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Una vivienda adaptada es aquella que responde a las necesidades de sus moradores, con el objetivo de facilitarles su día a día y ayudarles en su vida cotidiana. Está claro que todos queremos vivir en nuestra casa, y las personas mayores también. El 87,3 % de los mayores de 65 años señala su hogar como el lugar donde desearía envejecer.

Pero para que este deseo se cumpla, tenemos que poner los medios adecuados. Antes de embarcarnos en grandes obras, conviene pensar lo que uno mismo puede hacer para prevenir accidentes domésticos:


Barandillas

Coloca barandillas altas o cierres de seguridad en ventanas, escaleras y balcones, y utiliza los pasamanos siempre que subas o bajes escaleras. También puedes colocar bandas protectoras antideslizantes en los bordes de los escalones. En caso necesario, instala una silla salvaescaleras.

Felpudos y alfombras

Prescinde de felpudos y alfombras para evitar tropezones o resbalones; si se tienen deberían estar fijadas al suelo, sobre todo las pequeñas.

Luz

Enciende siempre la luz. Por la noche, es muy útil contar con una luz piloto encendida en habitaciones y pasillos que nos permita ver mejor si tenemos que levantarnos. Son preferibles los interruptores, que permiten encender y apagar una misma luz desde distintos lugares.

Interruptores

Para ayudarnos a encontrar los interruptores es conveniente que su color contraste con el de la pared. Se pueden colocar adhesivos luminosos para ser vistos en la oscuridad o instalar detectores de presencia que iluminen las estancias automáticamente.

Orden

El orden en la casa es de gran ayuda para prevenir caídas innecesarias. Mantén despejados los suelos de habitaciones y pasillos de objetos con los que puedas tropezar, por ejemplo, cables.

Material antideslizante

Instala material antideslizante (alfombra o líquido adherente) en el suelo de la ducha si notas que no es suficientemente estable y agarraderas para entrar y salir de la ducha.

Puertas

Deberán tener un ancho mínimo de 80 centímetros, sobre todo si se necesita una silla de ruedas para los desplazamientos. Si son correderas, al menos una de ellas tendrá esa dimensión y las guías habrán de ir empotradas en el suelo para evitar el escalón.

Vestíbulos y pasillos

Se debe procurar que el espacio permita realizar un giro de 360º a un usuario de silla de ruedas.

Baño

El suelo más seguro es el antideslizante, además resulta menos frío y resbaladizo que las baldosas de gres. Se recomienda sustituir la bañera por un plato de ducha a ras de suelo. Evitar, en la medida de lo posible, el escalón. En tiendas especializadas se pueden encontrar también elementos que pueden facilitar el aseo: sillas de baño, alzadores de WC, etc.

Cocina

La distribución de los muebles en forma de L permite tener siempre un punto de apoyo durante los desplazamientos.


Consejos para adaptar tu vivienda

  • Priorizar soluciones simples: Antes de invertir en sistemas costosos, evalúa opciones más sencillas y económicas. Por ejemplo, si alguien no puede subir las escaleras, trasladar su dormitorio a la planta baja podría ser una solución más práctica que instalar un elevador.
  • Respetar los sentimientos: No todos los cambios serán bien recibidos por la persona dependiente, incluso si parecen razonables. Ten en cuenta que algunos elementos de la casa pueden tener un gran valor sentimental y simbólico, como muebles o decoraciones que están relacionados con recuerdos y vivencias. Es importante preservar estos elementos siempre que sea posible para mantener la conexión con el pasado y la historia personal.
  • Abordar las reformas de manera gradual: Realiza las reformas necesarias poco a poco, aprovechando las oportunidades que se presenten. Por ejemplo, si vas a pintar el dormitorio, puedes aprovechar para cambiar enchufes e interruptores. Si es necesario reformar el baño, hazlo con todas las modificaciones pertinentes, como la instalación de una ducha y suelo antideslizante. Lo más importante es no imponer cambios bruscos.
  • Informar y obtener consentimiento: Es fundamental explicar y justificar todos los cambios propuestos a la persona mayor dependiente, respetando su opinión y asegurándose de que consienta libremente. Después de todo, es su hogar.

Para mejorar la autonomía de las personas mayores dependientes, en ocasiones se requieren ayudas técnicas, como dispositivos para caminar, accesorios para el aseo, entre otros. La adaptación a la pérdida de ciertas capacidades puede requerir la utilización de estos objetos, concebidos especialmente para personas con dependencia. El uso de estas ayudas técnicas no es un retroceso, sino una forma de mejorar la calidad de vida.

Algunas ayudas técnicas ya son conocidas, como sillas de ruedas o bastones, pero muchas otras son innovadoras y quizás menos conocidas. La aparición de estos productos en el mercado se debe al progreso tecnológico y a la idea de que es mejor ayudar a las personas dependientes a ser más autónomas en lugar de depender de otros para realizar tareas cotidianas.

Por ello, puede ser útil consultar con un especialista, como un terapeuta ocupacional o personal rehabilitador que trabaje en equipo con un médico geriatra, para determinar qué objetos son los más adecuados para cada persona y dónde encontrarlos en el mercado.