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Foto de una mujer joven que atiende el un teléfono

Servicio de Acompañamiento Telefónico. Gracias por escuchar.

¡Quién lo iba a decir! inesperadamente hemos tenido un cambio radical en nuestra realidad, hemos tenido que reaccionar rápido, sin mucho margen, y, a pesar de ser un shock para toda la sociedad, nos hemos tratado de adaptarnos personalmente, en el trabajo, psicológicamente, existencialmente y hasta hemos tenido que adoptar la incertidumbre como uno más en la familia.

Para nuestra Fundación, como organización, también ha sido un reto, ¿qué podíamos hacer? ¿Cómo podíamos seguir ayudando y mantener nuestros servicios? No podíamos hacer otra cosa que ser flexibles y adecuarnos a lo que estaba sucediendo.

Las trabajadoras sociales del servicio de acompañamiento telefónico, han seguido ofreciendo respuesta y asesoramiento a las personas con discapacidad y/o dependencia y a los familiares que necesitaban orientación, que querían información sobre trámites, ayudas y otras dudas relacionadas con su situación.

Comenzamos a prestar este servicio en 2017 y hemos pasado de 800 el primer año, 1.100 en 2018, 1.500 en 2019 hasta llegar a 4.000 llamadas a 30 de junio de este año… parece que es un acompañamiento que la gente necesitaba. 

El COVID-19, además de otras consecuencias, ha destapado un problema que ya teníamos, el de la soledad de nuestros mayores y paliar sus consecuencias tiene mucho que ver con la promoción de la autonomía.
 
Desde la Fundación hemos visto que este es uno de los temas en los que podíamos ayudar y una de las medidas que hemos puesto en marcha es un servicio de acompañamiento a mayores. 

Patricia y Ana, las personas al otro lado del servicio de Acompañamiento Telefónico además de su labor de ayuda habitual, desde mediados de abril, han atendido telefónicamente a personas mayores que estaban solas, o pasándolo mal en el confinamiento.

Queremos agradecerles su profesionalidad en el trabajo, el esfuerzo, el ímpetu que han demostrado en su labor.

Confiamos en convertir esta circunstancia en una magnífica oportunidad para poder valorar muchas cosas que antes dábamos por supuestas y, sobre todo avanzar juntos en la propuesta y desarrollo de soluciones. Todavía queda mucho por reinventar.
 

Foto de una mujer joven que atiende el un teléfono

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