras las terapias y el seguimiento del paciente, el especialista valora si ha de volver a su rutina laboral.

Tratamiento

El tratamiento y terapias pautadas tendrán tres objetivos principales:

  • Mejorar el dolor.
  • Reducir la posible incapacitación del paciente.
  • Prevenir que haya brotes o nuevos episodios de lumbalgia.

Para el dolor sobre todo se pautan tratamientos farmacológicos con opiáceos flojos como la codeína, analgésicos como paracetamol o antiinflamatorios, y en caso de dolor muy severo se prueba con fármacos opiáceos más fuertes como la morfina o el fentanilo.

En ocasiones puede ser necesario un tratamiento con relajantes musculares. En algunos países incluso se recomiendan antidepresivos, aunque según apunta el Portal del Medicamento de la Consejería de Salud de Castilla y León, en España no están autorizados para ese uso.

Además, para completar el tratamiento se puede recomendar fisioterapia y en los casos más severos puede ser necesaria una intervención quirúrgica.

La corrección de la postura y evitar el sedentarismo son consejos vitales para mejorar la patología.

Se aconseja:

  • Cuidar la alimentación y controlar un peso adecuado.
  • Actividad física y ejercicios que mejoren el tono muscular.
  • No hacer esfuerzos.
  • Mantener una higiene postural tanto en el trabajo, como al andar, en casa, al coger pequeños pesos, etc.

En este aspecto hay muchos consejos a seguir para cada una de las rutinas que el paciente puede tener como conducir, estar sentado en casa, en el puesto de trabajo.

Entre los aspectos comunes está el tener siempre la espalda bien apoyada en el respaldo del sillón o silla y no forzar la espalda. En caso que una persona tenga que estar mucho tiempo de pie se aconseja reposar uno de los pies en un soporte.

Fisioterapia

Desde la plataforma FisioOnline apuestan por terapias rehabilitadoras que comienza corrigiendo los desequilibrios mecánicos que puede haber en la columna, y mejorando ese aspecto, puede mejorar la patología.

Es saber qué causa la lumbalgia y así se podrá trabajar: relajar la musculatura, activarla, subir su nivel energético, y repartir la rigidez en la espalda, para que haya mayor equilibrio.

Hay ejercicios, estiramientos, automasajes, seguidos de consejos y pautas generales para mejorar en el día a día.

Opciones no farmacológicas

Desde el Portal del Medicamento de Castilla y León afirman que la primera opción en el tratamiento de la lumbalgia pasa por medidas o terapias no farmacológicas.

Para ello el paciente debe estar informado y concienciado.

Se le darán indicaciones para que el mismo pueda practicar el autocuidado de su espalda y su salud.

En ocasiones, si el dolor es agudo, se puede aplicar calor en la zona, y sobre todo la actividad, mantener cierta actividad, y evitar el reposo excesivo son importantes para poder recuperarse.

La relajación, los masajes y el ejercicio, son hábitos que deben acompañar a las personas con lumbalgia para mejorar su estado.

La doctora Juana Sánchez, responsable del Grupo de Dolor de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), afirma que la prescripción de medicamentos depende de la intensidad del dolor o las características del paciente.

La doctora explica que sobre otros productos de apoyo que se pueden usar como fajas u ortesis, no hay estudios que corroboren beneficios. Al contrario, en lumbalgia aguda incluso se corre el riesgo de atrofiar la zona.

Terapia psicológica

Una de las causas de la lumbalgia puede ser la exposición a estrés intenso y otras alteraciones psicológicas que producen esa rigidez en la columna provocando la tensión en la zona lumbar.

Por eso, una de las medidas propuestas es seguir un tratamiento psicológico. La terapia puede incluir técnicas de relajación, de control del estrés o de modificación de conducta.

Consejos de prevención

La doctora Juana Sánchez, responsable del Grupo de Dolor de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), explica que es importante realizar ejercicio y mantenerse activo para prevenir la lumbalgia y mejorar la lumbalgia aguda.

Ante un ataque de lumbago o lumbalgia el paciente solo debe estar en reposo como mucho 3 días.

Desde el área de Salud de Badajoz (Extremadura), la Unidad del Dolor, afirman que hay diferentes cuestiones de higiene postural, fáciles de llevar a cabo, y que ayudan a prevenir la lumbalgia y posibles recaídas:

  • Flexionar rodillas y caderas para coger objetos que estén en el suelo.
  • Empujar objetos en vez de arrastrarlos.
  • No llevar todo el peso de una vez, sino dividirlo en bolsas o en viajes.
  • Intentar que la espada siempre esté recta.
  • Si se va a estar mucho tiempo de pie flexionar un poco las rodillas o tener un pie apoyado en algún soporte.
  • Caminar siempre con la espalda recta y cabeza alta.

Hay muchos consejos, que se resumen en uno: no sobrecargar ni esforzar la espalda con posiciones o posturas incorrecta e incomodas, que terminan dañándola.

Y en el puesto de trabajo: adaptaciones ergonómicas.

Por su parte, desde el Portal del Medicamento de la Consejería de Salud de Castilla y León, destacan tres aspectos para prevenir la lumbalgia:

  1. Hacer ejercicio físico y/o mantenerse activo.
  2. Practicar técnicas de relajación.
  3. Masajes realizados por expertos.

La prevención es una de las prioridades de los diferentes servicios de salud regionales, por eso, desde el Servicio Andaluz de Salud, también recogen recomendaciones para personas con lumbalgia y coinciden con los anteriores en evitar posturas forzadas y la inactividad física.

Indican que cualquier ejercicio realizado de forma regular, ya sea andar, bailar o nadar, es positivo para evitar la lumbalgia.

Eso sí, la actividad está indicada una vez que ha pasado el dolor y con la aprobación del médico.

La atención del médico o especialista siempre es recomendable si aparecen señales de alerta como que el dolor de espalda no nos deje descansar, que hay fiebre o aumento del cansancio, o que el dolor no mejore pese a seguir el tratamiento.

Evitar la lumbalgia en el lugar de trabajo

Muchas personas tienen que darse de baja debido a malas posturas, posturas repetitivas o malos hábitos que desarrollan en sus horas de trabajo, y provocan lumbalgia.

Por eso hay que seguir aquellos consejos que se han dado en este apartado, y tener siempre en cuenta la ergonomía de los puestos de trabajo.

Precisamente, pese a lo que se pueda pensar, gran parte de las personas con lumbalgia no se produce por esfuerzos al coger grandes pesos, sino por malos hábitos posturales.

La mesa y la silla de trabajo deben estar a la altura adecuada. Que la espalda y la zona lumbar no estén forzadas, sino que la espalda esté sujeta y recta en la silla.

A veces será necesario un reposapiés si los pies no llegan al suelo.

Y no es nada recomendable cruzar las piernas, es dañino para la espalda y también para la actividad circulatoria.

Asimismo, es saludable intentar tomar algún descanso, cambiar de postura o estirar los músculos, para relajar la posible tensión que se acumula en la espalda.

Envejecimiento saludable

El dolor lumbar es una patología que puede aparecer en aumento a medida que las personas cumplen años.

Los investigadores apuntan que sobre todo en países con ingresos más bajos o desarrollo medio puede ser un factor a tener en cuenta.

Las recomendaciones es que a nivel global los gobiernos y áreas de salud presten mayor atención a las alteraciones y causas que motivan la lumbalgia, para poder trabajar en ello y prevenirlo.

Como acabamos de ver en “Consejos de Prevención” la lumbalgia se puede prevenir y tratar.

Un envejecimiento saludable, incluso en personas con lumbalgia crónica, es posible si se siguen unos hábitos de vida sanos.

La actividad física, controlar el peso, llevar una dieta equilibrada y cuidar los hábitos posturales, nuestra forma de andar, de sentarnos, de realizar las actividades cotidianas, podría ser puntos muy favorables para una mejor calidad de vida.

Los especialistas indican que las recomendaciones, como en otras patologías cardiovasculares o de cualquier otro tipo, es tener unos hábitos saludables: actividad y dieta equilibrada.

Especialistas y fisioterapeutas indican que a veces el desgaste de la columna o el propio proceso degenerativo como por ejemplo la osteoporosis, pueden hacer que aparezcan cuadros de lumbalgia en adultos mayores.

La artrosis que deteriora las articulaciones de la columna es lo que puede provocar dolor en personas mayores, diferenciándose las causas y sintomatología en la lumbalgia en personas más jóvenes.

En personas mayores a veces se realizan infiltraciones de ozono u otros fármacos antiinflamatorios para mejorar el dolor.

Los fisioterapeutas ofrecen tablas de ejercicios para adultos mayores, para mejorar la elasticidad de su espalda y reducir el dolor en la zona lumbar. Muchos de ellos son ejercicios que se realizan sentados. Siempre realizar los ejercicios bajo supervisión médica.

Publicaciones, documentos técnicos y websites con información

Contactos de interés

¿Qué es la lumbalgia?

La lumbalgia se define como dolor en la región lumbar. En concreto, el dolor afecta a la parte inferior de la espalda.

¿Por qué se produce?

Las causas pueden ser muy diversas.

Desde alteraciones en las estructuras que forman la columna vertebral en esa zona afectada, debidas a lesión o daño en ligamentos, músculos o vertebras, hasta factores de ambientales y personales como el estrés.

Eso sí, además de las posibles causas, hay que tener en cuenta que las personas según su perfil y hábitos cotidianos pueden tener más o menos riesgo para desarrollar esa lumbalgia.

Se enumeran principalmente los siguientes factores de riesgo:

  • Vida sedentaria.
  • Fumar.
  • Tener más peso del recomendado o ser obeso.
  • Afrontar situaciones de estrés continuado que provocan tensión muscular.
  • Llevar habitualmente zapatos de tacón o calzado no adecuado.
  • Posturas no adecuadas que afectan a la espalda o sobrecarga al coger peso de forma inadecuada.
  • Dormir en lugares que no son cómodos o sobre lechos demasiado blandos o muy duros.
  • Estar expuesto a frío o corrientes.

El ciclo menstrual y patologías como la artritis, hernias discales o espondilitis anquilosante pueden intervenir también en su desarrollo.

Las causas más comunes pueden ser el sobreesfuerzo, coger pesos sin una correcta postura corporal y sobre todo la falta de ejercicio y las malas posturas durante el día y/o la noche.

Infecciones y tumores, en casos más excepcionales, también pueden cursar con dolor lumbar.

¿Se puede prevenir?

La doctora Juana Sánchez, responsable del Grupo de Dolor de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), explica que es importante realizar ejercicio y mantenerse activo para prevenir la lumbalgia y mejorar la lumbalgia aguda.

Ante un ataque de lumbago o lumbalgia el paciente solo debe estar en reposo como mucho 3 días.

Desde el área de Salud de Badajoz (Extremadura), la Unidad del Dolor, afirman que hay diferentes cuestiones de higiene postural, fáciles de llevar a cabo, y que ayudan a prevenir la lumbalgia y posibles recaídas:

  • Flexionar rodillas y caderas para coger objetos que estén en el suelo.
  • Empujar objetos en vez de arrastrarlos.
  • No llevar todo el peso de una vez, sino dividirlo en bolsas o en viajes.
  • Intentar que la espada siempre esté recta.
  • Si se va a estar mucho tiempo de pie flexionar un poco las rodillas o tener un pie apoyado en algún soporte.
  • Caminar siempre con la espalda recta y cabeza alta.

Hay muchos consejos, que se resumen en uno: no sobrecargar ni esforzar la espalda con posiciones o posturas incorrecta e incomodas, que terminan dañándola.

Y en el puesto de trabajo: adaptaciones ergonómicas.

¿Qué tratamiento se recomienda?

El tratamiento y terapias pautadas tendrán tres objetivos principales:

  • Mejorar el dolor
  • Reducir la posible incapacitación del paciente
  • Prevenir que haya brotes o nuevos episodios de lumbalgia

Para el dolor sobre todo se pautan tratamientos farmacológicos con opiáceos flojos como la codeína, analgésicos como paracetamol o antiinflamatorios, y en caso de dolor muy severo se prueba con fármacos opiáceos más fuertes como la morfina o el fentanilo.

Además, para completar el tratamiento se puede recomendar fisioterapia, terapia psicológica y en los casos más severos puede ser necesaria una intervención quirúrgica.

La corrección de la postura y evitar el sedentarismo son consejos vitales para mejorar la patología.

¿Cuáles son los síntomas que indican que una persona tiene lumbalgia?

El síntoma más destacable es el dolor que aparece en la zona baja de la espalda.

Este dolor puede ser irradiado si parece tener ramificaciones y se extiende hacia otras zonas.

Lo habitual es que duela la zona inferior de la espalda y llegue hasta el muslo, las caderas o los glúteos.

La Fundación Española de Reumatología explica que hay que estar atentos si aparecen diversos signos de alarma asociados al dolor lumbar como son los siguientes para acudir rápidamente al médico:

  • Fiebre.
  • Pérdida de peso.
  • Síntomas de carácter neurológico.
  • Antecedentes de cáncer.
  • Golpes o traumatismos.

¿Cómo se trata la lumbalgia en mujeres embarazadas?

Más del 50% de mujeres embarazadas pueden experimentar a lo largo del embarazo lumbalgia.

Normalmente aparece en el tercer trimestre, ya que el peso del feto va en aumento, y se sobrecarga la zona lumbar y las raíces nerviosas de la médula espinal se ven comprimidas.

El especialista podrá indicar qué hacer en esos casos. Pero sobre todo se recomienda no coger cargas pesadas, ir con calzado adecuado, ni muy alto ni muy bajo, y practicar ejercicios para cuidar la espalda.

 

  • Artritis
  • Alteración en las articulaciones que produce su la inflamación de una o varias.
  • Electromiografía
  • Prueba para analizar músculos y células nerviosas.
  • Espondilitis anquilosante
  • Patología que produce inflamación de las vértebras.
  • Gammagrafía ósea
  • Prueba de medicina nuclear para analizar los huesos.
  • Hemograma
  • Parte del examen de sangre en el que se valoran los glóbulos rojos y blancos, las plaquetas y la coagulación.
  • Mielografía
  • Prueba para ver los nervios y la médula espinal.
  • Lumbar
  • La zona lumbar está en la parte baja de la espalda.
  • Lumbociatalgia
  • Se llama así a un tipo de lumbalgia que irradia el dolor en el nervio ciático.
  • Radicular
  • El síndrome radicular es el que está provocado por lesiones en una raíz nerviosa y que provocan dolor.
  • Síndrome miofascial
  • Alteración que produce dolor crónico en puntos sensibles de los músculos.